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Domingo de Báñez

Biografía

Báñez, Domingo. Valladolid, 28.II.1528 – Medina del Campo (Valladolid), 22.X.1604. Teólogo dominico (OP).

De ascendencia vasca, gustaba añadir “Mondragonense” a su nombre en las publicaciones. Hechos los primeros estudios de gramática, se matricula en la Universidad de Salamanca en la Facultad de Artes o Filosofía entre 1543 y 1546. Ingresó en 1546 en el convento dominicano de San Esteban de la ciudad del Tormes, e hizo la profesión religiosa en él. Dedicado todavía el curso 1547-1548 a las materias filosóficas, pasa al estudio de la Teología, teniendo por profesores a los maestros dominicos de la Universidad salmantina Melchor Cano, Diego de Chaves y Pedro de Sotomayor, y contando entre sus condiscípulos al eminente teólogo Bartolomé de Medina. En esta atmósfera de alta tensión teológica es templado el espíritu de Domingo Báñez para los más altos combates de la divina sabiduría. Terminada su carrera escolar en 1552, inicia sin intervalo su carrera docente, enseñando Artes o Filosofía en el Estudio General de su convento de San Esteban de Salamanca. Fue nombrado a los tres años, maestro de estudiantes y galardonado con el título de lector en Teología; enseñó esta disciplina primero en el citado centro de San Esteban, y luego en la Universidad dominicana de Ávila. Fue entonces cuando intervino con entusiasmo y con el mayor éxito a favor de la fundación del primer convento de la reforma carmelitana de Santa Teresa. Ahí tuvo, entre sus discípulos, a san Juan de Ávila.

El 12 de enero de 1565 se doctora en Teología por la universidad de Sigüenza, y en 1567-1569 reside en el Colegio de Santo Tomás de Alcalá, sustituyendo algunas veces a Portocarrero en sus clases de teología en la universidad. El capítulo provincial de Valladolid de mayo de 1569 lo nombra rector de la universidad de Santo Tomás de Ávila, permaneciendo sólo en dicho cargo durante el año escolar 1569-1570. A finales de 1570 aparece de nuevo en el convento de San Esteban de Salamanca hasta septiembre de 1573, en que es asignado al Colegio de San Gregorio de Valladolid, siendo por algún tiempo rector, como también calificador del tribunal inquisitorial. Fray Luis de León protestará contra la supuesta intervención de Báñez en su proceso de 1572, pero no existió tal intervención. A principios de 1576 es elegido prior del convento de Toro, pasando al año siguiente a Salamanca, donde obtiene por oposición la cátedra de Durando en abril de 1577. Fruto de estas primeras lecciones en la universidad salmantina fueron sus Decisiones de iure et iustitia.

El 30 de diciembre de 1580 moría en el convento de San Esteban el catedrático de Prima de Teología de la Universidad de Salamanca Bartolomé de Medina. En su lecho de muerte se dirigió a Domingo Báñez con estas palabras: “Padre maestro, yo me muero, y creo que es la voluntad de Dios que vuestra paternidad me suceda en esta cátedra. Vuestra paternidad estudie y trabaje como es razón, y no repare en que le ha de faltar la salud, ni en que se ha de morir en breve tiempo, porque muertes semejantes, tan servicio de la Orden y de la Iglesia Católica, son muy gloriosas”. La oposición por la conquista de la cátedra de Prima de Teología de la universidad de Salamanca fue reñidísima y santa Teresa se interesó vivamente por la causa de Báñez en este pugilato, siendo su triunfo —como confiesa ella misma— “la única cosa material que había pedido a Dios”. A pesar de que el maestro Juan de Guevara llevaba más de veinte años enseñando teología, Domingo Báñez pudo arrebatarle el trofeo. Tomó posesión de la cátedra en litigio el 20 de febrero de 1581.

Maestro consumado en la ciencia teológica, fue durante muchos años el mentor de la ciencia sagrada en la universidad salmantina, participando asimismo en asuntos de repercusión universal en la Iglesia, como en las comisiones sobre la reforma del calendario y revisión del índice de libros prohibidos. El 20 de enero de 1582 tuvo lugar la famosa disputa sobre la libertad de la muerte de Cristo, en la que blandieron sus armas el jesuita Prudencio de Montemayor, el agustino Luis de León y el dominico Domingo Báñez, y que presagiaba combates más encarnizados, que tendrían lugar más tarde a propósito del molinismo. Los tres fueron procesados por el Santo Tribunal de la Inquisición y, tanto en esta ocasión como en otras varias, pudo salir Báñez airoso de los combates de sus contrarios, reconociéndose la inocencia de su conducta y la verdad de su doctrina.

La oposición de Báñez a la Concordia liberi arbitrii cum gratie donis de Luis de Molina data del mismo año en que es editada esta obra por primera vez en Lisboa en 1588, pues nuestro teólogo fue consultado ya al punto de darse a la publicidad el mencionado libro. El enfrentamiento entre estos dos teólogos y los seguidores de ambos con sus correspondientes doctrinas escindió la teología en dos campos o sistemas: el tomista y el molinista, representados recíprocamente por las dos poderosas órdenes de dominicos y jesuitas. Las discusiones y enfrentamientos dialécticos se hicieron tan frecuentes y sonoros en los estudios generales y Universidades, que el Romano Pontífice avocó a Roma estos problemas, creando para su discusión y estudio la llamada Congregación de los divinos Auxilios. Fruto de estos combates fue, por lo que se refiere a Báñez, su Apologia Fratrum Praedicatorum [...] adversus quasdam assertiones cuiusdam doctoris Ludovici Molinae nuncupati, que data del 20 de noviembre de 1895. Año y medio más tarde, debido a sus enfermedades y frecuentes achaques, el maestro Báñez solicitó la jubilación de su ministerio docente, pero la oposición de sus émulos estorbó la súplica y hubo de continuar heroicamente en su puesto hasta que el 20 de diciembre de 1600, convicto el consejo académico de la justicia de la petición formulada, se determinó proveerle de sustituto. En 1601 se retira al convento de San Andrés de Medina del Campo, de donde le fue preciso salir al año siguiente, pues algunos jesuitas aducían la autoridad de Báñez en pro de la tesis mantenida por ellos el 7 de febrero de 1602 en Alcalá de Henares, según la cual no era de fe que el papa reinante fuera sucesor de san Pedro. El 2 de julio en la iglesia de San Pablo de Valladolid defendía satisfactoriamente su doctrina ante el nuncio apostólico y el condestable de Castilla. Todavía participó en algunos claustros de la Universidad salmantina, pero, vuelto a Medina del Campo a principios de 1604, muere en octubre de ese año.

 

Obras de ~: Scholastica Commentaria in Primam Partem Angelici Doctoris D. Thomae usque ad sexagesimam quartam quaestionem, Salmanticae, 1584; Comentaria et quaestiones in duos Aristotelis Stagyritae de generatione et corruptione libros, Salmanticae, 1585; De Fide, Spe et Charutate [...] Scholastica commentaria in Secundam Secundae Angelici Doctoris tenduntur, Salmanticae, 1586; Super Primam Partem Divi Thomae tomus ultimus, Salmanticae, 1588; Relectio de merito et augmento charitatis, Salmanticae, 1590; De iure et iustitia decissiones, Salmanticae, 1594 y 1599; Institutiones minoris Dialecticae, quas Summulas vocant, Salamanca, Andrés Renaul, 1599; Respuesta contra una relación compuesta por los Padres de la Compañía de Jesús de Valladolid, Medina del Campo, Libr. Domin., 1602; Scholastica commentaria in Secundam Secundae angelici doctoris S. Thomae (q. 1-q. 46), Duaci, 1615; Comentarios inéditos a la Prima Secundae de Santo Tomás, ed. por V. Beltrán de Heredia, OP, I y II, Salamanca, Biblioteca de Teólogos Dominicos Españoles, 1942 y 1944, respect., y III, CSIC, Madrid, 1948; Comentarios inéditos a la Tercera Parte de Santo Tomás, ed. por V. Beltrán de Heredia, OP, I, De Verbo Incarnato, Salamanca, 1951, y II, De Sacramentis, 2 vols., Salamanca, 1953. (Sobre sus mss., véase en bibl. F. Ehrle, V. Beltrán de Heredia y M. Andrés).

 

Bibl.: V. Beltrán de Heredia, OP, “Actuación del Maestro Domingo Báñez en la Universidad de Salamanca, del convento de S. Esteban de Salamanca”, en La Ciencia Tomista (CT), 25 (enero-junio de 1922), págs. 64-78 y 208-240; 26 (julio-diciembre de 1922), págs. 63-73 y 199-223; 27 (enero-junio de 1923), págs. 40-51 y 361-374; 28 (julio-diciembre de 1923), págs. 36-47; P. Mandonnet, OP, “Báñez, Dominique”, en Dictionnaire de Théologie Catholique, 2-1 (1923), págs. 140- 145; “Báñez y Felipe II”, en CT, 35 (enero-junio de 1927), págs. 1-29; “El Maestro Fray Domingo Báñez y la Inquisición Española”, en CT, 37 (enero-junio de 1928), págs. 289-309; 38 (julio-diciembre de 1928), págs. 35-58 y 171-186; A. Colunga, OP, “Ideas de Báñez sobre Sagrada Escritura”, CT, 37 (enero-junio de 1928), págs. 1-17; V. D . Carro, “De Pedro de Soto a Domingo Báñez”, en CT, 37 (enero-junio de 1928), págs. 145-178; “Valor doctrinal de las lecturas del P. Báñez”, en CT, 39 (enero-junio de 1929), págs. 60-81; “Vindicando la memoria del Maestro Fray Domingo Báñez”, en CT, 40 (julio-diciembre de 1929), págs. 312-322; A. Carrión, OP, “Los Maestros Vitoria, Báñez y Ledesma hablan sobre la conquista y evangelización de las Indias”, en CT, 42 (jul. dic. 1930), págs. 37-57; F. Ehrle-J. M. March, “los manuscritos vaticanos de los teólogos salmantinos del s. XVI. De Vitoria a Báñez”, en Estudios Eclesiásticos, 9 (1930), págs. 156-164; “Manuscritos de los Teólogos de la Escuela de Salamanca”, en CT, 42 (julio-diciembre de 1930), págs. 343-346; 43 (enero-junio de 1931), págs. 193-199; “El Maestro Domingo Báñez”, en CT, 47 (enero-junio de 1933), págs. 26-39 y 162-179; J. M. Javierre, “La razón en teología según Domingo Báñez”, en CT, 76 (1949), págs. 258-297; M. Andrés, “Manuscritos teológicos de la Biblioteca Capitular de Palencia”, en Anthologica Annua, 1 (1953), págs. 481-482, 485 y 497-498; M. Midali, Corpus Christi Mysticum apud Dominicum Báñez eiusque fontes, Roma, Dell’Univ. Gregoriana, 1962; V. Beltrán de Heredia, OP, Domingo Báñez y las controversias sobre la gracia. Textos y documentos, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1968; R. Hernández, OP, “El famoso parecer de Domingo Báñez sobre la enseñanza de la metafísica en Salamanca”, en Estudios Filosóficos, 25 (1976), págs. 3-16; G. Díaz Díaz, Hombres y documentos de la Filosofía Española, vol. I, Madrid, CSIC, 1980, págs. 494a.-498b; “Domingo Báñez, continuador de Francisco de Vitoria en la doctrina internacionalista sobre América”, en VV. AA., Actas del II Congreso Internacional sobre los Dominicos y el Nuevo Mundo, Salamanca 28.III-1.IV.1989, Salamanca, Ediciones San Esteban, págs. 61- 91; I. Jericó, “Catholica et Apostolica Ecclesia. La enseñanza teológica de la Escuela de Salamanca, 1559-1584”, en CT, 123 (1996), págs. 349-366 y 373-386.

 

Ramón Hernández Martín, OP

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