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José Sánchez del Campo

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Biografía

Sánchez del Campo, José. Cara Ancha. Algeciras (Cádiz), 8.V.1848 – Aznalcázar (Sevilla), 31.III.1925. Torero.

Hijo de familia acomodada, era hermano de los banderilleros Manuel y Pedro. Tras la muerte del padre, la familia pasó por apuros económicos y se trasladó a Sevilla, ciudad en la que José aprendió el oficio de pintor dorador. Cuentan sus biógrafos que se lanzó a la aventura del toreo para intentar recuperar para su familia la comodidad perdida. En esos primeros años, escribe Cossío, “frecuentó capeas, durmió en cuadras y pajares, pasó hambre, sufrió vientos y escarchas, y su figura sobresalió pronto en los lugares donde se corrían torillos y bueyes”.

A partir de este momento, la trayectoria de Cara Ancha fue el ejemplo perfecto de cómo se hacían matadores los toreros antiguos. El 14 de abril de 1865 sufrió, en Sanlúcar la Mayor, una cornada gravísima que le tuvo al borde de la muerte. Con la protección de Antonio de Rojas y Aguado, marqués de Alventos, consiguió actuar con éxito como banderillero en novilladas en Sevilla. En 1869 entró en la cuadrilla de Antonio Carmona El Gordito, con el que aprendió a realizar el quiebro a cuerpo limpio, suerte en la que aquél era un maestro. Dicen las crónicas que incluso llegó a banderillear con más elegancia y majestad que el propio Gordito. En 1873 ingresó en la cuadrilla de Manuel Fuentes Bocanegra, con quien toreó en Madrid los días 1, 8, 15 y 22 de abril de 1874. Fue tal el éxito que obtuvo las tres primeras tardes, que en los carteles del día 22 se anunció que Cara Ancha iba a estoquear el sexto toro “en agradecimiento a la benevolencia del público”. Continuó de banderillero en la cuadrilla de Bocanegra, estoqueando los toros que éste le cedía en provincias y, al mismo tiempo, participando en diferentes novilladas.

Según Cossío, “cuando se consideró en estado de tomar la alternativa, se la pidió a Bocanegra, quien le indicó la conveniencia de que se la concediera Manuel Domínguez para revestir el acto de más solemnidad”. La ceremonia tuvo lugar el 24 de septiembre de 1874, en Sevilla, con Domínguez y Bocanegra en el cartel. Confirmó el doctorado en Madrid el 23 de mayo de 1875, a manos de Rafael Molina Lagartijo y en presencia de Francisco Reyes Currito. El toro se llamó Apreturas y pertenecía al hierro de Veragua. En ese festejo falleció, víctima de la cornada en el cuello que le infirió el toro Chocero, de Miura, el banderillero valenciano Mariano Canet Lozano Llusío, de la cuadrilla de Cara Ancha. Éste fue el primer torero que resultó herido de muerte en la plaza de toros de la carretera de Aragón. Con la fama en aumento, repitió actuaciones en Madrid e, incluso, en dos ocasiones sustituyó a Lagartijo, una de las grandes figuras del momento.

Según El bachiller González de Ribera, en su biografía sobre Cara Ancha, “sus quiebros y sus lances de capa, los más perfectos de su época, así como suena, y ni aun malamente imitados por ninguno de los toreros posteriores hasta el día, abríanle las plazas y atraíanle los públicos; sus faenas de muleta, con una muleta que parecía un pañuelo, eran clásicas, reposadas, finas, acaireladas de elegancia y bizarría; arrancaba corto y derecho, pero... y aquí entre el defecto, Cara-Ancha no cogió la muerte de los toros. No fue un estoqueador certero y rápido [...]. Eso le ocurrió siempre. De joven y ya maduro”.

Se mantuvo varios años como figura del toreo, compitiendo con los maestros Salvador Sánchez Povedano Frascuelo y Lagartijo, si bien este último sentía una manifiesta, pública y muy comentada en la época antipatía hacia Cara Ancha. Sus deseos de mejorar en la suerte suprema le hicieron practicar mucho de salón la suerte de matar recibiendo, hasta que por fin pudo realizarla en público, al toro Calceto, el 19 de junio de 1881 en la plaza de Madrid. El éxito fue apoteósico. En este sentido, ha quedado para siempre su referencia en el poema “Del pasado efímero”, de los Campos de Castilla (1912) de Antonio Machado: “Este hombre del casino provinciano,/ que vio a Carancha recibir un día,/ tiene mustia la tez, el pelo cano,/ ojos velados de melancolía [...]”.

Los años comprendidos entre 1880 y 1884 fueron excelentes en su trayectoria, aunque también debió hacer frente a la enemistad de Fernando Gómez García El Gallo y sus partidarios, siempre muy activos. El toreo, entonces, levantaba pasiones entre los aficionados, y Cara Ancha no fue ajeno a esas ardorosas disputas. Así cuenta González de Ribera aquellos “fraticidas” enfrentamientos taurinos: “En Sevilla, donde sus enemigos y adeptos del Gallo le tenían preparada una enorme provisión de pitos, cencerros, latas, almireces, ratas murciélagos y gatos muertos para echárselos en caso de mala suerte, toreó el 18 de mayo [de 1882] Tras la perfecta lidia de sus toros, los de las panarras y demás sabandijas marcháronse con ellas para su recreo, y aquella noche hubo iluminaciones en Triana y San Bernardo; se repartieron algunos palos sin mayores consecuencias entre amigos y adversarios, y obsequióse con una serenata al espada convaleciente y afortunado”.

Tras veinte años de alternativa, todos ellos en la primera línea del toreo, en 1894 decidió retirarse de los ruedos. El 29 de abril sufrió en Madrid el último de los percances, algunos muy graves, que padeció a lo largo de su carrera (según Pérez López, “luxación de clavícula y una cornada en el muslo de pronóstico menos grave”); el 16 de septiembre hizo su último paseíllo en Madrid (sin saber entonces que iba a ser el último), pues la corrida que oficialmente se anunció como la de su despedida se suspendió en dos ocasiones, los días 28 de septiembre y 4 de noviembre (estuvieron anunciados, con toros de Veragua, Rafael Guerra Bejarano Guerrita y la alternativa de Juan Gómez de Lesaca; el primer día, Rafael Guerra “alegó enfermedad, y, posteriormente, se negó a pisar la plaza de Madrid, en tanto estuviera la actual empresa”, según Pérez López); finalmente, se vistió por última vez de luces el 11 de noviembre en Sevilla, estoqueando, con Francisco Bonal y Casado Bonarillo y Antonio Reverte Jiménez Reverte, toros de Murube. El último toro que lidió en su vida se llamó Caminante.

Sánchez de Neira escribió al retirarse Cara Ancha: “Con él se va el último resto de aquel toreo fino, serio y reposado, que tanto enaltecieron los maestros Cayetano Sanz y Manuel Domínguez”.

 

Bibl.: J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (reed. Madrid, Turner, 1988); H. V. P. Q. R., Biografía de José Sánchez del Campo (Cara-ancha), Jerez, 1885; J. Guillén Sotelo, Efemérides notables de la vida taurina del espada José Sánchez del Campo (Cara-Ancha), Madrid, Imprenta G. López del Horno, 1910; J. Guillén Sotelo, José Sánchez del Campo (Cara-Ancha), Madrid, Imprenta Ginés Carrión, 1910 (Bib. Sol y Sombra I); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 883-885; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; J. J. Bonifaz, Víctimas de la Fiesta, Madrid, Espasa Calpe, 1991; D. Tapia, Historia del toreo, vol. 1, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); V. Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1874-1934), t. I (vol. 2), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 2004; V. García Nebreda, La cruz de la Fiesta, Madrid, Ayuntamiento de Valladolid, 2004.

 

José Luis Ramón Carrión