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Juan León López

Biografía

León López, Juan. Sevilla, 15.IX.1782 o 2.IX.1788 – Utrera (Sevilla), 5.X.1854. Torero.

Todos los autores consultados coinciden en la fecha de su muerte, si bien surgen dudas en la de su nacimiento.

Citando a Velázquez y Sánchez, Cossío se decanta (lo mismo que antes había hecho Sánchez de Neira) por el día 2 de septiembre de 1788, si bien indica que en una reseña biográfica de León publicada en El Clarín en 1851, con el torero aún vivo, se indicaba que vino al mundo el 15 de septiembre de 1782.

En 1992, Cabrera Bonet reprodujo la partida de defunción de Juan León, en la que se señala que “falleció de un cólico a los setenta y dos años de edad”. “Es decir —explica Cabrera— que, según esto, había nacido en el período comprendido desde el 6 de octubre de 1781 hasta el 5 de octubre de 1782”.

Sobre este torero comienza su biografía Don Ventura diciendo: “Fue torero tan notable como exaltado liberal, pues su personalidad adquirió marcado perfil lo mismo en la plaza que en el troquel de las ideas políticas”.

Juan León llevó el apodo de Leoncillo, aunque en la historia del toreo es conocido más con su nombre y primer apellido que por el alias taurino. Lo mismo que otros muchos lidiadores, antes que torero fue aprendiz de sombrerero, en su caso junto a su padre, Antonio León, modesto oficial en ese oficio; e igual también que otros aprendices de torero, aprendió las primeras lecciones de tauromaquia en el matadero sevillano.

En 1810 hizo sus primeras escaramuzas en los pueblos cercanos a esa capital andaluza, y en 1811 estoqueó en Lora del Río, aunque iba contratado como banderillero, un novillo que había cogido a Arestoy, su jefe de filas. En los años siguientes alternó ambos papeles, matador y banderillero, actuando en 1813 en la cuadrilla de Antonio Ruiz el Sombrerero. En 1814 toreó como subalterno en Sevilla, apodado para la ocasión como Costura. En 1816 toreó en Madrid en la cuadrilla de Curro Guillén; el 8 de julio de ese año estoqueó dos toros como sobresaliente en la plaza de la capital de España.

En los años 1818 y 1819 figuró anunciado en los carteles de Madrid como medio espada con obligación de banderillear. En esos mismos años se afincó en Madrid, y comenzó su vocación política en el bando liberal, cuando muchos toreros se alinearon, con el Sombrerero a la cabeza, en las filas absolutistas.

A partir de 1823, debió luchar también contra la enemiga de los realistas exaltados, tal y como sucedió en Sevilla el día de san Antonio de Papua, en un festejo en el que toreaba el Sombrerero, su “enemigo” personal y político.

No obstante, siguió toreando. El 20 de mayo de 1820 actuó junto a su maestro Curro Guillén en Ronda, en la corrida en que éste resultó corneado de muerte por un toro al que León se arrojó a los pitones intentando salvar del percance a Guillén. Ese mismo año toreó como tercer espada en Sevilla las corridas extraordinarias celebradas en honor del general Riego.

Según Cossío, en 1821 ya aparece su nombre como primer espada en Madrid, toreando varias corridas con gran éxito. A partir de ese momento, comenzó la época de esplendor de Juan León, a pesar de que entre 1822 y 1827 no fue contratado por los empresarios de la plaza de Madrid debido a su “posición de liberal significado”. Sí toreó en las siguientes temporadas, manteniendo su distinguida posición en la Fiesta.

Según Don Ventura, “en el 1845 estaban ya muy mermadas sus facultades, tanto porque contaba cincuenta y siete años como por la vida borrascosa que llevó; alejado algún tiempo de la profesión [se retiró en 1847], volvió a ella en 1850 por carecer de recursos, y la última vez que visitó el traje de luces fue en Aranjuez, el 24 de mayo de 1851, alternando con el Salamanquino y Camará. Fue un desastre, y faltó poco para que también fuese una tragedia, pues el anciano diestro sufrió una cogida aparatosísima que pudo tener fatales consecuencias. Huyendo de una epidemia que se declaró en Sevilla, se refugió en Utrera, en la casa del picador Juan Pinto, donde falleció el 5 de octubre de 1854”.

Sobre Juan León ha escrito Cossío: “No fue un diestro de primera talla, pero en la época deslucida del toreo en que se desarrolló lo mejor de su vida taurina, decadente Jerónimo Cándido y sin haber alumbrado aún el torero excepcional que fue Francisco Montes ‘Paquiro’, logró ser la primera figura que atraía la atención, no sólo por la superioridad evidente de sus recursos, sino por la borrascosa aureola de sus pugnas políticas y de su carácter desgarrado y bravucón”.

“Es mucho hombre ése —dijo de él Paquiro—.

Bebe la noche antes de torear, y duerme como si tal cosa le aguardara”.

De este torero escribió José Carlos Arévalo: “Su vida estuvo marcada por su filiación política. Pero en lo estrictamente taurino, que es lo que aquí nos interesa, su personalidad es crucial en la evolución del toreo. Bebió directamente de las fuentes de su maestro, Curro Guillén, también liberal y coetáneo tardío de la Costillares, Pepe-Hillo y Pedro Romero, terna fundacional de la lidia [...]. Su maestría y valor natural le permitieron, a principios de los años 30 de aquel siglo, enfrentarse al monstruo chiclanero Francisco Montes, y tiempo después, ya los dos muy mermados, competir con él durante un largo y dorado otoño. Se comprende la sinceridad de Paquiro, tan ilustrado como reaccionario cuando evocaba aquellos tiempos de competencia: ‘Pocos se ponían al lado del señor Juan, y ninguno delante. Su legado taurómaco recaería en Curro Cúchares, que para León lo que éste fue para Guillén, y así se afianzó el hilo del toreo sevillano que años más tarde desembocaría en la familia de los Gallo”.

 

Bibl.: J. Simán, Biografía del espada Juan León, Madrid, Imprenta de Operarios, 1851; J. Velázquez y Sánchez, Anales del toreo. Reseña histórica de la lidia de reses bravas. Galería biográfica de los principales lidiadores: Razón de las primeras Ganaderías españolas, sus condiciones y divisas, dir. de F. Arjona Guillén “Cúchares”, ils. de T. Aramburu, Sevilla, Imprenta y ed. Juan Moyano, 1868; J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (Madrid, Turner, 1988, págs. 136-139); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 494-498; Don Ventura [seud. V. Bagués], Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells- Bonet, 1943 (ed. Barcelona, De Gassó Hermanos, 1970, pág. 38); F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; R. Cabrera Bonet, “Algunas fechas para la pequeña y gran historia taurina”, en Papeles de toros. Sus libros, su historia (Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos), n.º 2 (1992), pág. 136; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); J. C. Arévalo, “Figuras de la historia: Juan León”, en revista 6TOROS6 (Madrid, Editorial Campo Bravo), n.º 517 (25 de mayo de 2004).

 

José Luis Ramón Carrión