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Abraham Ben Mëir Ibn Ezra

Biografía

Ibn Ezra, Abraham ben Mëir. Avenare, Aven Ezra. Tudela (Navarra), c. 1089 – c. 1167. Poeta, traductor, gramático, exegeta, autor de obras científicas y filosóficas.

Abraham ibn Ezra nació en Tudela de Navarra hacia 1089, cuando esta ciudad era todavía parte del reino musulmán de los Banū Hūd de Zaragoza, unos años antes de que la conquistara Alfonso I el Batallador (1115). En esa misma comunidad judía, culta y no pequeña, había nacido algún tiempo antes el poeta y pensador YÆhuda ha-Levi. No parece que la familia de Abraham estuviera estrechamente emparentada con los ilustres hermanos Ibn Ezra, oriundos de Granada; se trataba, al parecer, de gente más modesta.

Abraham pasó su juventud en al-Andalus, obteniendo una notable formación literaria y científica basada en lo mejor de la cultura judía y árabe, aunque no sabemos ni quiénes fueron sus maestros ni dónde estudió. Su preparación lingüística fue particularmente rica, ya que dio muestras de conocer el hebreo, el árabe, el arameo, el latín y el romance. De todas ellas, su lengua preferida fue la hebrea, y en ella escribió la mayor parte de su obra literaria. No tenemos detalles muy concretos sobre su vida en esta época. Se sabe que durante algún tiempo vivió en Toledo y en Córdoba, donde estudió y trabajó, quizá como médico o astrónomo. Visitó Lucena, Sevilla y Granada. Se relacionó con judíos influyentes, mecenas que le brindaron protección y recursos. Ciertos detalles de su obra dejan entender que durante estos años de juventud fue recorriendo también varios países del Norte de África, como Marruecos, Argelia y Túnez.

Durante ese periodo se dedicó fundamentalmente a la poesía, y gozó de la amistad de los poetas más importantes de la época, como YÆhuda ha-Levi o Yosef ibn Saddiq. Escribió poemas que se pueden inscribir en los géneros tradicionales de origen árabe. No obstante, puede observarse en ellos el reflejo del cambio de gusto de la época: se deja a un lado la poesía más formalista y convencional de las generaciones precedentes, y se buscan temas realistas, de la vida diaria, asuntos prosaicos y triviales. Su poesía está llena de humor y espíritu satírico. En su obra describe personajes de la vida cotidiana, como mendigos o tahúres, habla de los juegos de azar o del ajedrez, disputa sobre los méritos de las plantas o animales, etc. Recurre con frecuencia al virtuosismo formal, a los arabescos, en la misma forma gráfica de los poemas.

Cultivó asimismo la poesía litúrgica, escribiendo más de quinientos poemas sinagogales, introduciendo en muchos casos los esquemas populares de la poesía estrófica; se observa no pocas veces el influjo de la filosofía neoplatónica. Su larga composición Hay ben-Meqis incluye un viaje por toda la creación hasta el cielo más elevado, inspirada en Avicena y en žÆlomoh ibn Gabirol. Preocupado por el daño causado a las aljamas andalusíes por los fanáticos almohades, escribió una famosa lamentación por la destrucción de esas juderías.

Moëhe ibn Ezra lo menciona junto a YÆhuda ha-Levi en el Kitāb (42v), como "teólogo elocuente y diserto". YÆhuda al-Harizi dice que sus poemas son "brillantes en el cielo", y asimismo "son auxilio en apuros cual lluvias generosas en tiempos de sequía: todos sus piyyutim son admirables y sus temas maravillosos, como nunca se habían visto. También compuso un Seder para el Día del Perdón, cuyos temas en el crisol de la inteligencia están fundidos y sobre los corazones grabados" (Tahkemoni 3). En otra de sus maqamas (n.º 18) lo sitúa entre los poetas de segundo grado, junto a YÆhuda ha-Levi y Moëhe ibn Ezra, sólo por debajo de žÆlomoh ibn Gabirol.

Hacia 1140 Abraham decidió abandonar la Península Ibérica y dirigirse a diversos países cristianos de Europa, en los que pasaría los últimos veinticinco años de su vida. Entre las razones que se apuntan para este giro total en su trayectoria, se apunta a la posible decepción y amargura que le produjo la casi segura conversión al Islam de su hijo YiîÊaq, que por esas mismas fechas partía con YÆhuda ha-Levi hacia Egipto. Hay historiadores que creen adivinar en el trasfondo un matrimonio frustrado, o un divorcio que arruinó su posición social. Sin embargo, algunos investigadores señalan otra posible motivación para su ida a Italia: una especie de necesidad pedagógica personal de trasplantar el legado del judaísmo español al terreno de los judíos de la Europa cristiana; como si sintiera un impulso interno a enseñar a esos judíos todo el rico caudal de conocimientos de sus hermanos andalusíes. Las palabras mismas de Ibn Ezra en la introducción a su Comentario a Lamentaciones apuntan en otra dirección: lo que le hizo salir de España fue “la cólera de los opresores”, esto es, probablemente, la situación creada ante la llegada inminente de los almohades; y su estancia fuera de su tierra natal fue para él un “exilio” en el que sólo los libros le sirvieron de consuelo. No se descarta que varios de estos posibles motivos se conjugaran provocándole la necesidad interna de partir.

Sea como fuere, Abraham se dirigió primero a Roma “con el alma turbada”, y allí paso los cinco primeros años de su estancia en Europa. Su adaptación al clima espiritual de la comunidad judía romana no debió de ser fácil, ya que el propio modelo cultural que él traía de al-Andalus chocaba frontalmente con las tradiciones de los eruditos locales, defensores de un judaísmo de cuño tradicional. Sólo los intelectuales más abiertos y liberales verían con entusiasmo el nuevo saber traído por Ibn Ezra. En Roma concluyó la traducción de las obras gramaticales de YÆhuda Hayyūŷ, y escribió, entre otras obras, su Sefer moznayim, explicando los conceptos básicos para entender la lengua hebrea, además de algunos de sus principales comentarios bíblicos (Qohelet, Ester, Lamentaciones, Rut, Job). Esas traducciones, y los primeros escritos gramaticales y exegéticos, significaban los fundamentos del conocimiento lingüístico sobre el que podría basarse el estudio de la exegesis y la ciencia. Pero las tensiones que se produjeron dentro de la comunidad le animaron a buscar nuevos aires.

En su deambular por Italia residió en Lucca en 1145, y allí escribió el Sefer ha-yesod, el Sefat yeter sobre gramática, la Defensa de Saadyah contra Adonim ha-Levi, un Comentario breve al Pentateuco y a Isaías y otros Profetas, etc. Se dirigió poco después a Pisa, donde salieron a la luz sus estudios de astronomía, trigonometría y geometría. Visitó a continuación Mantua, donde escribió el Sefer sahot, obra fundamental sobre la lengua hebrea, y poco después, Verona, donde redactó obras científicas como el Sefer ha-`ibbur y el Sefer ha-mispar, además de otra obra gramatical, la Safah berurah.

Se había convertido en una especie de sabio itinerante, “como pájaro errante que ha dejado el nido”, que llevaba a las distintas comunidades judías de Europa el saber filológico, científico y exegético de los judíos andalusíes. Precedido por su fama, era generalmente bien recibido, ya que se le reconocía un profundo e innovador saber. Ni siquiera llevaba consigo los libros que hubiera necesitado, y carecía de medios económicos para hacerlos copiar, pero durante esos años de continuo peregrinaje redactó buen número de obras con las que trataba, en primer lugar, de ganarse el sustento. Al mismo tiempo, esos escritos servían para abrir las puertas del mundo de la cultura de origen árabe a los judíos europeos.

Según las necesidades de las distintas comunidades escribía sobre cuestiones gramaticales, comentarios bíblicos, obras de matemáticas, astronomía y astrología, tratados sobre cuestiones filosóficas y teológicas, etc.; son en general escritos breves, un tanto apresurados y poco sistemáticos, pero llenos de un profundo saber, siempre con un sello muy personal. Tradujo además algunas obras escritas en árabe por los judíos de al-Andalus, y, en general, realizó una importante labor como transmisor del saber oriental a Europa.

Dando por concluida su estancia en Italia, hacia 1148 se dirigió a Francia, y residió algún tiempo en Béziers, en Provenza. Pasando por Burdeos fue después al Norte, a Ruán, Dreux, y otros centros importantes de cultura judía, en los que residió durante varios años. Hizo amistad con intelectuales de la época, como Yaaqob Tam, con el que intercambió poemas. En Francia se interesaron sobre todo por sus comentarios bíblicos, y allí escribió, entre otros, el Sefer ha-shem, y un comentario largo sobre el Pentateuco; publicó también numerosas obras científicas: Sefer yesod mispar, Sefer ha-ehad, sobre matemáticas; Mishpete ha-mazzalot y Sefer ha-moladot y Reshit hokmah, Sefer ha-te`amim, Sefer ha-mibharim, Sefer ha-`olam, Sefer ha-meorot, etc., sobre astrología; Sefer keli nehoshet sobre el astrolabio; Sefer ha-`asamim sobre cuestiones de física y metafísica.

En 1158 pasó a Inglaterra, y vivió algún tiempo en Londres, donde en honor de su anfitrión, Yosef ben Yaaqob, escribió el Yesod mora y la Iggeret shabbat. Su estancia allí no fue larga: en 1160 o 1161 volvió de nuevo a Francia y se estableció en Narbona. No sabemos si regresó a la Península Ibérica, para morir hacia 1167 en Calahorra, como dicen algunos historiadores, o si murió algún tiempo antes en otro país europeo.

Su figura polifacética dejaría una profunda huella en toda la vida intelectual de los judíos de Europa en ese renacimiento especial del siglo XII, y pasaría después a la leyenda popular del folklore judío. Su poesía, a pesar del marcado manierismo, es el broche de oro del mejor siglo de la poesía hebrea andalusí. Sus obras gramaticales, originales o en traducción, son por una parte una especie de síntesis vulgarizadora del fecundo saber filológico del s. XI en al-Andalus, al que hasta entonces por falta de conocimiento del árabe no habían podido acceder; pero Ibn Ezra tiene también sus puntos de vista propios que le permiten construir un sistema coherente e innovador. Sus comentarios bíblicos se cuentan entre los más apreciados en el mundo judío; son especialmente valiosos por su interés en el sentido literal del texto y sus conocimientos filológicos, y, a veces, por el saber filosófico y científico que revelan; supo distanciarse de los comentarios más usuales de su tiempo, como los de Rashi, y dar su propia interpretación de la Biblia fundada en el conocimiento de la lengua y de las ciencias. Sus escritos científicos, sobre todo en el campo de las matemáticas y la astronomía, significaron un importante eslabón en el progreso de la ciencia occidental a partir del saber árabe. El que mostrara una actitud positiva hacia la astrología, y que la utilizara incluso en sus comentarios bíblicos, influiría no poco en las siguientes generaciones. Su filosofía es esencialmente neoplatónica, y, aunque carece de solidez sistemática, ocupa un lugar significativo en su obra.

 

Obras de ~: Poesía: Diwân des Abraham ibn Esra mit seiner Allegorie Hai ben Mekiz, ed. J. Egers, Berlin, 1886; R. Abraham ibn `Ezra'. Qobes hokmat ha-RAB`, ed. D. Kahana, Varsovia, 1894, 2 vols.,; The Religious Poems of Abraham ibn Ezra (hebr.), 2 vol., ed. I. Levin, Jerusalem, 1975-80; 'Iggeret Hay ben Mekitz, ed. I. Levin, Tel Aviv 1983; L. J. Weinberger, Twilight of a Golden Age. Selected Poems of Abraham Ibn Ezra, Tuscaloosa, London, Universoty Of Alabama Press, 1984.

Comentarios bíblicos: Abraham Ibn-Ezra's Commentary to Exodus, ed. I. S. Reggio, Prag, 1840; Peruš ... `al 'Ester / Abraham Aben Ezra's Commentary on the Book of Esther after another version, ed. J. Zedner, London, 1859; The Commentary of Ibn Ezra on Isaiah, ed. M. Friedländer, London, 1873-1877, 3 vols,; Commentary on the Canticles after the first recension, ed. H. J. Mathews, London, 1874; "Abraham Ibn Ezra's Shorter Commentary on Daniel", en Miscellany of Hebrew Literature, II, ed. A. Mathews, London, 1877, pág. 1-15 (heb.), 257-272 (ing.); Peruše ha-Torah l.-rabbenu Abraham Ibn `Ezra', ed. A. Weizer, Jerusalem, 1976, 3 vols.; Abraham ibn Ezra's Commentary to the Minor Prophetes, ed. E. Levine, Jerusalén, 1976; The Commentary of Abraham ibn Ezra on the Pentateuch. Volume 3: Leviticus, transl. by J. F. Shachter, Hoboken, N. J., 1986; The Commentary of Rabbi Abraham Ibn Ezra on Hosea, ed. A. Lipshitz, New York, 1988; Abraham ibn Ezra's Two Commentaries on the Minor Prophets, ed. U. Simon (hebr.), vol. I. Ramat-Gan, 1989; Abraham ibn Ezra's Commentary on Genesis Ch. 1-3. Creation and Paradise, Ed. L. Prijs, London, 1990; El Comentario de Abraham ibn Ezra al libro del Eclesiastés, ed. M. Gómez Aranda, Madrid, 1994; Abraham Ibn Esras Kommentar zu den Büchern Kohelet, Ester und Rut, trad. D. U. Rottzoll, Berlin, New Cork, de Gruyter, 1999; Abraham Ibn Esras langer Kommentar zum Buch Exodus, trad. D. U. Rottzoll, Berlin, New Cork, W. de Gruyter, 2000.

Obras gramaticales: Mozne Lĕšon ha-Qodeš, ed. W. Heidenheim, Offenbach 1791 (ed. Jiménez Patón y Sáenz-Badillos, Córdoba 2002); Sefer Sahot, ed. G. H. Lippmann, Fürth 1827 (ed. C. del Valle Rodriguez, Salamanca, 1977); Śĕfat Yeter, ed. M. Bisliches, Pressburg 1838 (ed. G. H. Lippmann, Frankfurt/M. 1843); Sapha Berura, ed. G. H. Lippmann, Fürth 1839 (ed. E. Ruiz González, A. Sáenz-Badillos, Córdoba, 2004); Yesod diqduq hu’ Śĕfat Yeter, ed. N. Allony, Jerusalem, 1984; Sefer ha-haganah ‘al Rav Sĕ‘adyah Ga’on (ha-mĕkunneh “Śĕfat yeter”), M. A. diss., Y. Osri, Univers. Bar-Ilan, Ramat-Gan, 1988.

Otras obras: Yesod mora, ed. Constantinopla 1529; Frankfurt 1840; Waxman, 1931; Sefer ha-šem, ed. G. H. Lippmann, Fürth, 1834; Sefer keli nehoshet, Königsberg, 1845; Sefer yesod mispar, ed. S. Pinsker, 1863; Sefer ha-ehad, ed. M. A. Goldhart, 1867; Sefer ha-`ibbur, ed. L. Silbermann, Lyck, 1874; Sefer ha-mispar, ed. M. Silberberg, Frankfurt, 1895; Sefer ha-`asamim, London, 1901; Reshit hokmah, ed. F. Cantera, R. Levy, 1939; Sefer ha-te`amim, ed. Y. L. Fleischer, 1951; Kitbe R. AiE en 5 vol., Reimpr., Jerusalem, 1970 ss.

 

Bibl.: M. Friedländer, Essays on the Writings of Abraham ibn Ezra, London, Trübner, 1877 (reimpr. Jerusalem 1964); W. Bacher, Abraham ibn Ezra als Grammatiker, Strassburg, Trübner, 1882; R. Levy, The Astrological Works of Abraham Ibn Ezra, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1927; J. M. Millás Vallicrosa, La poesía sagrada hebraicoespañola, Madrid-Barcelona, CSIC, 1940, págs. 301 ss.; L. Prijs, Die Grammatikalische Terminologie des Abraham ibn Esra, Basel, Sepher Verlag, 1950; N. Allony, “Un unpublished Grammar of Abraham ibn ‘Ezra”, en Sefarad, 11 (1951), págs. 91-99; I. Levin, Abraham ibn `Ezra', his life and his poetry (hebr.), Tel Aviv, Ha-kibbuz ha-meuhad, 1969; C. del Valle, La obra gramatical de Abraham ibn ‘Ezra, Madrid, Fundación Juan March, 1977; I. Levin (ed.) Abraham ibn Ezra Reader. Annotated texts with Introductions and Commentaries (hebr.), New York, Tel Aviv, Israel Matz Hebrew Classics and I. E. Kiev Library Foundation, 1985; R. Barkai, “L'astrologie juive médiévale; aspects théoriques et pratiques”, en Le Moyen Age, 93 (1987), págs. 323-48; A. Sáenz-Badillos, J. Targarona, Poetas hebreos de al-Andalus (Siglos X-XII). Antología, Córdoba, El Almendro, 1988, págs. 211-22; A. Sáenz-Badillos, J. Targarona, Gramáticos hebreos de al-Andalus (Siglos X-XII): filología y Biblia, Córdoba, El Almendro, 1988, págs. 158 ss.; H. Beinart, “España y el Occidente en los días de Abraham ibn Ezra”,; J. Genot, “La estancia decisiva de Abraham ibn Ezra en Roma y la constitución de un público hebreófono profano y cultivado”, J. L. Lacave Riaño, “La comunidad donde nació Abraham ibn Ezra” y E. Silver, “New light on Abraham ibn Ezra’s early life from análisis of his exegesis and other prose Works”, en VV. AA., Abraham ibn Ezra y su tiempo. Abraham ibn Ezra and his Age. Actas del Simposio Internacional. Proceedings of the International Symposium. Madrid, Tudela, Toledo. 1-8 febrero 1989, ed. F. Díaz Esteban, Madrid, Asociación Española de Orientalistas, 1990, págs. 25-38, págs. 109-120, págs. 169-174, págs. 317-324 respect.; U. Simon, Four Approaches to the Book of Psalms: From Saadiah Gaon to Abraham ibn Ezra, Albany, State University of New Cork Press, 1991; I. Twersky, J. Harris, eds. Rabbi Abraham Ibn Ezra: studies in the writings of a twelfth-century Jewish polymath, Cambridge, Mass., Harvard University, Center for Jewish Studies, 1993; A. Sáenz-Badillos, J. Targarona, Los Judíos de Sefarad ante la Biblia: la interpretación de la Biblia en el Medievo, Córdoba, El Almendro, 1996; A. Sáenz-Badillos, “Some Basic Concepts in the Linguistic System of Abraham Ibn `Ezra'”, Studies in Hebrew and Jewish Languages Presented to Shelomoh Morag, ed. M. Bar-Asher, Jerusalem 1996, *125-*149; M. Orfali, Biblioteca de Autores lógicos hispanojudíos (Siglos XI-XV), Granada, Universidad, 1997, págs. 52-60; L. Charlap, Rabbi Abraham ibn-Ezra’s Linguistic System. Tradition and Innovation (heb.), Beer-Sheva, Ben-Gurion Univ. of the Negev Press, 1999; P. J. Tomson, réd., Abraham Ibn Ezra: savant universel: conférences données au colloque de l'Institutum Iudaicum Namur, 25 novembre 1999, Bruxelles, Institutum Iudaicum, 2000; I. Lancaster, Deconstructing the Bible: Abraham Ibn Ezra's introduction to the Torah, London, New York, Routledge Curzon, 2003; Sh. Sela, Abraham Ibn Ezra and the rise of medieval Hebrew science, Leiden, Boston, Brill, 2003.

 

Ángel Sáenz-Badillos

 

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