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Fernando de Badajoz

Biografía

Badajoz, Fernando de. ¿Badajoz, 1420? – ?, ¿1474? Secretario y notario del rey Enrique IV de Castilla.

Hermano de los también secretarios del rey Enrique IV, Alfonso y Garcí Méndez de Badajoz, Fernando fue nombrado para ese cargo el 9 de agosto de 1458, un año después del de su seguramente hermano mayor Garcí, con la cantidad de siete mil doscientos maravedís de ración y quitación anual. Su nombramiento se produjo a consecuencia de la desaparición del también secretario Pedro de Tiedra, ejecutado por cohecho y otras regularidades en el ejercicio de su función. De hecho las raciones y quitaciones de aquel pasaron a ser percibidas por el maestre de Alcántara, reflejándose esa información en los nombramientos de Fernando y su hermano.

A los hermanos Badajoz les tocó vivir los turbulentos tiempos que desembocaron en la dualidad monárquica y la guerra civil de 1465-1468. Sin embargo, aun cuando corrieron en un principio la misma suerte, seguramente a Fernando le tocó la mejor parte. Corría el año 1464 y la revolución nobiliaria, capitaneada por el favorito de Enrique IV, el marqués de Villena, daba sus frutos: el infante Alfonso, hermano de padre del Rey, era jurado heredero del reino. Los hermanos Badajoz eran hombres del entorno del duque de Alburquerque —nuevo favorito real que había desplazado a Villena— a juzgar por las obscenas referencias a estos personajes descritas en una copla de la obra satírica de Mingo Revulgo. Los tres Badajoces, junto con no más de una docena de nobles, se pondrían incondicionalmente a favor de Enrique IV, por lo que la represalia no se hizo esperar. Acusados de graves delitos de corrupción hacendística, como los que habían acabado con la vida del predecesor de Fernando en el cargo, los tres fueron privados de su cargo, desterrados de la Corte y condenados a sufrir prisión en el castillo de la Mota de Medina del Campo como lo demuestran las sentencias firmadas en diciembre de aquel año, sentencias también extensivas a hombres parciales del duque de Alburquerque. La sentencia compromisaria de Medina del Campo de 1465 —mostrando tanta tensión entre el Rey y la alta nobleza que será anulada por el Monarca— dedica nada menos que el capítulo treinta y uno a explicar las acciones y las responsabilidades de los tres hermanos, si bien parece deducirse que Garcí Méndez era el más responsable. A los tres se les describe responsabilizándoles poco menos de ser los causantes de la situación política con palabras rotundas: “que han rescibido dellos muchos dapnos e estorsiones é agravios é sinrazones [...] porque los sobredichos fueron cabsadores de algunos de los movimientos que ovo en estos regnos e son omes escandalosos é procuradores de discordias e escandalos, é han fecho muchas injurias e agravios [...]”. Sí se sabe que Garcí Méndez sufrió prisión —aun en 1466 hay datos que parecen corroborarlo—, pero no es seguro que sus hermanos la experimentaran. Mientras que Alfonso parece desvanecerse, las noticias sobre Fernando fueron abundantes durante los meses siguientes al alzamiento del príncipe Alfonso como Rey y el comienzo de la guerra civil en aquel verano de 1465. Eso parece corroborar, como algunas fuentes indican, que recuperó casa y honor ¿o, quizás, nunca los perdió?

Fernando siguió refrendando documentos y fue el secretario que intervino en la documentación que sostenía Enrique IV en la Corte de Roma y dio cumplida cuenta de lo ocurrido en Castilla en 1465. Constan cartas con el refrendo de Fernando para los embajadores en Roma, para el Colegio de Cardenales, pero también para nobles como el conde de Arcos. Si su hermano Alfonso pudo destacar como militar y político, Fernando, que ya había intervenido como emisario real con la nobleza levantisca —describiendo los cronistas hasta las frases cruzadas en las entrevistas—, acabó convertido en un diplomático de altura. Así consta por las capitulaciones entre Alfonso V de Portugal y Enrique IV —representado por la reina Juana— para el matrimonio del Monarca portugués con la infanta Isabel, firmadas el 15 de septiembre de 1465. Fernando es nombrado, en esa cédula, como secretario y notario en representación del Monarca, para el que pide una copia sellada del documento.

Pero a partir de 1466, Badajoz empieza a ser sustituido por otro de los grandes secretarios de Enrique IV: Juan de Oviedo. Ya en la Corte de los Reyes Católicos varios cargos con el apellido Badajoz permiten especular sobre la continuidad del linaje al servicio de la Monarquía.

 

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Dolores Carmen Morales Muñiz

Relación con otros personajes del DBE