Toledo Pérez, Francisco. Santa Cruz de La Palma (La Palma), 16.I.1906 – 1.VI.1970. Médico, especialista en tuberculosis (tisiólogo).
Hijo de Francisco Toledo Rosa y Luisa Pérez González, realizó los estudios de primera enseñanza en la Escuela Real y el bachillerato en el Colegio de Santa Catalina. Cursó el último curso de bachillerato y la reválida en 1924 en el Instituto de La Laguna (Tenerife), que hoy se llama “Cabrera Pinto”.
Con temprana edad, dieciséis años, empieza a colaborar como redactor en el periódico Canopus, cuyos autores, en su mayoría, eran principiantes que luego abandonaban la pluma.
Terminada la reválida se desplazó a Madrid. Allí estudió en la vieja Facultad de Medicina de San Carlos, en la calle Atocha. Estamos a mediados de los años 20, dentro de un floreciente periodo que bien puede llamarse Edad de Oro de la Facultad de Medicina de la Universidad Central. Además, muchos de los profesores pertenecen a la así llamada “generación Marañón”. Cuando Toledo se incorporó a la Facultad, Cajal era el catedrático de Histología, Hernando el de Farmacología, Jiménez Díaz el de Patología Médica, Olivares el de Quirúrgica y Juan Negrín el de Fisiología. En la cátedra de este último ocupó la plaza de alumno interno ganada por oposición. Precisamente su tutor era un tinerfeño ilustre: Tomás Cerviá Cabrera.
Son tiempos convulsos: transcurren los últimos años de la Dictadura del General Primo de Rivera. Con motivo de unos desórdenes acaecidos en la Facultad de Medicina cerca del final de curso de 1928, se ordenó cerrar la Facultad. Comoquiera que las demás Facultades españolas seguían abiertas, Toledo marchó a Santiago de Compostela para terminar el último curso de la carrera. Obtuvo la Licenciatura con la calificación de sobresaliente, cuando contaba veintitrés años de edad. Durante ese año tuvo la fortuna y el privilegio de trabajar como alumno interno con el clínico eminente Novoa Santos.
Comienza su actividad profesional en 1929, como médico interno en el Hospital General de San Carlos, en Madrid. Vuelve a su isla en 1930, ejerciendo como médico general en su consulta privada hasta 1932, fecha en la que se embarca como inspector de sanidad en la Trasatlántica francesa, haciendo la travesía del Atlántico. Regresa en 1933 para casarse con Carmen Dolores Trujillo Hernández. Hasta 1934 ejercerá como Médico Titular en Fuencaliente (Isla de La Palma), pasando en ese año a desempeñar el mismo puesto en la capital de la isla, Santa Cruz de La Palma.
En esos años la tuberculosis causaba estragos. La pérdida de su hermana de veintiocho años y de su hija de cuatro, debida a esa enfermedad le hizo profundizar en el estudio de la tuberculosis. Becado por la Junta de Ampliación de estudios del Cabildo Insular de La Palma para especializarse en tuberculosis viaja a Madrid en 1936, para trabajar como médico residente en el Sanatorio Antituberculoso de Húmera de Pozuelo y en 1937 en el Sanatorio Antituberculoso de Villafranca del Cid (Castellón). En 1938 regresa a su isla.
En 1939 estalla una epidemia de viruela en la isla. En ese momento Toledo es el Delegado Gubernativo Sanitario y la eficacia de su lucha por detener la epidemia junto con la campaña de vacunación que desarrolló, le valieron una Mención Honorífica ese mismo año.
En 1941 fue médico de Sanidad Exterior del Puerto. En 1934 comenzó a trabajar en el Sanatorio Antituberculoso de La Palma, convirtiéndose en su subdirector a partir de 1948. En 1950 se graduó en la Escuela Nacional de Tisiología. En 1952 fue nombrado funcionario técnico Sanitario al Servicio del Instituto Agrario Nacional de Venezuela.
Durante cuarenta años ejerció fielmente su profesión sin rehuir jamás la llamada del trabajo, estudiando día a día e intentando aplicar los avances permanentes de la Medicina.
Bibl.: F. Toledo Trujillo y M. Hernández de Lorenzo Muñoz, Historia de la Medicina Palmera y sus Protagonistas, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001, págs. 326-330.
Justo P. Hernández González
