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José O'Lawlor

Biografía

OLawlor, José. Kildare (Irlanda), 1772 – Madrid, 19.X.1850. Militar, general, gobernador.

Primogénito de una de las familias más nobles de Irlanda, se vio obligado a salir de su país natal debido a la persecución sufrida, siendo confiscados sus bienes y dispersos los miembros de su familia, que pasaron al continente y a América. Una prima hermana suya fue la fundadora en los Estados Unidos de la Orden de la Visitación.

O’Lawlor ingresó como cadete del Regimiento de Infantería de Irlanda y estudió Matemáticas en la Academia de Barcelona. Con el empleo de subteniente se encontró en el sitio y bombardeo de la plaza de Ceuta entre 1790 y 1791, siendo agregado al Real Cuerpo de Artillería todo el tiempo que duró el segundo sitio. A continuación, combatió a las órdenes del general Ricardos en la campaña del Rosellón contra los franceses, hasta la declaración de la paz en 1795. En octubre de 1802 se le concedió el cargo de visitador general de Rentas del Reino de Granada. Pasó seguidamente de capitán al Regimiento de Caballería de Farnesio, siendo comisionado a la Inspección General de dicha Arma, hasta el 2 de mayo de 1808, que se fugó de Madrid y se incorporó en el Ejército de Andalucía.

Fue comisionado por la Junta Central en el Ejército británico del general Moore, con el que se halló, entre otras, en la acción de Benavente. En la retirada y batalla de La Coruña, para no quedar prisionero, pasó a Inglaterra. A su regreso formó parte como comandante del escuadrón del Regimiento de Borbón, hasta que fue de nuevo comisionado a Portugal en representación del Gobierno para solicitar la cooperación del duque de Ciudad Rodrigo en la batalla de Talavera. Al tomar Wellington el mando de las tropas angloespañolas, pasó a sus órdenes inmediatas en unión del general Álava, hallándose presente en las batallas de Talavera y Fuentes de Oñoro; en el sitio y toma de Ciudad Rodrigo y Badajoz; en la batalla de Arapiles, en la entrada de Madrid y toma del Retiro; en el sitio y retirada de Burgos; en la acción de Vitoria, y todas las batallas libradas contra los Ejércitos napoleónicos hasta la caída del emperador francés. Además, fue comisionado y representante del Gobierno en el Ejército británico, y fue el secretario de Wellington por saber varios idiomas.

El 13 de marzo de 1813, Wellington ofreció una fiesta a los oficiales de su Ejército, a las autoridades locales y a otras personalidades, con motivo de la concesión al general Cole de las insignias de la Orden del Baño, ocasión que aprovechó Wellington para festejar en “su” ciudad el título de duque de Ciudad Rodrigo que las Cortes españolas le habían conferido el 30 de enero de 1812. La decoración de las paredes de los salones se solucionó gracias a O’Lawlor, uno de los organizadores de la fiesta, que echó mano de unos cortinajes del Palacio de La Granja de San Ildefonso, que el intendente del palacio los había llevado a Ciudad Rodrigo para salvarlos de la rapiña de los franceses.

O’Lawlor ascendió a mariscal de campo en 1814, y fue nombrado segundo cabo militar de Granada. En 1815 pasó como comandante general de todas las partidas empleadas en persecución de contrabandistas y malhechores en el distrito de la Capitanía General de dicha provincia. Por orden del capitán general Francisco Eguía, se encargó de la defensa de Granada y Jaén contra las posibles acciones de Riego. O’Lawlor lo persiguió en varias direcciones hasta Aguilar de la Frontera, mereciendo su conducta y la de la tropa bajo su mando la felicitación del general Eguía. Juró la Constitución en 1820, solicitando la dimisión de su cargo de segundo cabo comandante militar de Granada y Jaén, no admitiendo su nombramiento en ningún otro cargo militar ni civil durante el Gobierno revolucionario.

En julio de 1823 se encargó de nuevo de la expresada Capitanía General, cooperando eficazmente al restablecimiento de la autoridad soberana del Rey, disolviendo los Ejércitos de los generales José de Zayas y Francisco Ballesteros y contribuyendo eficazmente a la derrota y prisión de Riego. En 1924, como gobernador interino de Málaga, frustró los planes revolucionarios de Gibraltar y Tarifa, que se proponían ocupar dicha plaza. Obligado por su cargo a ejecutar las órdenes de represión dadas para sofocar las conspiraciones y pronunciamientos de que fue importante foco Granada, procuró templar a favor de los condenados por estas causas el rigor de la ley. Se esforzó por ilustrar al Gobierno de Fernando VII en el caso de Mariana Pineda, a la que procuró, aunque sin éxito, salvar del cadalso, una mujer que, con una entereza y honorabilidad sorprendentes, se enfrentó a la muerte convirtiéndose en un mártir de todos aquellos que apoyaron la causa de los liberales.

A la muerte del Rey, el 29 de septiembre de 1833, renunció O’Lawlor a su mando. Por Real Cédula de 14 de febrero de 1824 fue nombrado caballero Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En septiembre de 1825 fue nombrado vocal de la Junta de Purificaciones de Oficiales Sublevados. Ascendió a teniente general el 3 de noviembre de 1846, empleo con el que falleció en Madrid el 19 de octubre de 1850.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal.

VV. AA., Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, vol. 39, Barcelona, Hijos de J. Espasa editores, 1924, pág. 963.

 

Emilio Montero Herrero

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