Herrera de Contreras, García. Toledo, c. 1560 – 1621. Abogado y arbitrista.
Fue hijo del mercader Alonso de Herrera de Contreras, y de Catalina Nieto, parroquianos de San Salvador. Desde muy joven perteneció a la cofradía de la Caridad, una vetusta institución cuyos miembros gozaban de gran prestigio social, aunque bastantes tuvieron ascendientes conversos. Casó con Catalina de la Palma, hija de Catalina Hurtado, vecina de la colación de San Román, cuyo padre biológico fue el fraile Diego de la Palma.
Con toda certeza realizó los estudios de Jurisprudencia en la Universidad de Santa Catalina, concluyendo los de licenciado en 1584. Era doctor en Derecho desde los primeros días del mes de junio de 1585, e inmediatamente formó parte del claustro de doctores y maestros de Santa Catalina, al cual pertenecían, entre otros, Gregorio de Angulo, el médico Nicolás Bocángel —padre del poeta Gabriel de Bocángel—, Francisco de Pisa, Luis Belluga y el maestro José de Valdivielso. Durante un breve período de tiempo, entre los años 1592 y 1593, fue jurado de la parroquia de San Salvador. Hombre de una formación jurídica excepcional intervino en numerosos pleitos y dictámenes profesionales; unas veces por encargo particular o para el Ayuntamiento al ser, junto a Alonso de Narbona, su abogado. Con el propósito de obtener algún beneficio complementario participó en la compañía de Jerónimo y Hernando Hurtado. De su abuelo Alonso de Herrera, regidor de Toledo en 1574, heredó parte de un mayorazgo que mantenía en Las Palmas de Gran Canaria, el cual vendieron en 1601 todos los nietos a Beatriz de Quesada y Herrera.
En 1605 falleció su mujer, Catalina de la Palma, con quien tuvo tres hijas y un hijo, este último de efímera vida. Catalina de Contreras y Lucía de Herrera entraron en el convento de Santa Ana en 1614, mientras que Francisca casó con su primo Alonso de Herrera de Contreras. El panteón familiar estuvo en el convento de Santa Ana. Su condición de arbitrista es conocida por un memorial que imprimió el Ayuntamiento a su costa en 1618.
Fuentes y bibl.: Real Academia de la Historia, El doctor [...] suplica a la Imperial ciudad de Toledo mande ver este breve discurso [...], Salazar y Castro, n. 40, fols. 33-40; Archivo Histórico Provincial de Toledo, Protocolos, 2510, fol. 142; 2516, fol. 871; 2660, fols. 788-794; 2690, fols. 783- 798; Universidad, I-434, Claustros de la Universidad de Santa Catalina, 1575-1612, fol. 34v.
J. Vilar Berrogain, “Un pessimisme ‘calculé’: l’introspection économique á Tolède (1616-1628)”, en Tolède et l’expansin urbaine en Espagne (1450-1650), Madrid, Melanges Casa de Velázquez, 1991, págs. 117-136; F. J. Aranda Pérez, “La preocupación arbitrista en el seno del ayuntamiento de Toledo por la declinación de la ciudad en un período crítico: 1618-1621”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, n.º 29 (1994), págs. 201-227; H. Rodríguez de Gracia, “Memoriales de arbitristas y otros pliegos compuestos en imprentas toledanas a principios del siglo xvii”, en Toletvm, n.º 50 (2004), págs. 177-235.
Hilario Rodríguez de Gracia
