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Fernando de Arce

Biografía

Arce, Fernando de. Sigüenza (Guadalajara), ¿1445? – Valladolid, 1522. Obispo de Canarias y presidente de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid.

Era hermano de Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, cuyo sepulcro ha sido estudiado y recordado desde su capilla de Santa Catalina de la catedral de aquella ciudad. Entre ambos hermanos mediaban dieciséis años, siendo mayor Fernando. Sus padres, Fernando de Arce y Catalina Vázquez de Sosa, aunque contaban con una casona propia en Sigüenza, se trasladaron a Guadalajara en 1485, como comendador de Montijo y secretario del primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza. Precisamente, fue Fernando de Arce padre el que se encargó del rescate y traslado del cuerpo muerto de su mencionado hijo Martín, caído en el campo de batalla a los veinticinco años, en plena guerra de Granada, en 1486, luchando a las órdenes del duque del Infantado junto a su padre. Fernando de Arce hijo, sin embargo, ejerció como prior de Osma, con funciones permanentes de obispo en esta diócesis de El Burgo de Osma.

Una renta que favoreció económicamente a la familia, permitiendo fundar un mayorazgo en favor de la hija ilegítima de su hermano Martín Vázquez de Arce, el mencionado Doncel, llamada Ana de Arce y Sosa. Precisamente, el testamento y los codicilos de los padres de Fernando de Arce declaraban haber adquirido y adecentado su casa en Guadalajara, con los beneficios económicos aportados por el oficio de prior de Osma de su hijo. Habían traído ya los padres, en 1491, los restos de su recordado hijo Martín, otorgando su testamento a favor de su hijo primogénito Fernando, de su nieta Ana, así como de su otra hija, Mencía Vázquez de Arce, generosamente dotada. De la citada niña no se destacaba su procedencia materna, aunque fue concertado su matrimonio con Pedro de Mendoza, viviendo esta nueva familia en una aldea de la villa de Almazán, llamada Coscurita.

La posición económica de la familia permitió transformar la antigua capilla catedralicia de Santa Catalina, en Sigüenza, la cual había estado en el siglo xiv bajo el patronato de los infantes de La Cerda. En realidad, cuando Fernando de Arce fue promocionado a obispo, posibilitó que este espacio fuese el del recuerdo, la perduración y la oración por sus familiares.

Ubicó el sepulcro de los padres, además de los de sus abuelos Martín Vázquez de Sosa y Sancha Vázquez y el de sus hermanos. También eligió el propio prelado este espacio como lugar de su propio enterramiento.

Sepulcros donde se aprecia la evolución estética del arte funerario, desde el gótico florido de su hermano el Doncel, hasta el primer plateresco del propio obispo y presidente de la Chancillería.

Tras el oficio que había ejercido en la diócesis de Osma, fue promocionado como segundo obispo de Canarias, el 20 de mayo de 1513, aunque eso no supuso que pisase esta alejada diócesis. La presidencia de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid la ejerció en el último año de su vida, desde 1521. Había sustituido al frente de la misma a Diego Ramírez de Villaescusa, el prelado de Málaga y Cuenca que vivió los tiempos recios de la llegada del nuevo rey castellano, Carlos I, a una corona convulsa por el cambio político, pero también por las turbulencias políticas de las comunidades. Cuando los cardenales eligieron a Adriano de Utrecht, obispo de Tortosa, como sucesor de León X en 1521, Ramírez de Villaescusa, su antecesor, acompañó camino de la Ciudad Eterna al nuevo Pontífice, que no había asistido ni siquiera al cónclave.

En este período de transición era ya presidente de esta Chancillería Fernando de Arce. El Emperador le había remitido una real provisión para que efectuase el traslado del Tribunal de la Real Chancillería a la villa de Arévalo. La razón de privar a Valladolid de esta importante residencia, se encontraba en la actitud que había defendido la entonces villa para con el nuevo emperador Carlos, apostando por las comunidades formadas en las más importantes ciudades de la Corona de Castilla.

Ese deseo de Carlos V lo manifestó Pedro Mártir de Anglería por carta y en febrero de 1521. El portador de esa real provisión, con su sello, se la entregó a Fernando de Arce y de éste pasó al pueblo de Valladolid, que impidió la salida de los miembros del tribunal, volviendo al edificio de la Chancillería. Tenían claro que era la Audiencia uno de los motores del dinamismo de Valladolid. Tras su muerte, Fernando de Arce fue sustituido en la presidencia de este tribunal por el entonces obispo de Osma, Juan Pardo de Tavera, futuro cardenal de Toledo. Todavía el sobrino de Fernando, Diego Bravo de Sosa, hijo de su hermana Mencía, fue obispo de Ciudad Rodrigo, Calahorra y Coria.

 

Bibl.: C. González García-Valladolid, Datos para la Historia Biográfica de la M.L. M.N. y Excma. Ciudad de Valladolid, vol. 1, Valladolid, Imprenta Hijos de Rodríguez, 1893, pág. 117; M.ª S. Martín Postigo, Los Presidentes de la Real Chancillería de Valladolid, Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1982; J. A. Martínez Gómez-Gordo, El Doncel de Sigüenza: historia del heroico Comendador don Martín Vázquez de Arce, Sigüenza, Quinto Centenario de la Muerte del Doncel, 1986.

 

Javier Burrieza Sánchez