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Javier Escribá de Scorcia y Vergés

Biografía

Escribá de Scorcia y Vergés, Francisco Javier. Javier Escrivá. Valencia, 21.VII.1930 – Medina del Campo (Valladolid), 18.VII.1996. Actor.

Descendiente de familias aristocráticas italianas y españolas, alteró levemente la ortografía de su primer apellido para adoptar su nombre artístico. De niño sorprendía a los suyos por su precocidad, a la hora de manifestarse en público o de aprenderse textos de sus frecuentes lecturas. Siempre sería muy riguroso con su pronunciación y la sintaxis que empleaba, incluso en el habla coloquial. Ello lo ayudó sin duda, cuando abandonó la primitiva idea de convertirse en abogado para elegir la carrera de actor.

Debutó previamente en el medio cinematográfico, en 1957, en una película de José María Forn que se tituló La rana verde. Al año siguiente lo hizo sobre las tablas en el Teatro Español de Madrid, que entonces dirigía José Tamayo, con la obra dramática Proceso a Jesús, de Diego Fabbri. Durante ese año representó personajes del teatro universal clásico e histórico, en Fuenteovejuna, Cyrano de Bergerac, La Celestina y El cerco de Numancia.

Fue en 1959 cuando rodó la película que iba a proporcionarle una duradera popularidad: Molokai, dirigida por Luis Lucía, en la que se contaba la vida del padre Damián de Veuster, misionero belga de la Orden de los Sagrados Corazones, conocido como El Apóstol de los Leprosos por consagrar su existencia a esos enfermos, entonces incurables. La dificultad para caracterizarse convenientemente, sobre todo en los días en que se rodaban escenas en las que el personaje figuraba estar enfermo, contagiado por la terrible enfermedad, obligó al actor valenciano al diario sacrificio de someterse durante cinco horas a un severo maquillaje, parecido tiempo al que luego le obligaba volver a su físico normal. El reconocimiento del público a su excelente trabajo interpretativo, junto a los numerosos premios logrados, entre los que se contaba el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos y el Fotogramas de Plata al mejor intérprete de cine español, le compensaron sobradamente de aquellos esfuerzos. Además se vio honrado con la audiencia que le concedió su santidad el papa Pío XII, que asistió, muy complacido, a una sesión de la película.

Al año siguiente se situó de nuevo a las órdenes de Luis Lucía en el rodaje de El príncipe encadenado, cuyo guión estaba basado en La vida es sueño, de Calderón de la Barca. En 1961 fue protagonista de Milagro a los cobardes, de Manuel Mur Oti, mientras que en 1963 rodó San Isidro Labrador, con un guión más de leyenda, de Rafael J. Salvia. Después, decidió retirarse de los estudios cinematográficos para dedicarse al teatro, que llevó a cabo también en televisión. De hecho, en este medio fue asiduo en varias obras del espacio dramático Estudio 1 y de otros programas dramáticos de Televisión Española, entre cuyos títulos se pueden destacar El caso de la mujer asesinadita, Zayas, El amigo japonés y la serie, en 1971, Visto para sentencia, donde ejerció con toda propiedad el papel de un riguroso fiscal, que volvió a relanzar su carrera interpretativa, tanto en cine como en televisión.

En efecto, en 1973, protagonizó la película El chulo, de Pedro Lazaga, obteniendo el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo, y repitió con este director al año siguiente en las películas El amor empieza a medianoche y En la cresta de la ola. A partir de entonces se proliferó en la gran pantalla. Pedro Olea le pidió protagonizar Tormento, basada en la novela de Pérez Galdós, donde ejerció el papel de un sacerdote, y a esta película le siguieron Las bodas de Blanca (1975), de Francisco Regueiro; Juego de amor prohibido (1975), de Eloy de la Iglesia, y La noche de los cien pájaros (1976), de Rafael Romero Marchent, culminando su filmografía, de una cuarentena de títulos —algunos de los cuales coincidiendo con la época del destape—, con El tesoro, de Antonio Mercero, y La forja de un rebelde, de Mario Camus, 1989. Entretanto, Javier Escrivá, que había alternado el cine con el teatro, logró magníficos trabajos en obras como Tango, de Mrozek; La muralla china, de Max Frisch; Lázaro en su laberinto, de Buero Vallejo; la inmortal obra de Zorrilla Don Juan Tenorio, y la reposición del drama La muralla, de Joaquín Calvo-Sotelo. Y, para televisión destacó en Goya, en 1985, y al año siguiente en las series Segunda enseñanza y Régimen abierto.

Durante esta década de 1980, además, Javier Escrivá no olvida sus orígenes y se le puede ver junto a su mujer, María Dolores González Mansilla, ingresando en la Orden Hospitalaria de la Merced o diplomándose en Genealogía, Heráldica y Derecho Nobiliario e, incluso, solicitando la rehabilitación del título nobiliario de conde de Soto Ameno, merced concedida a su antepasado Nicolás Scorcia Ladrón y Pasqual de Riquelme por el rey Carlos IV de España, pero al que tenía mejor derecho, finalmente, un pariente lejano.

Comenzó la década de 1990 trabajando en la serie televisiva Réquiem por Granada, a las órdenes de Vicente Escrivá y en diciembre de 1994 se aventuró a dirigir en el Thalia Theatre de Nueva York la comedia de Jaime Salom, Una noche con Clark Gable. Pero se trata de trabajos más bien esporádicos, pues en esos últimos años se hallaba más bien apartado de la interpretación, dedicando su tiempo a la firma Fabergé de subastas de joyas y obras de arte. Aún, en 1996, Antena 3 quiso contar con él para la serie de televisión de Ricardo Franco, Yo, una mujer, que protagonizó Concha Velasco, y Vicente Escrivá le volvió a llamar para su serie Éste es mi barrio, pero un fatal accidente de carretera acabó de repente con la vida del excelente actor.

 

Obras de ~: Filmografía: actor en: J. M.ª Forn (dir.), La rana verde, 1957; L. L ucía (dir.), Molokai, 1959; El príncipe encadenado, 1960; M. Mur Oti (dir.), Milagro a los cobardes, 1961; R. J. S lvia (dir.), San Isidro el Labrador, 1963; P. Lazaga (dir.), El chulo, 1973; El amor empieza a medianoche, 1974; En la cresta de la ola, 1974; P. Olea (dir.), Tormento, 1974; F. Regueiro (dir.), Las bodas de Blanca, 1975; E. de la Iglesia (dir.), Juego de amor prohibido, 1975; R. Romero Marchent (dir.), La noche de los cien pájaros, 1976; F. Lara Polop (dir.), Clímax, 1977; C. Aured (dir.), Susana quiere perder eso, 1977; E. Martín (dir.), Aquella casa en las afueras, 1979; A. Mercero (dir.), El tesoro, 1989; M. Camus (dir.), La forja de un rebelde, 1990.

 

Bibl.: M. Román, Los cómicos, vol. V, Barcelona, Royal Books, 1996, págs. 97-100; F. Forjas, “Muere en accidente Javier Escrivá, galán del cine de los años setenta”, en El País (Madrid), 20 de julio de 1996; M. Gómez García, Diccionario Akal de teatro, Madrid, Akal, 1997, pág. 88; J. M. Company, “Escrivá, Javier (Javier Escribá de Scorcia y Vergés)”, en J. L. Borau (dir.), Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial- Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 1998, págs. 317 y 318.

 

Manuel Román Fernández