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Matías Balsera Rodríguez

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Biografía

Balsera Rodríguez, Matías. El Primer Experimentador Español. Gibraleón (Huelva), 23.II.1883 – Llupia (Francia), 19.II.1953. Ingeniero, pionero de la radio en España.

Nació en Gibraleón, provincia de Huelva, en 1883, pero siendo muy pequeño su familia se trasladó a Cádiz, donde su padre trabajó como telegrafista. Con veinte años ingresó en el Cuerpo de Telégrafos y en esas fechas realizó sus primeros ensayos de telegrafía sin hilos entre el Puerto de Santa María y la capital gaditana. Su afición por las radiocomunicaciones fue cada vez más intensa, construyó una estación de radioaficionados y no cesó en sus experimentos para mejorar el alcance y la recepción de sus transmisiones.

Balsera fue destinado a Madrid y en 1908 trató de convencer a responsables de la Marina española sobre las ventajas del control de buques a distancia por medio de la radio. Inventó un sistema de comunicación para barcos del que realizó diferentes ensayos con maquetas en los estanques de la Casa de Campo y el Retiro de la capital de España. El talento precoz del joven Balsera le llevó a una rápida ascensión profesional en el Cuerpo de Telégrafos y a ser considerado una de las máximas autoridades españolas en el campo de las telecomunicaciones. En 1910 inventó un telégrafo portátil sin pilas para usos militares y logró establecer una comunicación por radio con un tren en marcha en la línea de Navalcarnero, de la provincia de Madrid, hasta lograr conectar por radio a una distancia de treinta y dos kilómetros. En 1911, patentó una estación Morse automática que fue muy utilizada por el sistema telegráfico español. Poco después se trasladó a Londres, donde perfeccionó su formación científica y técnica.

En el año 1922, desde la estación radiotelefónica del Palacio de Comunicaciones de Madrid, dirigió algunos de los primeros ensayos de radiodifusión realizados en nuestro país. Con un pequeño transmisor emitió música de gramófono y realizó algunas retransmisiones que pudieron sintonizar los primeros radioaficionados.

Balsera, además de su actividad investigadora, desempeñó un importante papel en la difusión de la radio en España. Recorrió muchas capitales del país para pronunciar conferencias divulgativas e impartir numerosos cursos formativos. En junio de 1924 se incorporó, pocos días después de su asamblea constituyente, a la Asociación Radio Española (ARE), de la que primero fue elegido vicepresidente y semanas más tarde, ante diferentes divisiones internas, pasó a desempeñar las funciones de la presidencia. Impulsó un proyecto para que la Asociación adquiriese y desarrollase su propia estación de radiodifusión para así mantener una total independencia frente a las emisoras en manos de sociedades privadas, como era el caso de Radio Ibérica o Radio España. El técnico español, según manifestó en diferentes artículos publicados en la prensa de la época, nunca se mostró partidario de una explotación de la radiodifusión en manos de la iniciativa privada de las empresas —tal y como se reguló en el reglamento de radiocomunicaciones aprobado en junio de 1924—, sino que se decantó por un modelo basado en un régimen de monopolio que garantizase el buen desarrollo del medio radiofónico en el país. Consideró que la emisora de la ARE podía ser un buen instrumento para lograr esa implantación general de la radiodifusión en el país. Sus iniciativas para crear la emisora —para la que solicitó autorización de la Dirección de Comunicaciones y obtuvo el indicativo oficial EAJ-15— se encontraron con la oposición de la mayor parte de su junta directiva. Muchos de los vocales tenían vinculación directa con algunas de las emisoras privadas que veían los proyectos de Balsera como una peligrosa amenaza, y decidieron dimitir en bloque provocando un cisma interno en la joven asociación.

Organizó un ciclo de conferencias de divulgación de la radio en el teatro Maravillas de Madrid e impulsó la edición de un órgano escrito —el semanario Radio—, pero la división interna y los insuficientes recursos económicos, cada mes más escasos por el descenso del número de asociados —entre 1924 y 1926 la ARE pasa de cinco mil a ciento cincuenta asociados—, provocó la disolución de la asociación en las primeras semanas de 1926. El técnico español, defraudado por el fracaso de su proyecto personal, decidió desvincularse de la radiodifusión y centrarse en su carrera profesional en el cuerpo de telegrafistas. Durante la Segunda República, Matías Balsera ocupó algunos puestos de responsabilidad dependientes de la Dirección de Comunicaciones y, tras la Guerra Civil, se exilió. A partir de su salida de España apenas se conocen datos de su trayectoria vital y profesional.

 

Bibl.: L. Ezcurra, Historia de la radiodifusión española, Madrid, Editora Nacional, 1974; C. Garitaonandía, La radio en España 1923-1939, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1986; J. M. Salillas, Pioneros de la radio, Barcelona, Viladecavalls, 1988; A. Balsebre, Historia de la Radio en España, Madrid, Cátedra, 2001, vols. 1 y 2; M. Fernández Sande, Los orígenes de la Radio en España, Madrid, Fragua, 2006, vols. 1 y 2; F. Moyano, Historia de las radiocomunicaciones (tesis doctoral), Madrid, Universidad Politécnica de Madrid (inéd.).

 

Manuel Fernández Sande