Ayuda

Juan de Otalora Rodríguez Ropero (o de Otero)

Biografía

Otalora Rodríguez Ropero, Juan de. Ferrol (La Coruña), 1797 – La Habana (Cuba), 30.IV.1840. Capitán de navío de la Real Armada.

Sentó plaza de guardia marina en la Real Compañía de Ferrol el día 8 de agosto de 1811 y, finalizados los estudios reglamentarios, embarcó en la fragata Efigenia, con la que zarpó para Cádiz en julio de 1814, transbordando allí a la Diana, la cual, integrada en la división del mando del brigadier Pascual de Enrile, formó parte de la escolta del convoy que transportó a Venezuela al ejército del general Pablo Morillo.

La expedición salió de Cádiz en febrero de 1815 y el guardia marina Otalora se halló en el sitio de la isla Margarita y operaciones militares subsiguientes (Cumaná, Barcelona, La Guaira y Puerto Cabello) y, habilitado de oficial, desempeñó comisiones de armas en embarcaciones menores (llamadas bongos en aquellos lugares) de la laguna de Valencia.

Mandando una balandra en Santa Marta, para bloquear Cartagena de Indias que estaba sitiada por los leales, apresó varias canoas que intentaban introducir víveres en la plaza y tomó parte en muchas acciones de guerra, mereciendo brillantes informes de sus jefes.

Ya ascendido a alférez de fragata, pasó al apostadero de La Habana, prestando comisión en buques que socorrían al sitiado fuerte de San Juan de Ulúa (Veracruz). En 1825 fue ascendido a alférez de navío y embarcó en la fragata Perla que, integrada en la división del mando del brigadier Ángel Laborde, operó ante Santa Marta y Cartagena de Indias, regresando después a La Habana.

En 1826 transbordó al navío Guerrero donde izaba su insignia el brigadier Laborde. Zarparon para la Costa Firme de nuevo, pero, al desembocar del canal nuevo de Bahama, en la latitud de Charlestown, sufrieron, en los primeros días del mes de septiembre del mismo 1826, un huracán que dejó completamente desarbolado al navío, el cual, tras armar bandolas (aparejo de emergencia), llegó de arribada a La Habana a los ochenta días de haber salido.

En La Habana, y mientras carenaban al Guerrero, embarcó en diferentes buques del apostadero que sostuvieron el bloqueo de Cayo Hueso, con el que se consiguió impedir la salida del brigadier insurgente Poters con los buques que mandaba.

Volvió otra vez a la Costa Firme, a bordo de la fragata Iberia, siempre en la división Laborde, y tras una escala en Curasao y otra comisión en aguas de la isla de Cuba, para proteger la recalada y convoyar a la fragata Restauración, que traía tropas de España, tomó el mando, en marzo de 1829, de la goleta Habanera, con la que persiguió la piratería, que hacía estragos en el comercio de Cuba, apresando a uno de sus barcos.

A finales de 1829 ascendió a teniente de navío y continuó mandando la misma goleta hasta que, reorganizado el apostadero en 1831 y nombrado Ángel Laborde comandante general, lo nombró su ayudante personal.

El jefe de escuadra Ángel Laborde falleció en La Habana el 4 de abril de 1834, pasando Otalora a embarcar en el navío Héroe, a bordo del cual zarpó para Ferrol, a donde llegaron a finales del mismo 1834.

En 1835 y en plena Primera Guerra Carlista, tomó el mando de la goleta Isabel II con la que salió para la costa de Cantabria, participó en diversas comisiones de guerra, destacando el desembarco que hizo al frente de parte de su dotación para clavar la artillería carlista emplazada en el cabo Machichaco. Durante el sitio de San Sebastián cubrió con sus oficiales y dotación la batería del cabo.

El 20 de diciembre de 1835 fue nombrado gobernador del fuerte y pueblo de Guetaria, que se encontraban sitiados por los carlistas. A pesar de la debilidad de la muralla, en la que los carlistas habían abierto brecha, se sostuvo durante doce días e incluso efectuó una salida hasta las baterías enemigas en la que le produjeron una herida contusa, en esa salida obstruyó una mina que estaban abriendo cerca de la mencionada muralla y les tomó a los carlistas setecientas balas de a 36 y a 24.

El día 1 de enero de 1836, habiendo penetrado el enemigo en el pueblo, se retiró con toda la gente que pudo acompañarle, dos compañías del 4.º ligero de Infantería y varios trozos de los regimientos provinciales de Jaén, Oviedo y Segovia, al “Ratón de Guetaria” (islote o peñón alto y escarpado, desnudo de tierra, unido a la costa por un arrecife muy estrecho, y cercano a dicho puerto), más dos medias secciones de zapadores y artilleros.

En tan inhóspito e insalubre lugar, se mantuvo el gobernador y su fuerza durante setenta días, la mayoría del tiempo a “cuarto de ración”, pues los temporales invernales impedían enviarle socorros y víveres. El enemigo, que llegó a emplazar trece piezas de grueso calibre para batirlo, además de hostigarlo continuamente con fuego de fusilería, terminó por levantar el sitio ante la testadura defensa efectuada por Otalora y su gente.

Para describir, siquiera someramente, la inteligencia que el gobernador puso en juego para sostenerse en tan penoso lugar, basta indicar que, gracias a su contramaestre, Pedro Regueyro, que instaló las oportunas cabrias en el punto más escarpado del islote pero abrigado del fuego enemigo, se pudieron izar las cajas de munición y víveres que en los días de bonanza le enviaban desde su campo. Para conseguir leña, ordenó hacer salidas nocturnas a la playa de Guetaria de las que regresaban con algún bote que astillar.

Por esta valerosa defensa, Otalora fue ascendido a capitán de fragata el 4 de febrero de 1836, además se le abrió juicio contradictorio a resultas del cual se le concedió la Cruz Laureada de 2.ª Clase de San Fernando y, costumbre en boga por entonces, se le concedió el grado de coronel de Infantería.

En las operaciones de la primavera de 1837 sobre Hernani, Irún y Fuenterrabía, que concluyeron con la toma de dichas plazas, mandó la división de fuerzas sutiles. Durante ellas, y a petición del general Evans, armó un puente provisional bajo el fuego enemigo con extraordinaria prontitud y seguridad.

Las fuerzas navales de la costa de Cantabria, de cuya jefatura dependía Otalora, estaban, por entonces, mandadas por el jefe de escuadra Manuel de Cañas-Trujillo, el cual, tras el brillante comportamiento de la Armada en Luchana y en las operaciones que se acaban de citar en el párrafo anterior, recibió la siguiente carta del general Espartero: “Las operaciones de estos últimos días, me conducirán tal vez lejos de las costas del mar cantábrico; pero al separarme de ellas, puede V. E. persuadirse llevo conmigo el más afectuoso recuerdo del interés, armonía y celo que han demostrado los individuos del cuerpo del digno mando de V.E., tanto en las operaciones que tuvieron por resultado el levantamiento del sitio de Bilbao, como en la ocupación de Hernani, Irán y Fuenterrabia; sírvase V. E. manifestarlo así á los beneméritos marinos que sirven bajo su mando, y contar siempre con la consideración y respeto que me inspiran las virtudes, decisión y patriotismo de V. E.”.

Tras mandar durante un breve período de tiempo el vapor Isabel II e interinar durante otro el mando de las fuerzas navales de Cantabria, cesó en 1839 por haber sido designado para mandar la corbeta Liberal, del apostadero de La Habana, a donde llegó el 13 de abril de 1840; ascendió a capitán de navío por antigüedad, el día 27 de abril de 1840 y sin que le hubiese llegado la comunicación de tal ascenso, falleció allí el 30 del mismo mes y año.

Además de las recompensas que se han citado, era comendador de la Real Americana Orden de Isabel la Católica y caballero de la Real y Militar de San Hermenegildo, amén de varias cruces de distinción por méritos de guerra. Sin embargo, su prematura muerte a los cuarenta y tres años de edad, dejó a su numerosa familia en la más penosa indigencia.

 

Fuentes y bibl.: Archivo-Museo Álvaro de Bazán de la Armada (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Secc. Cuerpo General, leg. n.º 620/870, exp. personal.

F. de P. Pavía, Galería Biográfica de los generales de Marina, Madrid, Imprenta J. López, 1873; R. de la Guardia, Datos para un Cronicón de la Marina Militar de España, Ferrol, Imprenta del Correo Gallego, 1914.

 

José María Blanco Núñez

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares