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Maximiliano Dietrichstein

Biografía

Dietrichstein, Maximiliano de. Barón de Dietrichstein. Praga (República Checa), 1561 – ?, 1611. Gentilhombre de la Cámara del emperador Rodolfo II, caballerizo mayor del archiduque Ernesto y sumiller de Corps del archiduque Alberto.

Hijo del famoso Adam de Dietrichstein, embajador imperial en Madrid y mayordomo mayor de los archiduques Rodolfo y Ernesto durante su estancia en la Corte de Felipe II, y de Margarita de Cardona, dama de honor de la emperatriz María. Al poco de nacer, sus padres le condujeron hacia la Corte de Madrid, donde llegarían en 1564, permaneciendo en ella hasta 1573. Esta estancia le reportó algunas mercedes, pese a su corta edad, como la de entrar en la Orden de Calatrava de forma provisional en 1567, al igual que su padre. Más adelante, a comienzos de 1596, recibió la encomienda de Cañaveral, que quedó en manos de su familia durante el siglo XVII.

Al contrario que sus cuatro hermanas, que permanecieron en Madrid tras contraer matrimonio con importantes nobles castellanos y que entraron en el servicio de la reina Ana y las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, Maximiliano retornó a la Corte imperial en 1573 con sus padres. Una vez en Viena, fue nombrado gentilhombre de Cámara del emperador Rodolfo II y vivió a la sombra de su poderoso padre durante aquellos años.

Fue tras la muerte de éste, en 1590, cuando se inició su período de mayor actividad política, sobre todo en relación con la Monarquía hispánica, ya que en ese momento afloraron los contactos que tanto su familia como él mismo habían conseguido en la Corte hispana. Así, el primer encargo que le encomendó Felipe II fue el de acudir como embajador suyo en 1592 a Gratz, Ingolstadt y Múnich para expresar los pésames reales a todos los miembros de las Casas de Austria y Baviera por la muerte del archiduque Carlos.

Tras retornar de dicha embajada, Maximiliano fue nombrado caballerizo mayor del archiduque Ernesto en la Casa que acompañó a éste en 1593 cuando fue a Flandes como nuevo gobernador general. Dietrichstein realizó la jornada hacia su nuevo destino junto al archiduque y, una vez en Bruselas, se convirtió en un importante contrapeso político entre los servidores del archiduque y los ministros castellanos y flamencos en la pugna que se inició por conseguir el poder político. Sus excelentes relaciones con la Corte madrileña hicieron que fuera prácticamente el único servidor de Ernesto del que se expresó un juicio positivo, tanto por parte del embajador Guillén de San Clemente: “A lo qual me ayuda muy bien Maximiliano de diatristan, aunque es el que mas comodidades y hazienda dexa y mas le importaría el assistilla porque es muy afiçionado al servicio de V. Majestad y muy christiano y verdadero cavallero el qual en las costumbres y entendimiento se pareçe bien que ha sido criado en la Corte de V. M.d y como cavalleriço mayor es necessario que maneje toda esta yda.”, como por el secretario Esteban de Ibarra: “Por caballerizo mayor le sirve un hijo de Dietristan que por todo lo que puedo juzgar es un ángel y sujeto que por su parte no se echara a perder ninguna cosa buena”.

Esta buena relación fue la que convenció al archiduque Ernesto para enviarle a Madrid en abril de 1594 a explicar la complicada situación financiera y política en que se encontraban los Países Bajos. Su entrada en la Corte madrileña se produjo a finales de mayo, con una excelente acogida, y con la ayuda del embajador imperial Hans Khevenhüller consiguió para el archiduque 50.000 florines de ayuda de costa y 40.000 florines de salario de gobernador al año. Tras cumplir sus objetivos retornó a Flandes, donde se encontraba cuando el archiduque Ernesto falleció en Bruselas el 20 de febrero de 1595.

La incertidumbre que envolvió a los servidores del archiduque tras el óbito, no afectó a Dietrichstein ya que quedó en Flandes como sumiller de Corps del archiduque Alberto y se le concedió la encomienda antes referida. Ejerció tan importante oficio hasta la jornada de los matrimonios de Valencia en 1599, tras la cual regresaría al Imperio, llegando a ocupar el significativo cargo de mayordomo mayor del emperador Rodolfo II. Falleció en 1611.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, leg. 608, fols. 43 y 61; leg. 700, fol. 109; leg. 2222, fol. 13; leg. 2223, fol. 75; Archivio Segreto Vaticano, Fondo Borghese, serie I, 913, fol. 356r.

L. P. Gachard, Collection des voyages des souverains des Pays- Bas, vol. IV, Bruxelles, F. Halles, 1874, pág. 459; J. Roco Campofrío, España en Flandes, trece años de gobierno del archiduque Alberto (1595-1608), Madrid, Ayuntamiento de Alcántara, 1973, pág. 7; F. Edelmayer, “Honor y dinero. Adam de Dietrichstein al servicio de la Casa de Austria”, en Studia Histórica.

Historia Moderna, 10-11 (1992-1993), pág. 100; “La red clientelar de Felipe II en el Sacro Imperio Romano Germánico”, en Torre de los Lujanes, 33 (abril de 1997), pág. 135; H. Khevenhüller, Diario de Hans Khevenhüller, embajador imperial en la Corte de Felipe II, est. introd. de S. Veronelli, transcrip. y ed. de F. Labrador Arroyo, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, págs. 432 y 437; J. E. Hortal Muñoz, “La Casa del archiduque Ernesto durante su gobierno en los Países Bajos (1593-1595)”, en A. Álvarez-Ossorio Alvariño y B. J. García García (dirs.), La Monarquía de las Naciones. Patria, nación y naturaleza en la Monarquía de España, Madrid, Fundación Carlos de Amberes, 2004, págs. 196, 199, 201 y 205.

 

José Eloy Hortal Muñoz

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