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Pablo García Romeo

Biografía

García Romeo, Pablo. Belchite (Zaragoza), c. 1591 – Consuenda (Zaragoza), 3.VIII.1672. Sacerdote y escritor.

Procedente de familia de labriegos, dedicó su vida a la carrera eclesiástica. En 1619 fue nombrado rector de la iglesia de Consuenda. A partir de ese momento se centró en la observación de los problemas de los campesinos, asunto que ilustra en su obra. Viéndose cabeza de la comunidad, buscó remedios para los males del pueblo.

Desde el punto de vista eclesiástico, se interesó por los labradores como fuente de financiación del clero. El labrador servía a las iglesias con sus diezmos y primicias, su sudor vestía altares, fabricaba templos y erigía aras.

Aumentando la renta del campesinado aumentarían los ingresos de las iglesias, se fomentaría la ocupación desterrando el ocio y se reformarían las costumbres. Pablo García Romeo consideró la agricultura origen y fuente de riqueza de la sociedad, lo que ha llevado a escribir a algún autor que presintió la escuela fisiocrática. Comparó la sociedad con un carro, del que el labrador es el eje, y faltando éste, quiebra el edificio social hasta caer el carro de la Monarquía.

En 1630 comenzó a anotar en un libro un proyecto que tomó forma entre 1647 y 1649 al instituir la Unión de Labradores, para la que redactó sus Ordinaciones.

La unión fue un monte pío o sociedad de socorros mutuos entre labradores. Se estableció un capital inicial de 1.500 escudos, de los que el autor aportó 1.000. El resto fue aportado por el Concejo, Jurados y Universidad de Consuenda. El labrador que ingresaba en la Unión pagaba una cuota por cada cabalgadura.

El capital se invirtió en censales, y los réditos obtenidos se destinaron al pago de indemnizaciones por la muerte de cabalgaduras. También creó un pósito para entregar trigo a los labradores.

En 1654 publicó el Tratado de la ejecución de la unión de labradores, su obra más importante, que divide en quince capítulos. La obra estaba concluida en 1651, cuando recibió las primeras aprobaciones eclesiásticas para su impresión. Presenta al campesinado pobre, poco instruido, mal vestido y mal alimentado. Encuentra el origen de todos los males del labrador en la falta de liquidez para la compra de mulas, enviando a dos personas a Valladolid para conseguir diez y ocho ejemplares.

Ante la carencia de numerario disponible por el campesinado, se ve la dificultad práctica de llevar a cabo un repartimiento en dinero. Decidió cultivar colectivamente un campo, llamado de la Unión, con cuyo producto se cubrió el importe del repartimiento. De este modo se puso en práctica en el reino de Aragón, durante el siglo xvi una explotación agraria de propiedad colectiva en la que trabajaron todos los miembros de la colectividad. Los resultados se desviaron un treinta y siete por ciento sobre las previsiones. Para favorecer la idea, el arzobispo de Zaragoza otorgó licencia para trabajar los días de fiesta, indulgencia de cuarenta días a los que trabajasen el campo de la Unión, y excomunión a los que se llevasen haces del mismo campo. Los resultados obtenidos fueron buenos. Al aumento de rentas de los labradores siguió un aumento de las rentas eclesiásticas, lo que permitió al padre Romero dotar a ocho sobrinas que habían quedado a su cargo, a las que procuró casamientos con labradores. También prosperó en la carrera eclesiástica, en la que fue distinguido con el título honorífico de protonotario apostólico —que ya poseía en 1654—, dignidad ésta otorgada por el Pontífice a algunos clérigos, a los que se les reconocía honores de prelado en atención a sus méritos. Fue también comisario del Santo Oficio. Como miembro del aparato inquisitorial ingresó en la Cofradía de San Pedro Mártir, en Zaragoza, con posterioridad a 1635. Falleció en Consuenda el 3 de agosto de 1672, y fue enterrado en la ermita de San Juan.

La idea de la Unión de Labradores tuvo éxito en su momento. En otros lugares de Aragón, los señores temporales incentivaron fiscalmente al campesinado para aumentar el cultivo de viñedo, como el marqués de Camarasa en Muel y el conde de Aranda en Almonacid.

Las reglas de la Unión fueron solicitadas por varios concejos para su aplicación, teniéndolas muy presentes el infante Gabriel de Borbón para establecer en el año 1727 un montepío en Consuegra.

 

Obras de ~: Ordinaciones de la unión de Labradores del lugar de Consuenda, instituida por el lic. Pablo García Romeo, Rector de él, y por sus Jurados, Consejo y Universidad, Zaragoza, Diego Dormer, 1647; Tratado de la ejecución de la unión, tesoro y reparo de labradores del lugar de Consuenda, Zaragoza, Diego Dormer, 1654 [ed. facs. con est. introd. de E. Jarque Martínez, Zaragoza, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Institución Fernando el Católico, 2000].

 

Bibl.: M. Gómez de Uriel, Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa, aumentadas y refundidas en forma de diccionario bibliográfico-biográfico, vol. I, Zaragoza, Imprenta Calisto Ariño, 1884, pág. 606; J. M.ª Sánchez Molledo, El pensamiento arbitrista en el reino de Aragón en los siglos xvi y xvii, t. I, vol. I, Madrid, Universidad Complutense, 2003, págs. 359-367; Diccionario de arbitristas aragoneses de los siglos xvi y xvii, Zaragoza, CSIC, Institución Fernando el Católico, 2005, págs. 156-162.

 

José María Sánchez Molledo

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