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Francisco Antonio Mourelle de la Rúa

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Biografía

Mourelle de la Rúa, Francisco Antonio. Corme (La Coruña), 17.VI.1750 – Cádiz, 24.V.1820. Marino y explorador.

Hijo de una familia de hidalgos de escasa fortuna, de la provincia de La Coruña. Su padre Domingo Antonio Mourelle de Lema y su madre Andrea de la Rúa Vecino, ambos de Corme, contrajeron matrimonio en 1734 y tuvieron cinco hijos, de los que Francisco Antonio fue el cuarto.

Ingresó en la Academia de Pilotos de Ferrol (1763), ya que los escasos recursos paternos no le permitieron ingresar en la Real Compañía de Guardia Marinas de Cádiz. Dos años después efectuó su primera navegación como meritorio en el navío Arrogante (1765), y más tarde lo hizo en la urca Peregrina (1766), en la que permaneció veinte meses. Obtuvo el título de pilotín (1768), y embarcó en un buque fletado por Hacienda para llevar tropas a Puerto Rico (1769). Al regreso pasó a ser pilotín de cargo de la fragata Catalina, de base en Ferrol (1771), y más tarde, como segundo piloto a la corbeta Dolores (1772), que realizó un viaje de diecisiete meses por la isla de Trinidad y el Orinoco. Nombrado segundo piloto de la urca Santa Rita (1773), viajó por las Antillas y Tierra Firme, con estancias en Puerto Rico, La Habana y Veracruz.

En 1775 pasó destinado como primer piloto al puerto de San Blas, México, que fue la base y punto de partida de muchas exploraciones españolas. Por orden del virrey de Nueva España Antonio Bucareli, participó en una expedición hidrográfica y científica de reconocimiento de las costas occidentales de Norteamérica “hasta la mayor latitud posible” (1775), destinada también a comprobar la presencia de rusos en la zona. La expedición estuvo mandada por el teniente de navío Bruno Heceta y formada por la fragata Nueva Galicia (también llamada Santiago), al mando del propio Heceta, la goleta Sonora (también llamada Felicidad) y el paquebote de aprovisionamiento San Carlos (sólo para llevar provisiones al presidio de San Diego). Mourelle embarcó como segundo del teniente de fragata Juan Francisco de la Bodega y Cuadra, comandante de la Sonora. Los expedicionarios partieron de San Blas el 16 de marzo, y el 24 se separó el San Carlos. El 11 de junio tomaron posesión de unas tierras que bautizaron “Puerto de la Santísima Trinidad” (41º de latitud) y entraron en contacto con nativos.

Continuaron hacia el Norte y llegaron a una rada que bautizaron “rada de Bucareli” (47º de latitud), donde los hombres que habían desem barcado para hacer aguada fueron asesinados por los nativos (14 de julio).

Debido a este incidente, al mal tiempo y a otros problemas, los barcos se separaron (29 de julio).

Heceta regresó a Monterrey, mientras Bodega y Mourelle siguieron hacia el Norte, la Sonora continuó su misión en solitario, y el equipo formado por Bodega y Mourelle se convirtió en el protagonista del éxito de la expedición. Con vientos favorables llegaron a lo que hoy es Alaska sin haber visto ningún ruso, y al alcanzar los 58º de latitud Norte —punto al que no había llegado antes ningún europeo— iniciaron el regreso (22 de agosto) navegando cerca de la costa. Descubrieron y bautizaron puntos notables, desembarcaron en diferentes lugares, tomaron posesión de tierras en nombre del rey de España, y, tras la desastrosa experiencia inicial, redujeron los contactos con los nativos.

Entraron en una bahía al norte de San Francisco (3 de octubre), que bautizaron “Bahía Bodega”, nombre que hoy conserva en honor del comandante de la Sonora. Al poco tiempo continuaron viaje hacia el Sur y fondearon en Monterrey (7 de octubre), donde los esperaba Heceta, dando por terminada la expedición.

Bodega y Mourelle llegaron tan enfermos que fueron desembarcados para ser tratados en tierra. Una vez recuperados, el 1 de noviembre partieron hacia San Blas, a donde llegaron el 20 de noviembre de 1775.

Fue un viaje productivo y difícil por problemas con el mal tiempo, el escorbuto y algún desafortunado encuentro con los nativos. El Gobierno español no quiso dar noticias del viaje para que no llegaran a oídos de los ingleses, y ocultó sus resultados, lo que privó a Mourelle del justo renombre del que era merecedor.

Durante su realización, Mourelle redactó un meticuloso Diario donde recogió información sobre culturas, organizaciones, costumbres y religiones de los pueblos indígenas, y datos de la geografía y flora de los lugares visitados. Algunos autores afirman que este diario fue utilizado por navegantes de exploraciones posteriores, como James Cook. Por razones desconocidas, el Diario de Mourelle cayó en manos del escritor inglés Daines Barrington, que lo publicó en 1781, traducido al inglés.

Por los méritos contraídos, Mourelle ascendió a alférez de fragata (1776) y recibió el mando del paquebote Príncipe, con el que llevó socorros al presidio de San Diego. Mientras tanto, se preparó una segunda expedición al noroeste americano, que al mando de Arteaga partió de San Blas el 11 de febrero de 1779 con dos fragatas: la Favorita (también llamada Nuestra Señora de los Remedios), mandada por Bodega y Cuadra, siendo Mourelle su segundo, y la Princesa (también llamada Nuestra Señora del Rosario), mandada por el propio Arteaga. Continuaron reconociendo y bautizando nuevos puntos del litoral del Pacífico norteamericano, y el 22 de julio llegaron al que llamaron “Puerto Santiago”, en 60 º 13´ de latitud Norte según sus observaciones; la más alta latitud alcanzada hasta entonces por el Pacífico. De regreso recalaron en San Francisco (mediados de agosto), donde permanecieron dos meses para confrontar datos, efectuar cálculos y trazar las versiones definitivas de los planos y cartas náuticas levantadas durante el viaje, y regresaron a San Blas el 17 de noviembre de 1779, dando por finalizada la expedición. Durante su estancia en San Francisco se enteraron de la nueva guerra contra Inglaterra.

La guerra entre España e Inglaterra obligó a prestar apoyo a las Filipinas, y para tal fin se envió a la Princesa (21 de febrero de 1780), que navegó de Acapulco a Manila al mando del entonces capitán de fragata Bruno Heceta, llevando como segundo a Mourelle, que en aquel año ascendía a alférez de navío. Llegó a Manila a mediados de junio. Los ingleses no aparecieron por Filipinas, y el gobernador José Basco y Vargas dio el mando de la Princesa a Mourelle, con la misión secreta de zarpar rumbo a San Blas con importante información reservada para el virrey de Nueva España, en una época de difícil navegación a través del Pacífico por los fuertes vientos contrarios.

Mourelle zarpó el 24 de agosto de 1780, y realizó con éxito la navegación, durante la que descubrió las islas Vavao del archipiélago de Tonga, y bautizó a su fondeadero “Puerto Refugio”, nombre que conserva hoy.

También descubrió otras pequeñas islas de las Tonga y Tuvalu, a las que dio nombres españoles, aunque hoy son conocidas por sus denominaciones tagalas. El 27 de septiembre de 1781 entró en San Blas, poniendo fin a trece meses de larga navegación.

Finalizada su misión permaneció en Acapulco. Escribió el relato de su viaje con la Princesa, que fue utilizado más tarde por la expedición de Malaspina.

Ascendió al empleo efectivo de teniente de fragata (1787), con lo que ingresaba en el Cuerpo General de la Armada, y fue nombrado secretario del virrey de Nueva España, conde de Revillagigedo (1790). Puesto al mando de la corbeta Mexicana (finales de 1791), para llevar a cabo una nueva exploración del noroeste norteamericano e intentar localizar el paso de Juan de Fuca (un hipotético paso entre el Pacífico y el Atlántico por el norte), no la pudo realizar al caer enfermo.

Ascendió a teniente de navío (1792), cesó como secretario de Revillagigedo y regresó a España (1793).

Entre los años 1793 y 1796 sirvió en los navíos Arrogante, Oriente y San Agustín. Participó en varias comisiones y acciones de armas, sobre todo con la escuadra de Lángara, como la campaña de Rosas (1795) embarcado en el San Agustín, en la que destacó por el ataque realizado con fuerzas sutiles de su barco a dos fragatas francesas.

Destinado como teniente de navío más antiguo en el navío Conde Regla, de la escuadra de José de Córdova, participó en el combate de San Vicente (14 de febrero de 1797), en el que tuvo que hacerse cargo del mando del navío al caer muertos o heridos sus superiores. Maniobró con pericia y realizó un buen trabajo, ya que su barco fue uno de los que mejor se batieron en aquel aciago combate.

Destinado a Algeciras (abril de 1797), volvió a estar a las órdenes de Bruno Heceta, jefe de escuadra. Entre el 1 de abril de 1797 y el 14 de marzo de 1800 participó en cuarenta y un ataques realizados por las cañoneras del apostadero contra Gibraltar, de los que veinticuatro estuvieron bajo su mando directo. Apresó o hundió varios barcos ingleses, y liberó buques que éstos habían apresado. Destacó en el combate del 19 de enero de 1799, en el que al mando de catorce lanchas y un místico, combatió contra un convoy enemigo protegido por un navío de setenta y cuatro cañones, un bergantín de dieciocho y tres lanchas cañoneras, y apresó una fragata, dos bergantines y una cañonera, hundió otra cañonera, e hizo ciento veinte prisioneros.

Esta acción le valió el ascenso a capitán de fragata (1799). Continuó en Algeciras hasta que fue nombrado segundo comandante de las fuerzas sutiles basadas en Cádiz (1800). Al cesar en su mando (1801) permaneció en aquella capital.

Cuando estalló de nuevo la guerra con Gran Bretaña, tomó el mando del apostadero de Algeciras y sus fuerzas sutiles (diciembre de 1804). En una posterior reorganización, dicho mando pasó al entonces teniente general Bruno Heceta (junio de 1805), y Mourelle quedó como su jefe de Estado Mayor. Se encontraba en Algeciras cuando tuvo lugar el combate de Trafalgar (21 de octubre de 1805). Participó en combates contra unidades inglesas que entraban y salían de Gibraltar, y apresó una fragata mercante armada (4 de enero de 1806). En febrero de 1806, pasó a mandar el apostadero de Málaga, y tomó el mando del navío Glorioso, con el que participó en convoyes a Cádiz y Cartagena y combatió a los ingleses. Por sus méritos ascendió a capitán de navío (julio de 1806), y continuó en su destino hasta que tomó el mando del apostadero de Ceuta (mayo de 1808). Más adelante se trasladó con las fuerzas de su mando a Cádiz (junio), donde, comenzada la Guerra de la Independencia contra los franceses, contribuyó a la rendición de la escuadra francesa de Rosilly (14 de junio).

En enero de 1809 fue designado vocal de la junta militar y jefe de las fuerzas sutiles de defensa de Cádiz.

Al mando del navío Algeciras (octubre de 1809), hizo un viaje a Veracruz y La Habana para buscar caudales, y regresó a Cádiz con el Algeciras y el Asia (mayo de 1810) con una carga de cuatro mil fusiles y una buena suma de dinero. Cesó en dicho mando y pasó a mandar las fuerzas sutiles de reserva de Cádiz, formadas por la corbeta Príncipe y siete cañoneras, con las que prestó unos excelentes servicios hasta su desarme (abril de 1813). En este período ascendió a brigadier (1811) y fue vocal del Consejo de Generales establecido en El Puerto de Santa María.

Recibió el mando de una escuadra (noviembre de 1818) con la misión de llevar tropas a Buenos Aires para sofocar la sublevación del virreinato del Plata. En agosto de 1819 recibió la notificación de su ascenso a jefe de escuadra con antigüedad de noviembre del año anterior. El alzamiento de Riego y Quiroga (enero de 1820) frustró el viaje a América. Mourelle, con su insignia en el navío Numancia, rechazó las ofertas de la revolución, y cuando Quiroga, que había llegado sin problemas a San Fernando, quiso continuar hacia Cádiz, fue detenido por las guarniciones de los barcos de Mourelle, que habían desembarcado a las órdenes del mayor general José Primo de Rivera y estaban parapetadas en Cortadura. Aquella acción, unida al hecho de que Mourelle se negó a obedecer al gobierno constitucional y no quiso jurar la Constitución hasta que la juró Fernando VII, le costó muchos disgustos, que supo llevar con entereza, aunque minaron de forma considerable su salud, ya muy resentida por todos los trabajos realizados y penalidades sufridas hasta entonces.

Pasó a estar a las órdenes del capitán general de la Armada Juan María de Villavicencio, que había sido enviado por el Gobierno a Cádiz para hacerse cargo de la Marina, con el que colaboró en todo momento.

La expedición a ultramar se disolvió de forma definitiva, la escuadra fue desarmada y Mourelle arrió su insignia en abril de 1820.

Su estado de salud, muy precario en los últimos tiempos, empeoró, y le sobrevino la muerte en Cádiz a las siete de la tarde del 24 de mayo de 1820. Fue enterrado en el cementerio de la ciudad, donde sus restos permanecieron hasta que una disposición del Almirantazgo (1873) decretó su traslado al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, lo que tuvo cumplimiento en 1891.

Mourelle contrajo matrimonio en 1798 con Petronila Pardo y Ariza, al parecer mucho más joven que él, y tuvieron al menos dos hijos: Francisco y José María.

Francisco, que era comerciante en Cádiz, en 1854 solicitó a la reina Isabel II el traslado de las cenizas de su padre al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.

Más adelante, por escrito de 15 de abril de 1872, su hermano José María, vecino de Algeciras, solicitó de nuevo el traslado de las cenizas de su padre al citado Panteón, afirmando que era el “hijo mayor y único hoy día existente”, lo que presupone que en aquella fecha Francisco ya había fallecido Mourelle fue un gran explorador del siglo XVIII, que para muchos estuvo a la altura de los mejores de la época: Cook, Bouganville, Malaspina o La Perouse.

Destacó por su capacidad para narrar en crónicas escritas las expediciones y los viajes en que intervino.

Sus informes, conocidos en Inglaterra y en Francia (donde su nombre fue cambiado por “Mourella”), fueron traducidos a varios idiomas. Tanto de subalterno como de jefe dio continuas pruebas de su valía, y así lo demostró en sus viajes por las costas de California o de Filipinas, en sus largas travesías, y en sus intervenciones armadas.

Fue acreedor a diversas condecoraciones y distinciones, entre ellas: Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo; caballero de la Orden Militar de Santiago; y Cruz Laureada de la Marina.

 

Obras de ~: Colección de noticias adquiridas por nuestras exploraciones en la costa septentrional de California hasta los 61º de latitud (ms. en Museo Naval de Madrid), 1774-1790; Navegación hecha a los descubrimientos de la costa septentrional de California con la goleta Sonora, por el segundo Piloto de la Armada y primero del Departamento de San Blas (ms. en Museo Naval de Madrid), 1775; Navegación hecha por el Alférez de Fragata de la Rl. Armada d. Francº. Antonio Mourelle destinado de segundo Capitán de la fragata Favorita de 40 codos de Quilla: 14 de manga calada de Popa, 14, pies: idem de Proa 13, desde el Puerto de San Blas que está en la latitud de 21º, 30´ N. y al Occidente de París 107º, 6´ en longitud, a los descubrimientos de la Costa septentrional de California que se extendieron hasta la altura de 61º y al Occidente de París 158º (ms. en Museo Naval de Madrid), 1779; Journal of a voyage in 1775, to explore the Coast of North America Northward of California, trad. de D. Barrington, London, J. Nichols, 1781; Noticia de la navegación de la fragata Princesa, al mando del Alférez de Fragata Don Francisco Mourelle, desde Manila a San Blas, por el Océano Pacífico, en 1780 y 1781 (ms. en Museo Naval de Madrid), 1781; Tabla que manifiesta las latitudes y longitudes de las islas y baxos vistos durante nuestra navegación en la fragata Princesa, arregladas las longitudes al meridiano de París, que dista de San Bernardino al oriente 121º 40´ (ms. en Museo Naval de Madrid), Madrid, por Josef de Espinosa y Tello, 1809; Voyage of the Sonora in the second Bucareli expedition, to explore the Northwest coast survey the port of San Francisco and found Franciscan missions and a presidio and pueblo at that port, the journal kept in 1775 on the Sonora / Translated by Daines Barrington from the original Spanish manuscript, San Francisco (California), Thomas C. Russell, 1920.

 

Bibl.: CATÁLOGO descriptivo de los objetos que contiene el Museo Naval, Madrid, Imprenta de T. Fortanet, 1871, págs. 71- 72; J. M. Mourelle, Biografía del Excmo. Sr. D. Francisco Antonio Mourelle, Jefe de la Escuadra de la Armada, Madrid, Est. Tipográfico de Enrique Teodoro, 1877; C. Fernández Duro, Armada Española, ts. VII y IX, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1902; J. Cervera y Jácome, El Panteón de Marinos Ilustres. Historia y Biografías, Madrid, Imprenta Ministerio de Marina, 1926, págs. 181-184; N. Gómez y J. L. Balcázar, Calendario efemérico de Ejército y Armada, t. I, Madrid, Imprenta del Ministerio de Marina, 1931, págs. 287-288; M. Mourelle-Lema, “Un navegante ilustre: el jefe de escuadra Francisco Antonio Mourelle”, en Revista General de Marina, t. 172 (1967), págs. 750-754; A. Landín Carrasco, Mourelle de la Rua, explorador del Pacífico, Madrid, Cultura Hispánica, 1971; J. M.ª Martínez- Hidalgo y Terán (dir.), Enciclopedia General del Mar, t. VI, Barcelona, Ediciones Garriga, 1982, págs. 49-51; A. Landín Carrasco, Islario español del Pacífico. Identificación de los descubrimientos en el Mar del Sur, Madrid, Cultura Hispánica, 1984; C. Martínez Shaw (ed.), El Pacífico español, de Magallanes a Malaspina, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, Lunwerg, 1988; F. Monge y M. del Olmo, Expediciones a la Costa Noroeste [Textos de Malaspina, Suria y Mourelle], Madrid, Historia 16, 1991; A. Landín Carrasco (dir.), Descubrimientos españoles en el Mar del Sur, Madrid, Banesto, 1991; A. Landín Carrasco, “Guía de descubridores: Arteaga, Bodega y Mourelle”, en Revista General de Marina, t. 222 (1992), págs. 453-461; España en el mar. Padrón de descubridores, Madrid, Editorial Naval, 1992; C. Fernández Duro, Disquisiciones Náuticas. vol. III (Navegaciones de los muertos y vanidades de los vivos), Madrid, Ministerio de Defensa, 1996, págs. 421-422; F. Fuster Ruiz, El final del descubrimiento de América: California, Canadá y Alaska (1765-1822), Murcia, Universidad, 1998; F. González de Canales y López- Obrero, Catálogo de Pinturas del Museo Naval, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, Armada Española, 2000, págs. 292- 293; M. Fernández-Aceytuno, “Mourelle de la Rúa, Francisco Antonio”, en X. Fraga Vázquez y R. Sisto Edreira (coords.), Diccionario histórico das ciencias e das técnicas de Galicia. Autores. II (anteriores a 1868), La Coruña, Seminario de Estudos Galegos, 2005, págs. 138-140.

 

Marcelino González Fernández

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