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Felip Dalmau de Rocabertí y Montcada

Biografía

Rocabertí y Montcada, Felip Dalmau de. Vizconde de Rocabertí (XVIII). ¿Castillo de Peralada (Gerona)?, 1342 – Sicilia, 1392. Político, diplomático, guerrero, consejero y camarlengo real, vicario general, virrey y lugarteniente real de los ducados de Atenas y Neopatria, lugarteniente real en el ducado de Gerona y literato.

Felip Dalmau de Rocabertí nació probablemente en el castillo de Peralada (Gerona). Hijo y sucesor de Jofre (V) de Rocabertí y de Serrallonga (1324-1342), vizconde de Rocabertí, barón de Navata y Vilademuls, señor de Peralada, diplomático, cortesano y militar de Jaime II, Alfonso III y Pedro III, uno de los cinco jueces de la comisión examinadora de la sucesión del Reino de Mallorca-Rosellón (1324) junto a las máximas figuras nobiliarias del país, participante en la campaña de Granada (1331) y asistente a las coronaciones de Alfonso III (1328) y de Pedro III (1336), y de Elisenda de Montcada, hija del mayordomo Ot de Montcada y de Pinós, señor de la baronía de Aitona, sobrina de la reina del mismo nombre e integrada en el séquito de Jaime II y de Alfonso III.

Felip Dalmau de Rocaberti casó con Antonia de Alagón, hija de su antiguo enemigo Artal, con la que no tuvo descendencia, y, en segundas nupcias, con Esclaramunda de Fenollet (1355), hija del vizconde de Illa-Canet Bertrán, con la que tuvo, entre otros hijos, a su heredero Jofre VI (1392-1403), consejero y camarlengo de Juan I y de Martín el Humano; a Bernat Hug, copero real; a Joana, baronesa de Verges, que casó con Pere II, último conde de Empúrias; a Esclaramunda, esposa de Ramón de Perellós, vizconde de Rueda y Perellós, y a Elieta, casada con Eimeric, vizconde de Narbona.

Con él, el solar de Rocabertí, de jurisdicción feudal centrada en el castillo de Rocabertí, en la Jonquera (Alto Empurdán), influiría en la cúpula gubernativa de la Corona de Aragón. Tras iniciar su carrera militar en 1358 luchando junto a los Cabrera contra los condes Hug II de Cardona y Pere II de Urgell y el infante Ramón Berenguer I de Empúrias, destacó militar y diplomáticamente en la guerra de los Dos Pedros (1356-1369). La primera noticia de su faceta militar corresponde a 1357, durante la primera campaña (1356-1357) de dicha guerra. Ya en la segunda campaña (1359-1360), muestra sus dotes diplomáticas al ser uno de los tres negociadores de la embajada del rey de Cataluña-Aragón para tratar la paz de Deza (1361) con los castellanos, apareciendo entre los tratantes en Castilla del cumplimiento de las cláusulas estipuladas.

Al romperse dicha paz, se distinguió en Cariñena (1363) y en Ayora (1364) como uno de los juradores en la firma de la Paz de Sos con Navarra (1364). A pesar de sus brillantes servicios, se enemistó con Pedro III el Ceremonioso debido a la condena a muerte de su buen amigo y aliado, el gran privado y almirante Bernat (II) de Cabrera (1364), enfrentándose al Rey en el vizcondado y librándose de la invasión real sólo por la mediación de los condes de Urgell y de Foix. La sumisión real le permitió codirigir la defensa del Rosellón (1366) contra el desposeído Jaume de Mallorca. Debido al rencor hacia el Rey abandonó su servicio y pasó al de Enrique de Trastámara para destronar a Pedro el Cruel; así, entre 1366 y 1367 combatió en Castilla por la causa de Enrique, hasta que, tras la batalla de Montiel (23de junio de 1369), Pedro I de Castilla halló la muerte en el castillo durante la pelea con su hermano Enrique al intervenir —“Ni quito ni pongo rey”— el mercenario francés Beltran du Guesclin, según la versión popular, la Chronique de sus gestas y la Crònica de Pedro III, o el vizconde de Rocabertí según los cronistas Froissart y Zurita.

Sobrequés considera probable que Felip Dalmau ni siquiera estuviera presente, ya que recibía en sus dominios órdenes del infante Joan para defender el Ampurdán y el Gironés contra los franceses en octubre de 1368 y acompañaba al mismo príncipe en Aragón como previsión del paso de las Compañías Blancas de Du Guesclin hacia Francia en diciembre de 1369.

A partir de 1368 se integró en el séquito del infante Joan, duque de Gerona, a quien suele acompañar en sus desplazamientos, forma parte de su consejo y, al menos desde 1371, se convierte en su camarlengo. Entre las misiones diplomáticas que se le encargan, acude a Besiers (1371), donde la infanta Juana de Valois, hija del rey de Francia prometida del príncipe, muere de enfermedad camino del enlace, así como al recibimiento en Salses (1373) de la futura esposa del infante, Mata de Armañac, conduciéndola a Barcelona. Quizás la amistad del duque contribuyó a la reivindicación de los Cabrera (1372), olvidando el vizconde su rencor hacia el Monarca, en un acercamiento propiciado también por sus afinidades literarias. A los años posteriores parece corresponder el debate poético entre Felip Dalmau y Jaume March (1334/35-1410), padre de Ausiàs March, la Qüestió entre lo vescomte de Rocabertí e mossèn Jaume March sobre lo departiment de l’estiu e de l’hivern, con Pedro el Ceremonioso como juez. La cultura y la afición a las letras del vizconde le comportó múltiples contactos con los mantenedores de los Juegos Florales de Tolosa, relacionándolos con la Corte catalanoaragonesa y favoreciendo la instauración de la Gaya Fiesta barcelonesa bajo el reinado de Juan I. Es probable que haya que identificarle con el “Dalmau de Rocabertí” a quien Joan de Castellnou dedicó su Compendi de la coneixença dels vicis que poden esdevenir en los dictats del Gai Saber, resumen parcial de las Leys d’amors del consistorio tolosano. En 1374, el vizconde destacó en la defensa de la frontera y de territorios gerundenses ante la invasión del infante Jaume de Mallorca. El 28 de abril de 1381 recibió la confirmación definitiva de una de las mayores dignidades del sistema administrativo de la Corona de Aragón al ser elegido por Pedro III como vicario general, virrey y lugarteniente real de los ducados de Atenas y Neopatria. Poco antes era convocado por el Monarca a la asamblea de notables reunida en Calatayud para discutir la legitimidad de cada uno de los dos papas y ayudar al Rey a pronunciarse al respecto, asamblea luego suspendida. La Orden Real de trasladarse a Grecia fue recibida mientras capitaneaba una flota dirigida a Cerdeña para represaliar al rey de Túnez Abu-l-Abbas por los ataques al comercio catalán.

En el verano de 1381 se desplaza a la Grecia catalana, asumiendo a su llegada a Atenas, en otoño, todos los poderes políticos y militares de los ducados. A continuación inicia una política de pactos y alianzas con los vecinos más poderosos: firma un convenio de paz con el veneciano Nerio Acciaiuoli, señor de Corinto, y refuerza los vínculos con los venecianos de Negreponte (Eubea), el emperador bizantino Juan V y Juan Fernández de Heredia, Gran Maestre del Hospital, quien había sido requerido en nombre de Pedro III para ayudar en la expulsión de las Compañías Navarras. Para fortalecer los lazos con Luis Federico, conde de Salona, acuerda la boda de su hijo Bernat Hug, copero del primogénito, con María Frederic, hija del conde y nieta del emperador Juan V Cantacuzeno, enlace que Pedro III patrocinaría ofreciendo al conde de Salona, y más tarde a su viuda, Elena Cantacuzeno, el castillo de Siderocastron en caso de boda. Pacificados ya los ducados griegos, deja a su lugarteniente Ramón de Vilanova y retorna en 1382 a Cataluña. Durante la travesía, libera a la María I de Sicilia, reina adolescente asediada en el castillo de Agosta por su tutor y vicario general de la isla, el barón siciliano Artal de Alagón; dicha reina sería acogida dos años después en Barcelona bajo la tutela de su abuelo, Pedro el Ceremonioso, en el seno de la familia de su tío, el infante Martí, con el hijo del cual se casaría para asegurar el dominio catalán sobre Sicilia. A mediados de julio de 1382, en Barcelona, el soberano concedía 6.000 florines de oro de Aragón a Felip Dalmau como recompensa por el viaje a Grecia y a Sicilia. Durante los años 1381-1383 participaba en los preparativos de la expedición a Cerdeña del infante Joan. El estallido de las divergencias entre el Rey y el primogénito debido al odio que éste profesaba a su madrastra, Sibil·la de Fortiá, amante del Rey y futura reina, implicó al vizconde por su relación con el duque de Gerona, su cargo de camarlengo en la Corte de aquél y la devoción del infante por su tutor, Bernat de Cabrera, amigo de Felip Dalmau ajusticiado por el Monarca, comportándole la destitución de todos sus cargos (1385), incluido el de lugarteniente real en el ducado de Gerona, la sustitución de sus hombres de confianza en el gobierno del ducado por adictos al Rey y la confiscación de sus dominios (1386). Felip Dalmau se exilió a Francia para alejarse de la irritación real. Su exilio sería breve. El 5 de enero de 1387 moría Pedro III y el vizconde volvía a la gracia real con su sucesor, convirtiéndose en el gran consejero del nuevo rey, su buen amigo Juan I, quien le restituía en el cargo de vicario general de Atenas y Neopatria. Juan I recordaba entonces a la condesa viuda de Salona el acuerdo de boda de su hija María con Bernat Hug, hijo del vizconde, matrimonio frustrado al no volver ninguno de los dos Rocabertí a Grecia. María acabaría, junto a su madre, en el harén del sultán Bayacet I tras la conquista del país. Las tropas del florentino Rainiero Acciaiuoli conseguían ganar finalmente la Acrópolis a los catalanes el 2 de mayo de 1388, perdiéndola frente a los turcos. Entre los servicios militares a Joan I, defendió el Rosellón, el Empurdán y la ciudad de Gerona durante el bienio 1389-1390 junto al vizconde de Illa- Canet ante el conde de Armañac, quien alegaba derechos sobre el Reino de Mallorca-Rosellón cedidos por la hija de Jaume III de Mallorca. Pese a su avanzada edad, embarcó en 1392 junto a su hijo Jofre, en compañía del infante Martí, para restituir la isla a la obediencia de la nuera de dicho infante, la reina María I, falleciendo al llegar a Sicilia.

Su profusa cultura y afición literaria le hacen ser uno de los dos candidatos que se posicionan con más fuerza para la autoría del Llibre de cetreria del vizconde de Rocabertí, redactado, en caso de ser Felip Dalmau I su autor, entre 1387, año en que obtuvo el capelo cardenalicio el obispo de Valencia Jaume de Aragón, destinatario de la obra, y 1392, fecha de la muerte del vizconde, en el entorno cortesano del rey Joan I el Cazador (1387-1396); dicho tratado de cetrería —un breve pero original texto que conserva las secciones típicas del género— se conserva en una copia napolitana del tercer tercio del siglo XV realizada durante el reinado de Ferrante I de Nápoles, hijo y heredero de Alfonso el Magnánimo.

 

Obras de ~: Llibre de cetreria, 1387-1392, ed. facs. por J. P. Par Torrent (ed.), Llibre de cetreria compost per lo vescomte de Rocabertí, Barcelona, Asociación de Bibliófilos de Barcelona, 1951; Qüestió entre lo vescomte de Rocabertí e mossèn Jaume March sobre lo departiment de l’estiu e de l’hivern, en J. March, Obra poètica, J. Pujol (ed.), Barcelona, Barcino, 1994, págs. 209-223;edición crítica en J. Querol y San Abdon, “El Llibre de cetreria del vescomte de Rocabertí: edició i estudi d’un tractat de falconeria escrit a la Corona d’Aragó”, Trabajo de investigación correspondiente al Programa de Doctorado de Historia de la Ciencia, Bellaterra, 2004, págs. 65-75 (inéd.).

 

Bibl.: A. Rubió y Lluch, Documents per l’història de la cultura catalana mig-eval, 2 vols., Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1908-1921 [reed. facs. Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 2000], vol. 1, págs. 59-63, 174-181, 249 y 382; A. Rubió y Lluch, reseña del libro de Amadée Pagès, Auzias March et ses predeceseurs, París, H. Champion, 1912, en Anuari del I.E.C., 1911-1912, págs. 730-731; D. Girona y Llagostera, Itinerari de l’Infant En Joan, Valencia, Impremta de Fill de F. Vives Mora, 1923, págs. 107, 164, 193, 245 y 312; D. Girona y Llagostera, “Itinerari del rei en Joan I”, en Estudis Universitaris Catalans, vols. XIII-XV (1928-1930), pág. 62; A. Rubió y Lluch, Diplomatari de l’Orient català, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1947 [reed. 2001], págs. 512-513, 566, 576, 579, 581 y 742-743; R. Tasis, La vida del Rei en Pere III, Barcelona, Aedos, 1954 [reed.: 1961], págs. 202, 288 y 323; S. Sobrequés y Vidal, Els barons de Catalunya, Barcelona, Teide, 1957 [reed. Barcelona, Vicens Vives (Biografies Catalanes, 3), 1961; 1970; 1980], págs. 206-208 y 258-259; Diccionari biogràfic, vol. 4, Barcelona, Albertí, 1966-1970, págs. 114- 116; F. Soldevila (ed.), Les quatre grans cròniques (Jaume I, Bernat Desclot, Ramon Muntaner, Pere III), Barcelona, Selecta, 1971, pág. 1153; A. de Fluvià y Escorsa, “Rocabertí”, en Gran Enciclopèdia Catalana, Barcelona, Enciclopèdia Catalana, 1988, vol. 19, pág. 423; H. Grau y Aymà, “Guerra dels Dos Peres”, en Gran Enciclopèdia Catalana, Barcelona, Enciclopèdia Catalana, S.A., 1988, vol. 9, pág. 264; J. M. Salrach, “Rocabertí i de Montacada, Felip Dalmau de”, en Gran Enciclopèdia Catalana, Barcelona, Enciclopèdia Catalana, S.A., 1988, vol. 6, pág. 461; J. Querol y San Abdon, M. Pumarola y Batlle, “Introducció al Llibre de cetreria del vescomte de Rocabertí: l’esplendor de la falconeria catalanoaragonesa a la baixa Edat Mitjana”, en XIII Congreso Nacional de Historia de la Veterinaria (Gerona, 19-20 Octubre 2007), págs. 215-221.

 

Jordi Querol San Abdon

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