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Toribio Núñez Sessé

Biografía

Núñez Sessé, Toribio. Coca (Segovia), 1766 – Sevilla, 1834. Canonista, bibliotecario de la Universidad de Salamanca, diputado en el Trienio Liberal e introductor de Kant y Benthan en España.

Su padre, Carlos Núñez, era médico y se había formado en Salamanca. Una vez aprendidas las primeras letras en Coca, en 1773 se trasladó a Arévalo y de ahí pasó a Madrid, donde cursó un año de Filosofía Moral en los prestigiosos Reales Estudios de San Isidro. En 1780 falleció su padre y se trasladó a Salamanca, en cuya Universidad alternó los estudios de Filosofía, Leyes, Teología y, sobre todo, Cánones, en cuya Facultad se graduó de bachiller el 30 de mayo de 1789. La formación de Nuñez fue multidisciplinar, pues pensaba que el ejercicio del Derecho debía ir acompañado de los saberes humanísticos, “indispensables en esta universidad para la carrera de los Cánones en que quería instruirse, por estar convencido de que esta facultad [Leyes], con la de la Sagrada Teología, formaban toda la ciencia de la religión cristiana, y de que los conocimientos de una u otra no podrían ser ni en mucho número ni muy fundamentales sin el auxilio de cada una”. Al mismo tiempo, completaba su formación jurídica asistiendo a las Reales Academias de Teología, Derecho Eclesiástico y Cánones — de la que era presidente en 1791—, establecidas dentro de la misma Universidad.

En los tres cursos siguientes (1790-1793) sus estudios fueron dirigidos a conseguir la licenciatura en dicha Facultad de Cánones (“tiene pasantía cumplida en esta forma: en el año de 1790, primer curso de derecho de Historia Eclesiástica; en el año de 1791, el segundo en Cátedras de Colecciones Canónicas más y menos antigua; en el año de 1792 presente tiene el tercer año de Concilios Nacionales y generales en cátedras de prima y vísperas; y el último curso de pasantía de cánones se dispensó en claustro de señor cancelario de 25 de agosto presente [1792] por la calidad de noble que acreditó gozar”). El 10 de septiembre de 1792 pasó el examen del grado de licenciado y al mes siguiente, el 13 de octubre, recibió el grado de doctor con pompa. Ese mismo año de 1792 copió para Ramón de Salas los Diálogos de A.B.C. de Voltaire.

Durante esa etapa de estudiante en Salamanca, Núñez se adscribió claramente al grupo más reformista del claustro universitario, pues fue protegido por Meléndez Valdés y colaborador de Ramón de Salas, de quien fue amanuense “por tener letra decente”. Durante toda su vida estuvo Núñez ligado a la familia de Meléndez. El 24 de enero de 1788 participó en un acto en Leyes, presidido por Meléndez, en el que defendió la materia de Religione Politice. En el currículo de la oposición de 1791 manifiesta con cierto orgullo que “ha sido tres años sustituto nombrado por el claustro de esta universidad de la Cátedra de Prima de Letras Humanas de ella en ausencias y enfermedades de su catedrático, el doctor don Juan Meléndez Valdés”. Esos lazos se estrecharon cuando el 15 de diciembre de 1792, en la parroquia de San Benito de Salamanca, Toribio Núñez se casó con Cándida de la Riba Coca, sobrina de la mujer de Meléndez, Andrea de Coca. Aunque Núñez, viudo, se volvería a casar, siempre fue “sobrino político” para la familia de Meléndez, de manera que al morir sin sucesores directos el poeta, su mujer y su cuñado el presbítero Matías de Coca, Toribio Núñez fue el albacea y heredero de los bienes del poeta y consta como, el mismo año de su muerte (1834), reclamó los derechos de autor.

Doctor y casado, entre 1793 y 1796 Nuñez intentó la estabilidad laboral regentando interinamente varias cátedras (la de Prima de Letras Humanas y la de Instituciones canonistas). También opositó infructuosamente a varias de ellas, como las de Filosofía (1791), Derecho eclesiástico, Colecciones canónicas e Instituciones canónicas (30 de agosto de 1793). La última oposición documentada en la que Nuñez participó fue otra de Instituciones canonistas, sin éxito, el 19 de junio de 1795. A partir de ese año no volvió a concursar en ninguna oposición a cátedras. El grupo de los catedráticos progresistas, amigos suyos, empezó a ser vigilado desde 1794 y, en enero de 1796, se ordenó la detención de Ramón Salas. Núñez, citado por la Inquisición, fue absuelto. A pesar de todo, no desapareció su afán reformista, que repetidas veces manifestó en el claustro con su posición favorable a la creación del Colegio de Filosofía. En 1795 presentó una solicitud al Consejo de Castilla para publicar el periódico Distracciones Literarias —junto con Josef Luis Munárriz y Juan Ramón Osés—, para contribuir al bienestar de España en tiempos donde “la confusión de las luces y de conocimientos literarios produce todo el desorden de Europa”. No consiguieron el permiso.

Dada la persecución contra el grupo de universitarios progresistas, Nuñez decidió, hacia 1798, trasladarse a Sevilla con el empleo de administrador de los estados de la duquesa de Alba y, hacia 1802, se encontraba ejerciendo de comerciante en la misma ciudad. Quintana, otro ilustre discípulo de Meléndez Valdés, le dedicó el libro de sus Poesías, publicado en 1802. Los biógrafos de Quintana han hecho notar que esta dedicatoria —”A mi amigo don Toribio Núñez”— desaparece de la edición de 1813, debido a la infidelidad de su mujer María Antonia Florencia, “una de las beldades de Zaragoza”, con Núñez, lo que ocasionó un evidente antagonismo sentimental y financiero, que no ideológico, pues ambos eran fervientes liberales y admiradores de Meléndez.

Hacia 1804 se trasladó a Piedrahita (Ávila), perteneciente a la provincia de Salamanca del Antiguo régimen, pues se casó con Teresa Somoza y Carvajal, hermana del famoso escritor liberal “temprado” José Somoza (1781-1852), quien, a su vez, parece que anduvo enamorado de una de las hijas del primer matrimonio de Núñez. En 1807 y 1809 fue procurador síndico general por el estado noble del Ayuntamiento de Piedrahita. Fue por entonces cuando adquirió entre otros libros los Principios de legislación civil y penal de Bentham, de quien sería el difusor en España. Derozier afirma que Núñez fue condecorado por José I en noviembre de 1810 como caballero de la Nueva Orden de España, si bien el nombre de Núñez no está en la lista de los 130 que lo fueron.

Hacia 1812 trasladó su residencia a Salamanca y en 1813 fue designado bibliotecario mayor de la Universidad. Derrotados los franceses, formó parte de la comisión que debía informar sobre el proyecto de instrucción pública. En 1814 fue elegido, junto con el catedrático salmantino Tomás González, para presentar el Plan de la Universidad y personalmente redactó el Discurso Preliminar (editados ambos en 1820). Tras el golpe de estado de Fernando VII en mayo de 1814, Núñez cambió el tono del Discurso Preliminar, que acababa de redactar, alabando las escuelas de Latinidad y de Religión, según los deseos del nuevo gobierno absolutista. Presentó el Plan de la Universidad a Fernando VII y fue condecorado con la insignia de la Real y Distinguida Orden de Carlos III en agosto de 1814. Pero en pocos meses se produjo la mudanza política que llevó a Núñez a ser procesado. En 1815 se pasó la inspección de la Universidad de Salamanca por los visitadores, Jerónimo Castrillón —poco después inquisidor general— y el catedrático Manuel Caballero del Pozo “para acabar con las opiniones perniciosas a la Religión e inductivas de subversión a las legítimas potestades”. El trienio de 1816 a 1819 fue tiempo de persecución y Toribio Núñez —bibliotecario mayor— fue procesado y expulsado de la Universidad el 2 de septiembre de 1817. Fue recluido diecinueve meses en el seminario conciliar de Salamanca, tras lo que se trasladó a Piedrahita con su numerosa familia. En este retiro y con alguna ayuda económica del Claustro, escribió gran parte de su obra sobre Bentham.

Sublevado Riego en enero de 1820, llegó su rehabilitación política y académica. Ese mismo año publicó en Salamanca, dedicado a las Cortes, el Espíritu de Bentham. Sistema de la Ciencia Social y se editaron sus trabajos interrumpidos en 1814, como el Informe de la Universidad sobre plan de estudios con el aludido Discurso preliminar, donde se dice: “Desde que Locke, Newton y Kant guiados por el análisis, la analogía, y la experiencia, han abierto un camino tan seguro, y dirigido con tanto acierto la marcha de las ciencias, sería una temeridad apartarse de sus guías”. Se inició por entonces la correspondencia de Núñez con su admirado Bentham y también en 1820 parece que colaboró en el Semanario nacional, político y científico de Barcelona.

En 1821 publicó Principios de la Ciencia Social y participó en la comisión del Informe de la Universidad de Salamanca sobre el proyecto del Código Penal. Fue elegido a fines de año diputado a Cortes, por la segunda legislatura, elección que fue impugnada. Posteriormente confirmada su acta de diputado en 1822, Nuñez pidió el 11 de mayo a las Cortes “que las propiedades rústicas y urbanas del clero” sirvieran para indemnizar a las universidades. Con intensa actividad parlamentaria, formó parte de diversas comisiones y del Tribunal de las Cortes. Publicó en Salamanca su Carta a Bentham (quien le confesaba a Núñez que deseaba para Oxford la libertad de espíritu que entonces reinaba en España).

A principios de 1823, Núñez era miembro de la Diputación permanente de las Cortes y con el resto de diputados salmantinos votó la destitución temporal del Rey y el traslado de la Familia Real a Cádiz. Restablecido el absolutismo, llegaron las represalias y dio comienzo para él una década realmente ominosa. Fijó su residencia en Sevilla y pasó dificultades económicas, pues sus libros y derechos de autor se habían visto afectados por la Real Orden que mandó recoger los libros impresos de 1820 a 1823, entre ellos los derechos heredados de los cuatro tomos de las Poesías y el tomo de los Discursos Forenses de Meléndez. En abril de 1833, Núñez, albacea de la viuda del poeta, solicitó autorización para comercializar dichas obras de Meléndez. En 1834 falleció en Sevilla con ocasión de la epidemia de cólera. Parte de su descendencia se trasladó a Piedrahita bajo la tutela de José Somoza. Póstumamente, en 1835, apareció en Madrid la Ciencia social según los principios de Jeremías Bentham.

El pensamiento filosófico-jurídico de Nuñez es esencialmente utilitarista, corriente desde la que alimentó el flujo de renovación filosófica y en la enseñanza del derecho. Como muchos de los discípulos del ilustrado progresista Meléndez Valdés, Nuñez viró hacia el liberalismo claramente, si bien en etapas de su vida, como muchos de sus contemporáneos, presentó ciertas contradicciones ideológico-vitales para sobrevivir enmedio de la persecución absolutista. Su utilitarismo perseguía el ideal de la felicidad del mayor número de personas. Junto a la difusión del utilitarismo, otra aportación menos conocida de Nuñez fue la difusión del pensamiento de Kant en España, lo que obligó a corregir la idea de que su recepción en el siglo XIX fuera tardía o débil. En el fondo, la pretensión de Núñez consistía en completar y sintetizar la filosofía social y moral de Bentham con la filosofía kantiana de la naturaleza, aprovechando los principales logros de ambos pensadores, ya que para él Bentham había descubierto las leyes de la conciencia, de la psicología y del mundo moral, y Kant había descubierto los elementos y leyes de nuestro conocimiento del mundo físico.

En resumen, Nuñez fue un fracasado profesional, pero fue pionero en difundir en España el pensamiento de Kant, buscando conciliarlo con el de Bentham, de cuyo utilitarismo fue entusiasta. Destacado sostenedor del movimiento reformador salmantino de fines del siglo XVIII, lo continuó hasta principios de la década de 1830. En el medio siglo que va desde 1780 a 1830, Nuñez estuvo ligado a la figura de Meléndez Valdés y a los profundos cambios sociales y políticos de ese período. No caben dudas sobre el talante liberal que mostró en su trayectoria política este “apóstol” de Bentham y su defensa de la Universidad de Salamanca.

 

Obras de ~: Informe de la Universidad de Salamanca sobre Plan de Estudios o sobre su fundación, altura y decadencia y sobre las mejoras que es susceptible, con cuyo motivo presenta un proyecto de Ley sobre Instrucción Pública, Salamanca, Imprenta de Don Vicente Blasco, 1820 (1.ª ed. 1814, secuestrada); Espíritu de Bentham. Sistema de la Ciencia Social, Salamanca, Imprenta Nueva de D. Bernardo Martín, 1820; Principios de la Ciencia Social o de las Ciencias morales y políticas, por el Jurisconsulto inglés Jeremías Bentham, ordenados conforme al sistema del autor original y aplicados a la Constitución española por D. Toribio Núñez, Salamanca, Imprenta Nueva de D. Bernardo Martín, 1821; Informe de la Universidad de Salamanca sobre el proyecto del Código Penal que van a discutir las cortes extraordinarias, parte I, Salamanca, Imprenta Nueva, 1821; Carta de Núñez a Bentham, Salamanca, Imprenta de Vicente Blasco, 1822; Ciencia social según los principios de Jeremías Bentham por el Doctor Don Toribio Núñez, bibliotecario de la Universidad de Salamanca, Diputado a Cortes en las de 1822. Obra impresa de orden del Gobierno, Madrid, Imprenta Real, 1835.

 

Bibl.: Felicitación de la Universidad de Salamanca Al Rey Nuestro Señor Don Fernando VII de Borbón. En testimonio de amor, de gozo y homenaje, por su vuelta a la capital del Reyno, y al Trono de sus mayores, después de seis años de cautiverio, Madrid, Imprenta de Repullés, 1814; M. Quintana, “Noticia histórica de Meléndez Valdés”, en Obras Completas, Madrid, Atlas, 1946 (1.ª ed., 1820); J. R. Lomba y Pedraja, Obras en prosa de José Somoza, con notas y apéndices y un estudio preliminar de [...], Madrid, Imprenta de la Revista de Archivos y Bibliotecas, 1904; J. Sánchez-Rivera de la Lastra, El utilitarismo. Estudio de las doctrinas de J. Bentham. Su expositor en España, pról. de Q. Saldaña, Madrid, Biblioteca de la Revista de Legislación y Jurisprudencia, 1912; A. Derozier, Manuel José Quintana y el nacimiento del liberalismo, Madrid, Turner, 1978; S. Rodríguez, Renacimiento universitario salmantino. Ideología liberal del Dr. Ramón de Salas y Cortés, Salamanca, Universidad, 1979; B. Pendas García, Jeremy Bentham, Política y Derecho en los orígenes del Estado Constitucional, Madrid, Centro Estudios Constitucionales, 1988; R. Albares, “Los primeros momentos de la recepción de Kant en España, Toribio Núñez Sessé”, en El Basilisco, 21 (1996), págs. 31-33; C. Calles, “La represión fernandina en Salamanca 1814-1820. Primeros datos”, en A. Gil Novales (ed.), La Revolución liberal, Madrid, Editorial Orto, 2001, págs. 203-224; “Los diputados salmantinos en las Cortes del Trienio Liberal 1820-1823. Su aportación a la progresión del liberalismo hispano”, en Orígenes del liberalismo, CD, Salamanca, 2002; A. E. Pérez Luño, “Ilustración y utilitarismo en la Universidad de Salamanca”, en Salamanca. Revista de Estudios, n.º 47 (2002), págs. 313-339; A. Astorgano Abajo, “Meléndez Valdés y la enseñanza de las Humanidades en las preceptorías de gramática”, en Bulletin Hispanique, t. 103 (junio de 2001), n.º 1, págs. 75-125; “El conflicto de rentas entre las cátedras de humanidades y Meléndez Valdés (1780-1784)”, en Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija, n.º 4 (2001), Madrid, Universidad Carlos III, 2001, págs. 11-90; R. Robledo, “Reformadores y reaccionarios en la Universidad de Salamanca a finales del siglo XVIII, algunos testimonios”, en Estudi General, 21, Miscel·lània dHomenatge a Modest Prats, t. I, Gerona, Universidad, 2001, págs. 283-305; A. Astorgano Abajo, “Juan Meléndez Valdés, opositor a la Cátedra de Prima de Letras Humanas”, en Dieciocho, Charlottesville, Universidad de Virginia (primavera de 2002), págs. 75-105; R. Robledo, “Quiebra de la Universidad tradicional 1790-1845. Hacienda y Política”, en Rodríguez-San Pedro (dir.), Historia de la Universidad de Salamanca. Tomo I. Trayectoria y vinculaciones, Salamanca, Universidad, 2002, págs. 205-237; A. Astorgano Abajo, “Godoy y Meléndez Valdés en la Salamanca de 1805-1808”, en Manuel Godoy y su tiempo. Congreso internacional Manuel Godoy (1767- 1851), t. II, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2003, págs. 161-211; R. Robledo, “Reforma, revolución, represión: La Universidad de Salamanca y el liberalismo español 1771- 1833”, en Orígenes del liberalismo, Salamanca, 2003; “Tradición e Ilustración en la Universidad de Salamanca: sobre los orígenes intelectuales de los primeros liberales”, en Orígenes del Liberalismo. Universidad, política, economía, Salamanca, Ediciones Universidad-Junta de Castilla y León, 2004, págs. 50-80; “La Universidad de Salamanca en la restauración del absolutismo. Notas sobre Toribio Núñez ‘apóstol’ de Bentham”, en J. Fontana (ed.), Història i projecte social. Reconeixement a una trajectòria, Barcelona, Crítica, 2004; A. Astorgano Abajo, “Juan Meléndez Valdés, humanista”, en Revista de Estudios Extremeños, t. LX-I, Badajoz, 2004, págs. 289-400; J. Meléndez Valdés, Obras Completas, ed., introd., glosario y notas de A. Astorgano Abajo, Madrid, Ediciones Cátedra, Bibliotheca Áurea, 2004; R. Robledo, “La difusión del pensamiento moderno en la Universidad de Salamanca a fines del siglo XVIII”, en Historia Constitucional. Revista Electrónica, n.º 6 (2005), págs. 427-450; E. Torijano Pérez, “Salamanca, Toribio Núñez, Jeremy Bentham y el Derecho Penal: el Informe de la Universidad de Salamanca sobre el Proyecto de Código Penal de 1822”, en S. de Dios de Dios, J. Infante Miguel-Motta, E. Torijano Pérez (coords.), Juristas de Salamanca: siglos XV-XX, Salamanca, Universidad, 2009, págs.259-310.

 

Antonio Astorgano Abajo