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Gregorio de Jove Valdés

Biografía

Jove Valdés, Gregorio de. Grado (Asturias), 1779 – 1857. Noble y militar.

Noble asturiano, que tuvo destacada actuación política y militar en la Guerra de la Independencia. De ilustre familia de políticos gijoneses, su padre había recibido del rey Carlos III (1807) el título de vizconde de Campo Grande “por los servicios hechos por sus ascendientes en calidad de Jurados perpetuos de la Villa y Concejo de Gijón y llevando el peso político de aquella villa”. A los veintiséis años fue elegido procurador general de la Junta General del Principado (1805), cargo que ostentó hasta 1809, año en que los invasores franceses penetraron en Asturias. Es preciso subrayar esta elección de un hombre tan joven, que indica el gran concepto que tenían de él sus compañeros de Junta, los procuradores representantes de los concejos asturianos. Pese a su juventud y ante el peligro que suponía el gran despliegue de fuerzas napoleónicas que se había producido por todo el territorio nacional, no dudó en comunicárselo al propio Rey como él mismo recordaba en su madurez: “Yo, que fui acaso el primero [...] que hice al inocente Fernando advertencias sobre su crítica situación en el momento de la exaltación gloriosa al trono de sus mayores, y ofrecí en su defensa las vidas y recursos de 70.000 familias asturianas, pidiéndole permitiera el armamento en masa de la provincia”. Asturias fue la primera región española que se alzó contra la invasión francesa y en esos momentos Jove tuvo un gran protagonismo, por su entusiasmo patriótico y energía personal. Organizando grupos de gentes armadas que mantuvieron el orden mientras la Junta que presidía declaraba la guerra a Napoleón y se constituía en legítima representación del Rey, prisionero en Francia.

Siguió Jove siendo procurador general hasta 1809, en los momentos más difíciles de la guerra, que aún duraría otros cuatro años. Al cesar en el cargo, y con el empleo de coronel habilitado, participó en diversas operaciones militares, distinguiéndose por sus dotes de mando y valentía personal. Creó un cuerpo de gente escogida, “cazadores de montaña”, a sus expensas y formado por doscientos hombres. Con campesinos y colonos suyos defendió el puente de Peñaflor, en el camino obligado entre Oviedo y Galicia, contra las tropas del mariscal Ney, que escribiría que “Jove era como Dios, porque se lo encontraba en todas partes”.

Cuando tuvieron lugar las desavenencias por el mando de las tropas entre Voster, Porlier y Ballesteros, fue el único en imponer autoridad con gran energía.

Presidió una división de “Alarmas”, típico ejército asturiano de campesinos, que, según sus propias declaraciones al final de la contienda, “fue la única en todo el Principado que se ha batido en masa contra el enemigo”.

Más tarde, con efectivos dispersos del ejército de Ballesteros, se situó sólo con cuarenta hombres en las montañas del Sellar, hostigando sin parar a los invasores, por lo que el general francés destruyó su casa convertida en cuartel general, arrasó sus tierras y le confiscó sus bienes. Pese a ello, rehusó cualquier tipo de remuneración, incluso un préstamo que le ofreció posteriormente la Junta Suprema para compensarle.

Como personaje civil, Jove se multiplicó en actividad y celo, cumpliendo numerosas comisiones que le encargaba la Junta, destacando la que en 1811 realizó a Cádiz cerca de la Junta Electoral de Diputados para pedir al Gobierno que se formara una Junta Superior Constitucional, lo que le valió ser arrestado en Galicia, desde donde escribiría al Rey: “Mi falta es el exceso de patriotismo, y querer detener el torrente de males que nos afligen”. En 1814 se dirigió al Rey restablecido en el trono, solicitándole se repusiera la Junta General en su forma tradicional como representación de los concejos asturianos, cosa que logró y durante seis años estuvo funcionando la Junta hasta su supresión en 1820 al acceso del absolutismo. En ese período los “realistas” allanaron su casa y se llevaron su espada y uniforme, y su vida pública a partir de entonces decayó por su fama de liberal, centrándose entonces en trabajos de tipo más técnico (formación de la nueva Milicia Urbana, Comisión de Armamento y Defensa, en 1835, venta de Bienes Nacionales, en 1836). En 1836 los carlistas de Gómez destruyeron su casa de La Campona.

Jove fue un ilustrado, fundador en Oviedo de la Sociedad de Amigos del País, y contaba en su casa de La Campona con una biblioteca de más de quinientos ejemplares. En 1840 fue nombrado director del instituto que fundara en Gijón Gaspar Melchor de Jovellanos para promocionar entre los asturianos la cultura y el desarrollo.

Gregorio de Jove —aunque debido a su carácter impulsivo se granjeó serios disgustos— se entregó con generosidad a todas las misiones que se le encomendaron, en las que mostró eficacia y dotes ejecutivas, siendo, en definitiva, un hombre muy valioso para la causa de la independencia en Asturias.

Gran parte de su ejecutoria quedó registrada en la abundante correspondencia que dejó escrita en el estilo característico de los ilustrados de su época, en un castellano académico y no poco retórico. Finalmente, falleció en La Campona en 1857, siendo enterrado en Peñaflor, el lugar de su heroica resistencia de 1809.

 

Bibl.: Actas de las Juntas del Principado de Asturias (Oviedo); Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Madrid, BAE, 1962; R. Álvarez Valdés, Memorias del levantamiento de Asturias en 1808, Oviedo, Silverio Cañada, 1989; F. Carantoña Álvarez, Revolución liberal y crisis de las instituciones tradicionales asturianas, Oviedo, Silverio Cañada, 1989; A. Fugier, La Junta Superior de Asturias y la invasión francesa (1810-1811), Oviedo, Silverio Cañada, 1989; V. López del Riego, Antiguo Archivo de la Casa de Jove- La Campona (Grado), tesina de licenciatura (inéd.).

 

Juan Gómez y González de la Buelga

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