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Francisco Javier de Salas y González

Biografía

Salas y González, Francisco Javier de. Madrid, 17.II.1871 – Torrejón de Ardoz (Madrid), 8.XI.1936. Almirante.

Hijo de Francisco Javier de Salas, militar, y de Adelaida González de Más, ingresó por oposición como aspirante de Marina el 19 de enero de 1887, efectuando su presentación en la Escuela Naval Flotante el 1 de julio del mismo año. En junio de 1889 fue promovido a guardia marina, embarcando en la corbeta Nautilus al mes siguiente y realizando un crucero en el que visita puertos de los archipiélagos de Madeira, Canarias y Azores así como Ferrol y Tánger, regresando a Cádiz a finales de noviembre.

Por Real Orden (R. O.) de 20 de diciembre de 1889 pasó destinado a América del Sur, saliendo de Cádiz en febrero de 1890 a bordo del vapor correo Cataluña y, después de hacer escala en Santa Cruz de Tenerife, llegó a Montevideo (R. O. del Uruguay), embarcando en el crucero Infanta Isabel. En julio efectuó un crucero a la República Argentina tocando La Plata y Buenos Aires, regresando a Montevideo donde permaneció hasta octubre en que salió para la Península, fondeando en Cádiz.

A continuación pasó destinado al crucero Navarra con el que se trasladó a La Habana en febrero de 1891, permaneciendo allí hasta noviembre en que embarcó en el vapor correo Ciudad de Santander para trasladarse a Cádiz. A su llegada transbordó a la fragata Almansa, donde se preparó con éxito para el examen de acceso a oficial que tuvo lugar en 1892, ascendiendo a alférez de navío con antigüedad de 8 de junio. Estuvo agregado a la 6.ª agrupación del Arsenal de Ferrol hasta abril de 1893 por pasar destinado al Apostadero de La Habana. A su llegada embarcó en el crucero Sánchez Barcaíztegui, con el que realizó varios cruceros en misión de vigilancia de costa, fondeando en diversas localidades del litoral oriental de la isla. En diciembre de 1894 trasbordó al crucero Jorge Juan y, en enero de 1895, al crucero Cristóbal Colón con el que se hizo a la mar en abril para vigilancia de costa y reconocimiento de diversos fondeaderos, efectuando diversas escalas en la costa oriental de la Isla, así como en Jamaica. Fue en febrero de 1895 con el “Grito de Baire” cuando rebrotó el movimiento insurreccional, esta vez con mayor ímpetu que el estallado en Yara en 1868, ya que contó con mayores apoyos exteriores y fue sustentado por el contrabando de armas y pertrechos provenientes de la costa continental, principalmente de los Estados Unidos. Esto forzó al gobierno conservador de Cánovas a enviar a Cuba un ejército que puso al mando del general Martínez Campos, nombrado capitán general de la isla con las instrucciones de conseguir una paz duradera. Para contrarrestar la amenaza insurreccional, la Armada realizó diversas acciones, unas en apoyo del Ejército de Operaciones y otras de represión del contrabando y lucha contra los insurrectos; dentro de estos cometidos, en junio, efectuó un transporte de tropas desde Manzanillo a Cienfuegos. Concluida esta operación salió nuevamente a la mar, reconociendo los golfos, ensenadas y cayos de la costa sur de la isla de Cuba, para regresar a Cienfuegos, donde transborda al crucero Magallanes.

El general Martínez Campos no tuvo éxito en su cometido, lo que obligó a su relevo en febrero de 1896 por el también general Weyler que inmediatamente pasó a perseguir encarnizadamente a las guerrillas de Máximo Gómez, Antonio Maceo y Calixto García, aislándolas entre sí mediante la construcción de trochas que dividían el país y destruyendo sus recursos agrícolas y ganaderos. Sin embargo, el cada vez mayor intervencionismo de los Estados Unidos mediante la ayuda militar y diplomática, anuló las expectativas de éxito. Las fuerzas navales españolas se empeñaron tanto en cortar este flujo de armas y provisiones hacia los rebeldes como en el apoyo al Ejército mediante el bombardeo de posiciones enemigas y el transporte de tropas, víveres y municiones. Para cubrir tantas necesidades, el gobierno reforzó en 1896 la presencia naval en la isla con buques y unidades de Infantería de Marina que intervendrían en operaciones colaborando con el Ejército.

En abril de 1896 salió a la mar transportando un destacamento de Infantería de Marina para el cabo San Antonio, pasando después a Santiago de Cuba en misión de vigilancia de la costa meridional de la Isla, alternando en este servicio con la conducción de relevos del destacamento del fuerte Yacabo y comisiones en auxilio del Ejército de Operaciones. En julio se dirigió a Gibara, para hacerse cargo de la vigilancia de la costa nordeste y relevar los destacamentos de Taco y Maraví, abriendo fuego sobre el enemigo en este último punto. En agosto y septiembre auxilió en Maraví al Ejército de Operaciones llevando tropas a remolque, siendo hostilizado en una ocasión por el enemigo contra el que rompió fuego. Continuó efectuando patrullas hasta noviembre en que entró en La Habana y allí trasbordó al crucero Reina Mercedes.

En abril de 1897 participó en una operación conjunta sobre el puerto de Banes, en la costa oriental de la isla y, después de efectuar un transporte de tropas y material, embarcó en el cañonero Magallanes al mando de una sección de la compañía de desembarco, con la que acampó en Banes formando parte de una numerosa columna conjunta a las órdenes del teniente coronel Ayala. Al día siguiente regresó con su columna al crucero Reina Mercedes que se encontraba fondeado en dicho puerto y tomó parte en las operaciones que dieron como resultado la posesión del puerto y la construcción de un fuerte artillado en la boca del mismo. El 21 de abril de 1897 fue promovido a teniente de navío.

Continuó la misión de vigilancia a bordo del crucero Conde de Venadito, efectuando frecuentes desembarcos para reconocer esteros, ensenadas y demás zonas donde pudiera encontrarse el enemigo. En julio desembarca con la compañía de desembarco de su buque al producirse un ataque de los insurgentes a una compañía minera ubicada entre Santiago y Guantánamo, logrando batir y desalojar al enemigo con fuego naval de apoyo proporcionado por la batería del buque. Por su notable comportamiento en dicha acción fue recompensado con la Cruz de Mérito Naval con distintivo rojo.

Después de una breve etapa como segundo comandante del cañonero-torpedero Filipinas y del transporte Legazpi, embarcó en el crucero Alfonso XII, pasando destinado al Estado Mayor del Apostadero y Escuadra, destino en que le sorprendió el 21 de abril de 1898 la declaración de guerra a los Estados Unidos.

El 10 de junio tomó el mando del cañonero Ardilla y, durante el servicio de vigilancia de la costa suroeste de la Isla, avistó al crucero auxiliar norteamericano Yankee, no llegando a entablar combate por la retirada de éste. En agosto salió para Nueva Gerona por tener noticias de que había sido bombardeada por los buques enemigos, allí comunicó con el comandante militar y, burlando el bloqueo, llevó a Batabanó pliegos urgentes para el general en jefe y volvió a salir con documentación para la autoridad militar de Pinos. El día 15 conoció oficialmente la firma del Protocolo de la Paz. El 31 de octubre, listo el desarme de su buque, entregó el mando en La Habana, siendo destinado al Estado Mayor hasta que, por cesar el Apostadero, pasó al cazatorpedero Marqués de Molíns, donde se hizo cargo de la 2.ª comandancia.

En enero de 1899 salió de La Habana formando parte de la escuadrilla que debía repatriarse a la Península; llegó a Cádiz en abril y desembarcó para disfrutar de una licencia de cuatro meses en Ferrol y Madrid como repatriado. Durante ese mismo año formó parte del jurado calificador del certamen naval convocado en Almería por la Real Sociedad Económica de Amigos del País y también formó parte de la comisión de traducción del Código Internacional de Señales. El 19 de junio de 1900 casó con Elisa Pintó. En 1902 comienza el reinado personal de Alfonso XIII. En 1903 se acordó con Francia la división de Marruecos en dos áreas de influencia, española y francesa, lo que provocó el recelo de Alemania que veía frustradas sus ambiciones colonialistas en el Norte de África. España se quedó con la zona más pobre, el Rif y la Yebala, pero de mayor valor estratégico.

En agosto de 1903 embarcó en el crucero Río de la Plata y, en noviembre, salió para Nueva Orleans a fin de asistir a las fiestas de conmemoración del centenario de la adquisición de la Luisiana por los Estados Unidos, regresando a Cádiz en marzo de 1904. Continuó realizando algunos cruceros por el Mediterráneo, hasta que pasó destinado a Madrid, agregado a la Jefatura Local con el cometido de ordenar y corregir la Recopilación de la Legislación Marítima y el Boletín Oficial.

En 1906 embarca como profesor en la fragata Asturias, Escuela Naval Flotante, en la que permanece hasta 1908 en que se le destina al Estado Mayor Central, donde pasa por los negociados de Campaña e Información.

En 1909 fue nombrado ayudante de Marina de la Guinea Española y capitán de puerto de Santa Isabel de Fernando Poo, para lo que se embarcó en Barcelona en el vapor San Francisco. En julio salió acompañando al gobernador general a recorrer el distrito de su mando, embarcó en el vapor Corisco; llegó hasta Libreville (Gabón) y Victoria (Camerún); y regresó en agosto. Se trasladó varias veces con el vapor correo Annobón a Duala (Camerún) para efectuar reparaciones. Del 25 de febrero al 27 de marzo se encargó del subgobierno del distrito de Bata. Por R. O. de 17 de enero de 1911 se dispuso que se anotasen en su hoja de servicios las gracias que S. M. el Rey acordó se le diesen por la eficaz cooperación prestada al buen gobierno de la colonia de Fernando Poo.

En marzo cesó en su cargo y embarcó en el vapor correo M. L. Villaverde, con destino a Cádiz. En mayo, previa renuncia a parte de la licencia que le correspondía, fue destinado al negociado de Electricidad y Torpedos del Estado Mayor Central. Formó parte de la junta nombrada para la creación de un economato militar, de la secretaría de la comisión para la redacción del proyecto de reforma de leyes de Justicia en el Ejército y Marina y también fue secretario de la junta encargada de formular el plan de la futura Escuela Naval. En diciembre pasó destinado al negociado de Campaña del Estado Mayor Central. En abril de 1912 ascendió a capitán de corbeta. Entre 1912 y 1916 estuvo destinado como ayudante personal y secretario del ministro de Marina.

En aquellos años, para controlar el Protectorado que se le había asignado en Marruecos, España mantenía una guerra cuya intensidad iba aumentando poco a poco. En mayo de 1916 embarcó, en Cartagena, en el acorazado Pelayo como tercer comandante, saliendo a la mar para cooperar en una acción militar ordenada por el alto comisario en Marruecos, bombardeando, entre Punta Leona y Malabata, diversos poblados de la kabila de Anghera que continuaba siendo hostil a los españoles. El 15 de septiembre toma posesión, en Cádiz, del mando del contratorpedero Audaz. En agosto de 1917 fue destacado para efectuar vigilancia de costa entre el cabo Estaca de Vares y Gijón y permaneció en este puerto durante la huelga revolucionaria que estalló el 13. En septiembre, en plena Primera Guerra Mundial, fue nombrado delegado del Gobierno español en los buques-hospital italianos, desplazándose a Tarento (Italia), donde embarcó en el Albaro en calidad de comisario neutral. Durante su permanencia a bordo, el buque transportó en numerosas ocasiones militares enfermos y heridos a través del mar Adriático desde los Balcanes a diversos puertos de la costa oriental italiana. Permaneció en dicho buque hasta diciembre de 1918 en que desembarcó en Venecia y regresó a Barcelona a bordo del vapor Jaume d’Urgell.

En marzo se hace cargo, en Barcelona, de la 2.ª comandancia del crucero Extremadura, permaneciendo en dicho puerto durante la grave huelga llamada de “la Canadiense”. Más tranquilo el orden social, salió para Valencia donde permaneció durante la visita de S. A. R. la infanta Isabel con motivo del centenario de la muerte de san Vicente Ferrer. En enero de 1920 pasó destinado al Estado Mayor Central y se le comisionó para gestionar en París, Londres y Copenhague la admisión de España en la Comisión Internacional de los Mares, visitando las capitales mencionadas más Berlín y regresando con resultados satisfactorios. El 5 de julio ascendió a capitán de fragata, tomando posesión como 2.º comandante del acorazado Pelayo, atracado en Vigo.

En marzo de 1921, tomó el mando del cañonero Laya, en Ceuta, siendo su primera misión la protección de un convoy de aprovisionamiento del Ejército durante su tránsito y posterior desembarco de material de guerra en Sidi Dris, por cuyo servicio se dictó una R. O. laudatoria. El 31 trasladó al general Fernández Silvestre y su Estado Mayor desde Melilla a Alhucemas y en junio salió para Sidi Dris, donde desembarcó una sección de ametralladoras en socorro de la posición, librándola de un serio ataque rifeño. En julio defendió la posición de Sidi Dris, cañoneando alturas, playas y poblados, pasando luego a apoyar la de Afrau (Sidi Hassain). Retornó a Sidi Dris donde con el Princesa de Asturias coadyuvó al intento de evacuación, sufriendo el Laya dolorosas bajas; posteriormente dirigió y logró la evacuación de la posición de Afrau, salvando ciento treinta vidas, evacuando los heridos a Melilla para su hospitalización. Continuó realizando operaciones de vigilancia en la zona de Melilla a Alhucemas hasta abril de 1922 en que se trasladó a la Carraca para efectuar reparaciones; en julio se incorporó, en Ceuta, a la Escuadra de Operaciones. Durante este período colaboró, en unión de los buques de la escuadra, en la toma de Nador y, en la costa de Gomara, protegió un convoy terrestre seriamente hostilizado y contribuyó eficazmente al éxito de las duras acciones militares llevadas a cabo en la zona.

 En agosto de 1922 entregó el mando del Laya por haber cumplido el tiempo reglamentario. Después de un breve destino en el Estado Mayor Central, en febrero de 1923 fue nombrado agregado naval en Roma. En julio se trasladó a Londres para asistir como delegado del Ministerio de Marina al Congreso de Navegación. El 31 de octubre fue nombrado primer adjunto naval en la Comisión Permanente Consultiva de la Sociedad de Naciones, trasladándose varias veces a Ginebra para asistir a las reuniones que allí tuvieron lugar. En noviembre de 1924 fue ascendido a capitán de navío. En 1926 asistió en El Cairo, en representación del ministro, al XIV Congreso de Navegación.

En febrero de 1926 tomó el mando del crucero Méndez Núñez. Ese verano realizó ejercicios con la escuadra en las costas de Galicia y en septiembre trasladaron a SS. MM. los Reyes a Galicia y Marruecos, para luego llevarlos a Málaga, donde desembarcaron en octubre. En marzo de 1928 salió de maniobras con la división de cruceros por Galicia y la costa cantábrica; en septiembre retornó al Mediterráneo para realizar ejercicios con la Flota y desembarcó en Palma de Mallorca en noviembre por haber ascendido a contralmirante.

Fue nombrado con carácter interino jefe de la Comisión de Marina en Europa, a cuyos efectos se trasladó a Londres donde asistió, como primer delegado, a la Conferencia Internacional sobre Seguridad de la Vida en el Mar. En octubre de 1930 fue nombrado almirante jefe de la División de Cruceros, y en junio de 1931 almirante comandante general de la Escuadra, izando su insignia a bordo del crucero Cervantes. En septiembre de 1931 fue promovido al empleo de vicealmirante, siendo nombrado jefe del Estado Mayor de la Armada. En enero de 1934 se le nombró inspector general como anexo al cargo de jefe del Estado Mayor de la Armada que venía desempeñando. En abril de 1935, fue nombrado ministro de Marina en el gabinete de Lerroux, cesando en mayo para volver a ser nombrado de nuevo con Portela Valladares el 14 de diciembre y presentar la dimisión el 30 del mismo mes, volviendo a su puesto de jefe del Estado Mayor de la Armada, en cuyo cargo le sorprendió la Guerra Civil.

Fue detenido y encarcelado en la prisión de San Antón, en Cartagena, y llevado con posterioridad a la Cárcel Modelo de Madrid, de donde fue sacado el 8 de noviembre de 1936 y asesinado en Torrejón de Ardoz, siendo su cuerpo trasladado posteriormente al cementerio de Paracuellos del Jarama.

Por Real Decreto 2617/1979, de 20 de octubre, fue promovido, a título póstumo, al empleo de almirante efectivo en razón de estar en posesión de dos Medallas Navales Individuales. Publicó diversos trabajos en la Revista General de Marina.

 

Obras de ~: Acciones navales modernas, 1855-1900, compendio histórico, Madrid, 1903; (ed.), Marina Española de la Edad Media. Bosquejo histórico de sus principales sucesos en relación con la historia de las coronas de Aragón y de Castilla, Madrid, Imprenta del Ministerio de Marina, 1925 y 1927, 2 vols.; R. H. Gibson et al., La guerra submarina alemana 1914-1918, ed. de ~, Burgos, Servicio Histórico del Estado Mayor de la Armada, Editora Naval, 1935.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Central de la Armada (Madrid), leg. 7 n.º 56, Exp. personal de D. Francisco Javier de Salas y González.

A. Pirala, Anales de la guerra de Cuba, Madrid, Imprenta Felipe González Rojas, 1895; E. Quintana Martínez y J. Llabrés Bernal, La marina de guerra en África, Madrid, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1928; J. L. Comellas, Historia de España contemporánea, Madrid, Ediciones Rialp, 1990; F. Fernando de Bordejé, Crónica de la Marina Española en el siglo xix, 1868-1898, t. II, Madrid, Servicio de Publicaciones de la Armada, 1995; G. Placer Cervera, Guerra hispano cubano-norteamericana. Operaciones navales, La Habana, Editorial de las Ciencias Sociales, 1997; H. Franco Castañón, “Contrabando de guerra y operaciones navales durante la guerra de Cuba”, en Cuadernos Monográficos del Instituto de Historia y Cultura Naval, n.º 30 (octubre de 1997), págs. 87-106; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quienes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Editorial Actas, 1998.

 

José Manuel Palencia Luaces

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