Ayuda

Fernando de los Ríos y Urruti

Imagen
Biografía

Ríos y Urruti, Fernando de los. Ronda (Málaga), 8.XII.1879 – Nueva York (Estados Unidos), 31.V.1949. Catedrático de Derecho y escritor, ministro y embajador durante la Guerra Civil.

Nació en una familia de clase media, con algunas propiedades agrarias, afincada en Ronda. Su padre, José del Río Pinzón, era capitán de Infantería y su madre, Fernanda Urruti Rodríguez, procedía de una familia vascofrancesa. Posteriormente el matrimonio tendría otros dos hijos: Concepción (1881) y José (1883). La familia paterna pertenecía a un amplio tronco familiar —que usaba indistintamente los apellidos Del Río o De los Ríos— en el que se contaban figuras destacadas como el político moderado Antonio de los Ríos Rosas o Francisco Giner de los Ríos que, en el momento del nacimiento de Fernando, era ya un conocido catedrático de la Universidad Central y fundador de la Institución Libre de Enseñanza.

En 1883 murió su padre y, a comienzos de los años noventa, se trasladó a Córdoba para iniciar los estudios de bachillerato que terminó en 1895. A finales del verano de ese mismo año la familia se trasladó a Madrid para que el primogénito iniciase los estudios universitarios de Derecho bajo la tutela de Francisco Giner de los Ríos.

Después de unos años iniciales con brillantes resultados académicos, que empeorarían por la necesidad de compatibilizar sus estudios con otras actividades, terminaría la carrera en septiembre de 1901 y obtuvo el título de licenciado a finales de ese mismo año. Algunos años antes, tal vez hacia 1897 ó 1898, había experimentado una crisis espiritual en la que se vio muy influido por los artículos de Miguel de Unamuno en Vida nueva. Esa crisis le alejaría de la práctica religiosa dentro de la Iglesia Católica durante el resto de su vida, aunque nunca dejaría de tener un fuerte sentido religioso.

A comienzos de 1902 se trasladó a Barcelona, en donde había conseguido un trabajo profesional que no le impidió dedicarse a sus primeras tareas de traducción.

También realizó entonces sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario madrileño España, fundado en 1904 por el también rondeño Manuel Troyano que, por aquellos años se había convertido en el suegro de su hermana Concha.

Durante su estancia en la capital catalana De los Ríos entró en la intimidad de la familia de Hermenegildo Giner de los Ríos, hermano de Francisco y catedrático de instituto en Barcelona, donde desarrollaba una activa vida política dentro de las filas lerrouxistas.

Allí conoció a su prima Gloria, con la que terminaría casándose, aunque los padres de ésta manifestasen una inicial resistencia por ciertos desarreglos nerviosos de Fernando, pues parece que sufrió algunos episodios de epilepsia.

Vuelto a Madrid hacia finales del verano de 1905 se dedicó a la preparación del doctorado a la vez que colaboraba en la Institución Libre de Enseñanza, en cuyo Boletín publicó numerosas reseñas durante el año 1906. Ese verano tomaría parte en la Colonia de vacaciones que la Institución organizaba en San Vicente de la Barquera y, terminada ésta, acompañó a Miguel de Unamuno en la gira de conferencias que el catedrático de Salamanca hizo por Málaga y Ronda.

Fueron años de una primera movilización de jóvenes universitarios que contó con el aliento de Francisco Giner de los Ríos, pero que no terminaría por cobrar forma hasta que Ortega volviese definitivamente de Alemania a comienzos de la segunda década del siglo. De esa época son unas reuniones que se celebraban en el monte de El Pardo, o el interés por el socialismo fabiano, que tuvo eco en un grupo que se reunía en el Ateneo madrileño.

Después de la defensa de su tesis doctoral, a finales de enero de 1907, realizó un viaje de estudios de cuatro meses por Francia, Bélgica, Inglaterra y Suiza que, en ocasiones, sería algo magnificado en los recuerdos del propio interesado. De los Ríos recordaría en numerosas ocasiones su visita a Kropotkin o hablaría de sus experiencias como estudiante de las universidades de París y Londres que sólo pudo conocer muy de pasada.

A finales de 1908 obtuvo una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios para estudiar en Alemania y, al pasar por Barcelona camino de Alemania, planteó a su prima Gloria la posibilidad de contraer matrimonio, aunque la decisión se retrasaría varios meses, mientras realizaba sus estudios en Jena y Marburgo.

En Alemania coincidió con la familia Cossío y realizó una visita a la hermana de Nietzsche que, posteriormente, evocaría en sus discursos.

En marzo de 1910 volvió a España y tuvo sus primeros contactos con el Partido Socialista y con Pablo Iglesias, al que defendió con un artículo en El Socialista, después de que el líder obrero hubiese disculpado un posible atentado contra Maura.

En febrero de 1911 obtuvo la Cátedra de Derecho Político de la Universidad de Granada, aunque retrasaría su definitiva incorporación hasta comienzos del curso 1912-1913. Mientras tanto cambió legalmente su apellido, que hasta entonces había sido Del Río, y perfiló sus proyectos profesionales, que le llevaron a incorporarse al Centro de Estudios Históricos durante el curso 1911-1912. Fruto de ese trabajo sería la publicación, en 1920, de su libro Vida e instituciones del pueblo de Andorra. Una supervivencia señorial.

Ese trabajo le permitió también vivir en Madrid y consolidar su noviazgo con Gloria Giner de los Ríos, que se había trasladado a la capital de España para realizar sus estudios en la Escuela Superior de Magisterio.

Se casarían en la iglesia de San José el 1 de julio de 1912 y, el 21 de mayo del año siguiente, nacería Laura de los Ríos Giner, la única hija de aquel matrimonio.

En su labor como catedrático, De los Ríos participó en los esfuerzos de renovación que se desarrollaron por aquellos años en la Universidad granadina a la vez que se comprometía en iniciativas de carácter cultural, como fueron las conferencias de extensión universitaria y la presidencia del Centro Artístico granadino, o de carácter social, como se comprobaría en sus frecuentes actuaciones en la Casa del Pueblo y en sus iniciativas para defender los intereses de las clases trabajadoras.

También procuró estar presente en la vida cultural madrileña a través de su participación en iniciativas inspiradas por Ortega, como la Liga de Educación Política, y de sus periódicas colaboraciones sobre temas jurídicos en el diario El Sol, que comenzaría a publicarse en diciembre de 1917.

De ese tipo de compromisos intelectuales pasaría al compromiso político. En febrero de 1918 había concurrido infructuosamente a las elecciones generales y, en junio de 1919, después de las graves protestas populares que se habían desarrollado en Granada unos meses antes, fue elegido diputado en las filas del Partido Socialista al que también se afilió entonces.

En octubre de 1919 viajó a Washington, en representación de la UGT, para participar en la Conferencia Internacional del Trabajo, que se prolongaría hasta comienzos de diciembre.

Desde el primer momento de su militancia en el PSOE se incorporó a la dirección del partido que, por entonces, experimentaba fuertes tensiones en torno a la conveniencia de integrarse en la Internacional Comunista.

En octubre de 1920 viajó a la Unión Soviética en cumplimiento del acuerdo tomado en el Congreso Extraordinario del partido, celebrado en junio. Durante su estancia en Moscú se entrevistaría con Lenin que, interrogado por De los Ríos sobre la compatibilidad entre la libertad personal y la duración de la dictadura del proletariado, dio una respuesta que ha sido citada muy frecuentemente: “libertad, ¿para qué?” A su vuelta a España, un nuevo congreso del partido socialista, celebrado en abril de 1921, respaldaría su postura contraria a la incorporación a la Internacional Comunista. Ese acuerdo provocaría una escisión de la que nacería el Partido Comunista de España.

Durante la dictadura de Primo de Rivera, De los Ríos, que había vuelto a ser elegido diputado en las elecciones que se habían celebrado unos meses antes del golpe de Estado, mantuvo una actitud de enfrentamiento con el régimen, que fue minoritaria en el seno del PSOE, pues sólo encontró apoyo en Indalecio Prieto.

Fueron años de intensa dedicación a las tareas académicas, a la investigación y a las tareas de divulgación en conferencias y artículos de prensa. En 1926 publicaría El sentido humanista del socialismo, el más significativo de sus títulos, y participó en el Congreso Internacional de Filosofía de Harvard, en lo que fue el primero de una serie de largos periplos académicos por universidades americanas, mexicanas y cubanas.

En marzo de 1929, el enfrentamiento con el régimen dictatorial le llevaría a renunciar a su Cátedra en la Universidad granadina, a la vez que realizaba gestiones para poner en marcha una Universidad libre. A mediados de junio emprendería su último viaje académico a USA, en compañía de Federico García Lorca.

La caída de Primo de Rivera le permitió reintegrarse a su Cátedra granadina, a la vez que participaba en los trabajos conspiratorios para implantar la República en España, en los que defendió la postura de que los socialistas colaborasen con los partidos republicanos. A finales de 1930 ganaría una Cátedra en la Universidad Central, pero el fracaso de las insurrecciones de Jaca y Cuatro Vientos le llevaron a la Cárcel Modelo, en unión de la mayoría de los componentes del comité revolucionario. Fueron puestos en libertad pocas semanas antes de que se produjera el triunfo republicano en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931.

Tras la proclamación de la República, pasó a desempeñar la cartera de Justicia en el gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora y, en diciembre de 1931, tras la aprobación de la Constitución, pasó al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, tras la remodelación realizada por Manuel Azaña, que había accedido a la presidencia del gobierno provisional en octubre. De los Ríos sería nombrado ministro de Estado en junio de 1933, puesto en el que permanecería hasta el mes de septiembre, con la caída del gobierno de Manuel Azaña.

Fue elegido diputado por Granada en las tres legislaturas del período republicano y el comienzo de la Guerra le sorprendió en Ginebra, en casa de su amigo Pablo de Azcárate, que había sido también catedrático de la Universidad de Granada. Desde Ginebra se trasladó a París para hacerse cargo de las infructuosas gestiones de compra de armas al gobierno francés. En septiembre de aquel mismo 1936 fue nombrado embajador en Washington, en donde permaneció hasta el final de la Guerra, salvo dos breves estancias en España.

Acabada la Guerra se incorporó, como profesor, a la New School for Social Research, de Nueva York y, en los últimos meses de 1941 y primeros de 1942, inició en Cuba una larga gira de conferencias que le llevó por casi todos los países iberoamericanos.

Esta intensa actividad académica se interrumpiría en agosto de 1945, cuando fue nombrado ministro de Estado del Gobierno republicano en el exilio, que presidía José Giral. Sus gestiones, encaminadas a conseguir el apoyo de los países aliados, vencedores de la Guerra Mundial, no obtuvieron los resultados apetecidos y renunciaría a su puesto en marzo de 1946, aquejado, además, por motivos de salud. Pasó a ser observador oficial del Gobierno republicano en el exilio ante las Naciones Unidas.

Su salud se deterioró gravemente desde comienzos de 1948 y, poco después, se retiraría en la Graduate Faculty of Political and Social Science, de la que fue nombrado primer Profesor Emérito. Fallecería el 31 de mayo de 1949 en su domicilio del 448 Riverside Drive, de Nueva York. El expresidente Juan Negrín, acompañado de Julio Álvarez del Vayo, exministro de Estado, acudió al domicilio mortuorio y figuras destacadas de la España republicana, como Indalecio Prieto, Diego Martínez Barrio, Luis de Zulueta, Joaquín Maurín, Andrés Saborit, Rodolfo Llopis o José Prat, le dedicaron artículos elogiando su trayectoria.

Fue enterrado en el cementerio de Kensico, cerca de Nueva York. Sus restos fueron trasladados al cementerio civil de Madrid el 28 de junio de 1980 y fueron depositados junto a los de su esposa, Gloria Giner de los Ríos, que había muerto en 1970. Junto a ellos serían colocados los restos de Francisco García Lorca, que ya había muerto en 1976, y los de Laura de los Ríos Giner, a finales de 1981.

 

Obras de ~: Obras completas, edición a cargo de T. Rodríguez de Lecea, Rubí (Barcelona) y Madrid, Anthropos y Fundación Caja de Madrid, 1997, 5 vols.; La filosofía del Derecho en Don Francisco Giner y su relación con el pensamiento contemporáneo, Madrid, Biblioteca Corona, 1916; Vida e instituciones del pueblo de Andorra. Una supervivencia señorial, Madrid, Centro de Estudios Históricos. Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1920; Mi viaje a la Rusia sovietista, Madrid, Caro Raggio, 1921; El sentido humanista del socialismo, Madrid, Javier Morata, 1926; Religión y Estado en la España del siglo XVI, New York, Instituto de las Españas en los Estados Unidos, 1927; El pensamiento vivo de Francisco Giner de los Ríos, Buenos Aires, Losada, 1949.

 

Bibl.: E. Díaz, “Introducción” a F. de los Ríos, El sentido humanista del socialismo, Madrid, Castalia, 1976; Fernando de los Ríos, intelectual y político, Granada, Diputación y Universidad, 1997; T. Rodríguez de Lecea, “Estudio preliminar”, en F. de los Ríos, Obras completas, Rubí (Barcelona) y Madrid, Anthropos y Fundación Caja de Madrid, 1997; Fernando de los Ríos, 1879-1949, Granada, Caja General de Ahorros, 1999; V. Zapatero, Fernando de los Ríos. Biografía intelectual, Madrid, Pre-Textos y Diputación de Granada, 1999; G. Cámara Villar (ed. y coord.), Fernando de los Ríos y su tiempo, Granada, Universidad, 2000; O. Ruiz-Manjón, Fernando de los Ríos. Un intelectual en el PSOE, Madrid, Síntesis, 2007.

 

Octavio Ruiz-Manjón

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares