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Domingo Gutiérrez

Biografía

Gutiérrez, Domingo. San Cristóbal de La Laguna, Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), 12.V.1709 – Caracas (Venezuela), 16.IV.1793. Ebanista, tallista y escultor.

El 16 de mayo de 1709 fue bautizado en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, en La Laguna, como hijo legítimo de Juan Gutiérrez y de María Francisca Curvelo. En una fecha aún no precisada se residenció en Caracas (Venezuela), en donde contrajo nupcias el 21 de mayo de 1730 en la catedral con Clara Josefa Leal, natural de Santa Cruz de Tenerife, hija legítima de los difuntos José López de Oropeza y de Juana Francisca Leal. De la unión de Domingo y Clara Josefa Leal nacieron ocho hijos: Domingo José Antonio, José Pablo, Fernando, María Manuela Francisca, Dominga Rosalía, Luisa María, Pedro y Polonia.

Estos dos últimos fallecieron durante su infancia.

De sus descendientes, sólo Domingo José continuó el oficio paterno como ebanista. Su hijo Fernando ingresó en el convento dominico de San Jacinto adoptando el nombre de fray Fernando del Espíritu Santo.

Sus tres hijas permanecieron solteras.

Su actividad artística se remonta a la Caracas de 1732 cuando recibió 106 pesos por varias obras de carpintería no especificadas, para el convento de Santa Teresa de Jesús de monjas carmelitas descalzas. Para 1740 se vuelve a tener noticias de Gutiérrez, cuando éste vendió una esclava y su hija. Ese mismo año se hizo cargo de armar y desarmar el túmulo en la catedral para las exequias del obispo José Félix Valverde.

En 1746 y 1747 realizó labores de carpintería para la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, como la reparación de la baranda del comulgatorio, entre otras.

En 1753, su hijo José Pablo contrajo matrimonio con Antonia Basilia de Alvarado, natural del Valle de la Pascua (Venezuela), hija legítima de José Lorenzo de Alvarado y Ana María Santiago Betancourt. De esa unión nació su nieto Luis José en 1765. En 1757, Gutiérrez acometió otras labores menores de carpintería para la iglesia del Dulce Nombre de Jesús en el pueblo de Petare (Venezuela). Al año siguiente actuó como tasador de viviendas en su calidad de maestro de carpintería.

Según una matrícula de ese año (1758), su vivienda se encontraba en el barrio de la catedral, en la cuadra de Nuestra Señora de la Peña de Francia. En 1762 cobró 48 pesos por doce macetas para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, en la iglesia dominica de San Jacinto. Al año siguiente nuevamente laboró para la iglesia del Dulce Nombre de Jesús de Petare, en donde según Carlos Duarte posiblemente diseñó el primitivo retablo del altar mayor. En 1764 efectuó un retablo tallado para el oratorio de la sala capitular del Ayuntamiento civil, más unos atriles, blandones, una mesa y un escaparate, hoy desaparecidos. Ese mismo año se bautizó a su nieta María Josefa, hija de Domingo José e Isabel Vurgado.

Alrededor de 1765 construyó el retablo del Santo Niño de Belén para la capilla de los Forasteros de España e islas Canarias, en la iglesia del convento franciscano de la Inmaculada Concepción (hoy iglesia de San Francisco de Caracas), cuyo costo fue 1.200 pesos.

El retablo, aún existente, posee mascarones, estípites y medias tallas de san José, la Virgen y ángeles.

En el nicho central se resguarda desde entonces la imagen del Santo Niño de Belén, una talla veneciana del siglo xvii venerada en Belén y traída a Caracas por fray Luis de Aranguren en 1707.

En 1765, la Junta de la Orden Tercera de San Francisco decidió iniciar la construcción del retablo de su capilla, en la iglesia del convento franciscano, para ello solicitaron a Gutiérrez, hermano de la Orden, un presupuesto basado en un diseño elaborado por el maestro Santiago de Rojas. Gutiérrez rechazó este modelo y prometió realizar una obra muy superior. Para 1766 el retablo aún no se había concluido por falta de limosna, entonces los hermanos de la Orden decidieron colocarlo incompleto en la capilla para estimular las contribuciones de todos los miembros. En 1767 se inició un litigio entre Francisco de Arrieta, ministro de la Orden Tercera de San Francisco, y Gutiérrez por desacuerdos en el costo del retablo. Arrieta consideraba desmedido el costo de 1200 pesos que exigía Gutiérrez.

Éste alegaba que en la obra trabajaron dieciséis obreros, entre ellos su hijo Domingo José. La orden solicitó al maestro Santiago de Rojas avaluar el retablo, pero éste se negó, razón por la cual intervino el gobernador José Solano y Bote, ordenando al maestro Rojas tasar el retablo y éste lo precia en 900 pesos. Ante esta infravaloración, la obra quedó temporalmente suspendida.

El mayordomo de la Orden exigió entonces a Gutiérrez la devolución de 124 pesos. Gutiérrez alegó que debían descontarse 100 pesos de su patrimonio aportados como limosna. Además confesó que los gastos superaron su presupuesto y señaló la incapacidad de los carpinteros y tallistas locales para valorar su obra. Los maestros talladores Juan José López y Juan Custodio de Céspedes declararon en su favor, por lo que el litigio acabó en una transacción. En 1768, Gutiérrez finalizó el retablo, el cual evidencia sus dotes de escultor y tallista. Se trata de un retablo de estructura cóncava, con estípites, rocailles y medias tallas de la Inmaculada Concepción y querubines, conservado en la actualidad en la misma iglesia.

En 1767 se bautizó a su nieto José Ignacio de la Natividad, hijo legítimo del segundo matrimonio de su hijo Domingo José (viudo de Isabel Vurgado) con Manuela Concepción González. Al año siguiente, Gutiérrez elaboró unos hacheros para la cofradía de Nuestra Señora del Carmen de la iglesia parroquial de San Pablo primer ermitaño. El 15 de marzo de 1770 murió su esposa Clara Josefa Leal. En octubre del mismo año se bautizó a su nieta María Rafaela, hija de Domingo José y Manuela González. El 10 de diciembre de ese año, Gutiérrez redactó su testamento en el cual solicitó ser enterrado en la capilla de la Tercera Orden de Santo Domingo.

También se declaró hermano profeso de las terceras órdenes de Santo Domingo y San Francisco, hermano redimido de las cofradías de Nuestra Señora de Dolores, Nuestra Señora de Altagracia, Nuestra Señora de la Guía y San Juan Bautista, y hermano de Opa de las cofradías del Santísimo Sacramento en la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria y de la Divina Pastora en la iglesia homónima.

En 1771, Gutiérrez compró un solar en el barrio de San Lázaro a Francisco de Valentín Hernández. Para 1774 vendió a su hijo Domingo José una casa que había construido en ese solar. Al año siguiente recibió 205 pesos por unas andas talladas para la cofradía de Nuestra Señora del Carmen, de la iglesia parroquial de San Pablo primer ermitaño. Para 1776 vendió a su hijo Domingo otra casa cercana al río Catuche, en la calle que baja del convento dominico de San Jacinto hacia el oriente. En 1777 construyó el nuevo trono para Nuestra Señora del Rosario de la iglesia conventual de San Jacinto. En febrero de ese año otorgó un codicilo en el que modificó y amplió su testamento.

En marzo cobró 350 pesos por el retablo para el altar de la Cofradía de las Ánimas Benditas de la catedral.

El retablo ha sufrido modificaciones en su segundo cuerpo, se mudó a la capilla de San Pedro y hoy está dedicado a la Virgen María Auxiliadora. En octubre se bautizó a su nieta María Teresa, hija de Domingo José y Manuela González.

Al año siguiente un recibo atestigua que se le canceló 6 pesos por reparar un farol de la Real y Pontificia Universidad de Santa Rosa de Lima de Santiago de León de Caracas. Ese mismo año reparó unas puertas de la universidad y de la catedral. En 1780 elaboró unas cenefas talladas para la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria y estableció una fiesta a Santo Domingo de la Calzada en la iglesia del Hospital de San Lázaro, según la voluntad de su difunta esposa. Para ello impuso a censo una casa propiedad de su hijo Domingo José. En 1781 se bautizó a su nieto Ramón Vicente, hijo de Domingo José y Manuela González, en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria. El 19 de abril de 1788, Gutiérrez otorgó un nuevo testamento. Entre sus bienes declaró ocho casas, de las cuales siete se encontraban en el barrio de Santa Rosalía. En 1790 falleció su hijo Domingo José, el cual fue enterrado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria, como hermano de la cofradía.

El 9 de febrero de 1793, Gutiérrez otorgó un codicilo modificando algunas cláusulas de su testamento.

El 16 de abril fue sepultado en el convento de San Jacinto con entierro cantado y amortajado con el hábito de Santo Domingo.

Carlos Duarte le atribuye la elaboración del retablo mayor de la iglesia de Santa Lucía (estado Miranda, Venezuela) alrededor de 1761, de forma ochavada, estípites y pinturas en los intercolumnios. También le adjudica la talla del confesionario conservado en la iglesia de San Francisco de Caracas, el cual fue encargado por el padre Juan Félix Aristeguieta en 1773. El confesionario posee atlantes y una imagen del seráfico santo en su remate.

 

Obras de ~: Retablo mayor de la iglesia de Santa Lucía, c. 1761 (atrib.); Retablo mayor de la iglesia del Dulce Nombre de Jesús de Petare, c. 1763 (atrib.); Retablo del Santo Niño de Belén, 1765; Retablo de la Orden Tercera de San Francisco de Asís, 1770; Confesionario de la iglesia de San Francisco de Caracas, 1773 (atrib.); Retablo de la cofradía de Ánimas Benditas de la catedral, 1777.

 

Bibl.: C. Duarte, Domingo Gutiérrez, el maestro del rococó en Venezuela, Caracas, Ediciones Equinoccio, 1977; Visión de las artes durante el período colonial venezolano, Caracas, Ediciones de la Asociación Venezolana Amigos del Arte Colonial, 1984; C. Duarte y G. Gasparini, Los retablos del período hispánico en Venezuela, Caracas, Armitano, 1987; Historia de la catedral de Caracas, Caracas, Ediciones Armitano, 1989; C. Duarte, Diccionario biográfico documental. Pintores, escultores y doradores en Venezuela. Período Hispánico y comienzos del período republicano, Caracas, Fundación Galería de Arte Nacional, Fundación Polar, 2000; Grandes carpinteros del período hispánico venezolano, Caracas, Editorial Ex Libris, 2004.

 

Janeth Rodríguez Nóbrega