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Juan de Barahona y Padilla Dávila

Biografía

Barahona y Padilla Dávila, Juan de. Jerez de la Frontera (Cádiz), s. t. s. XVI – Canal de la Mancha (Reino Unido), VIII.1588. Militar, poeta.

Hijo de Luis de Barahona y María de Vera. Como su abuelo, Fernando de Padilla —intrépido aventurero jerezano que ganó la gloria luchando en las jornadas de Túnez con tal valor que el emperador Carlos V en premio a sus servicios le hizo caballero veinticuatro de Jerez además de concederle la merced de hábito de la Orden de Santiago—, también Juan de Barahona y Padilla dedicó su corta vida a la carrera de las armas, pero sin desdeñar las letras, a la manera del hombre del Renacimiento.

Aunque pocas noticias se tienen sobre su vida, debió hallarse en la última campaña de las guerras de Italia, que culminaron tras la batalla de San Quintín en 1557, forzando a los franceses a firmar la paz de Cateau-Cambrésis, dos años más tarde, pues tradujo del toscano al español una obra de carácter moral de Alejandro Picolomini, arzobispo de Patras, titulada Institución de toda la vida del hombre noble, y, según afirma en el prólogo, “con objeto de proporcionar a la nobleza jerezana —a la cual él pertenecía—, un libro de educación, por donde pudiera en adelante perfeccionarse la tan poco esmerada que entonces recibían los caballeros”. Se publicó en Sevilla en 1577, pero por el tiempo que realizó la traducción debió de ser bastante joven, según se deduce de un párrafo de la censura del libro escrita por su paisano Fray Lorenzo de Villavicencio (Jerez de la Frontera, 1518 – Madrid, 1583), en la que manifiesta que “está vertido de lengua italiana en la española con mucha curiosidad y propiedad, siendo este trabajo de caballero mozo y virtuoso, y para nobilitar con virtudes morales nuestra nobleza”. Curiosamente Barahona acrecienta la obra de Picolomini con muchas adiciones, al tiempo que realiza supresiones, y, en particular, donde el arzobispo se refiere a la lengua toscana, Barahona introduce un tratado de gramática del español, tratando la ortografía y pronunciación castellana y andaluza y donde paradójica y curiosamente, después de reconocer que “en dos cosas le favoreció la fortuna, la primera en hacello Andaluz, cuya lengua es tan pura, fácil y bien sonante. La segunda en dalle padres, de quien pueda aprendella en su perfeción aunque en efeto más se aprende por costumbre que por enseñanza”, advierte a continuación que “es común defeto en el Andaluzía no saber pronunciar y escrevir cómo y quando se debe tres letras de las que nos sirven, las cuales son c, s y z, porque casi todos en general no se aprovechan de más que de la s en quanto hablan y escriven. Este yerro a procedido según creo de la inabilidad o poca advertencia de los maestros de las escuelas y de la falta de cuydado y solicitud de los gobernadores” para lo cual recomienda como solución que “debe su madre quitallo del Ama porque no aprenda alguna costumbre servil [...] limando, perfecionando y haziendo civiles las pocas palabras que toscamente le enseñaría su ama”.

Tras servir por algunos años en las campañas de Italia, embarcó más tarde en las galeras reales. En 1586, siendo capitán de Infantería estuvo mandando una compañía de doscientos hombres, casi todos jerezanos, en la armada de Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, logrando apresar hasta veinte naves inglesas y varias galeras turcas. Al morir éste en febrero de 1588, se puso a las órdenes de Alonso Pérez de Guzmán, VII duque de Medina Sidonia, para formar parte de la gran armada que Felipe II envió contra Inglaterra, donde el jerezano finalmente perdió la vida, no sin antes acordarse en unos versos de su patria española y jerezana bajo cuyo pabellón luchó, que escribió Barahona antes de su partida a la “Pérfida Albión”, que fueron recogidos por el padre Martín de Roa en su obra Santos Honorio, Eutiquio y Esteban, donde se aprecia el presentimiento del nefasto devenir que se cernía sobre tal empresa.

 

Obras de ~: Institucion de toda la vida del ombre noble, en la cual Peripatética y Platónicamente, acerca de la Etica y parte de la Política, está recopilada la suma de cuanto principalmente puede concurrir á hazella dichosa y perfeta. Compúsola en lengua toscana Alejandro Picolomini, cavallero Senés, y tradúxola en vulgar Español don Iuan de Baraona y de Padilla, natural de Xerez de la Frontera, Sevilla, Casa de Alonso Escrivano, 1577; “Elogio de Jerez y los jerezanos”, en M. de Roa, Santos Honorio, Eutichio, Estevan, patronos de Xerez de la Frontera: nonbre [sic], sitio, antiguedad de la ciudad, valor de sus ciudadanos, Sevilla, Alonso Rodríguez Gamarra, 1677, pág. 50.

 

Bibl.: F. Fedriani Fuentes, Jerezanos insignes, Jerez de la Frontera (Cádiz), Gráficas San Luis, 1968, pág. 31; D. I. Parada y Barreto, Hombres ilustres de la Ciudad de Jerez de la Frontera, facs. de ed. de 1878, Jerez de la Frontera (Cádiz), Extramuros Edición, 2007, págs. 52-61.

 

Iván F. Moreno de Cózar y Landahl, conde de los Andes