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Domingo Batet Mestres

Biografía

Batet Mestres, Domingo. Tarragona, 1872 – Burgos, 18.II.1937. General de división.

Hijo de Domingo Batet y de Buenaventura Mestres, ingresa en la Academia General Militar en septiembre de 1887.

Es promovido al empleo de teniente en 1893 y su primer destino es el regimiento de Infantería de guarnición en Barcelona.

Posteriormente es designado alumno de la Escuela Superior de Guerra; pero no llega a terminar los estudios, al partir como voluntario a Cuba en abril de 1895.

Participa con el batallón provincial de La Habana en las campañas que culminaron con la guerra contra Estado Unidos y la pérdida de la isla. Él mismo señaló que la causa de la derrota, más que la presencia naval estadounidense, había sido el deseo del pueblo cubano de acceder a su independencia.

Batet Mestres destaca en la operación desarrollada en la zona de Ticarita el 5 de junio de 1896, por la que se le concede en noviembre de ese mismo año el ascenso a capitán.

Siendo ayudante del mencionado batallón sufre una caída del caballo que montaba, produciéndose la fractura transversal de la rótula derecha y contusión de primer grado en el pie derecho, por lo que fue ingresado en el hospital militar de La Habana el 28 de enero de 1897. Una vez dado de alta, en abril de 1897, se embarca para la península en el vapor María Cristina, con cuatro meses de licencia por enfermedad, para recibir baños termales en Caldas de Montbuy.

Continúa sus estudios en la Escuela Superior de Guerra y los finaliza en 1900. Pasa al regimiento de Luchana, y un año después a los Somatenes de Cataluña, puesto en que permanece hasta su ascenso a comandante en 1909.

En 1915 asciende a teniente coronel y regresa al regimiento de Luchana, de donde pasa a la zona de Lérida, una vez ascendido a coronel en 1919.

En 1922 manda el regimiento de Valladolid y es designado como juez especial encargado de instruir los procedimientos derivados de los desastres militares acaecidos en la guerra de Marruecos, a las órdenes del Alto Comisario (Expediente Picasso), pero al considerar que esta misión le correspondía desarrollarla a un militar del Cuerpo Jurídico, presentan su dimisión.

En 1923 se hace cargo del regimiento de Jaén y al año siguiente del de Alcántara.

Es promovido a general de brigada en 1925, ocupando destino en Alicante al mando de la 1.ª Brigada de la 6.ª División.

Al conspirar contra la dictadura de Primo de Rivera y por su complicidad en el intento de alzamiento denominado “la noche de San Juan” en 1926, es detenido y procesado. Se le sanciona con el retiro, aunque posteriormente el Consejo Superior de Guerra le absuelve.

En 1927 se le concede el mando de la brigada de Infantería Mallorca, destino en que permaneció hasta la proclamación de la Segunda República en 1931, cuando se le confía el mando de la IV División Orgánica con sede en Barcelona.

En este destino actúa con prudencia para limar las tensiones existentes entre algunos sectores militares y la nueva administración autonómica. Asciende a general de división en 1932.

El 6 de octubre de 1934, al producirse la insurrección catalanista y la proclamación por Lluís Companys como presidente de la Generalitat de la República Catalana, simultáneamente al estallido de la revolución de Asturias, Batet recibe la orden de aplastar con dureza, al frente de su división, el movimiento secesionista para aplicar un escarmiento ejemplar. Sin embargo, procede con cautela y precisión, sofocando la insurrección con el mínimo de destrucción y derramamiento de sangre. Esta actitud le valió los ataques de la derecha y de algunos sectores militares, así como la hostilidad de los vencidos.

Por estos hecho y según Decreto de 18 de febrero de 1935 (DO n.º 42, de 20 de febrero de 1935), se hace acreedor a la Gran Cruz laureada de San Fernando, destacándose como el general de división Domingo Batet Mestres, ostentando el cargo de jefe supremo de todas las fuerzas que guarnecían el territorio de la IV División Militar, cuya cabecera era Barcelona, al producirse un movimiento revolucionario en los primeros días de octubre de 1934. con su acierto, resolución y bravura supo concebir, dirigir y realizar en toda Cataluña las operaciones militares necesarias para dominar la rebeldía.

En marzo de 1935 es nombrado jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora, cargo en el que cesa a petición propia después de las elecciones de febrero de 1936.

En junio de 1936, el Gobierno de Casares Quiroga le nombra jefe de la VI División Orgánica, cuya sede estaba en Burgos.

El 16 de julio de 1936 se entrevista en el Monasterio de Irache con el general Mola, subordinado suyo y comandante militar de Pamplona, el cual le dio su palabra de no estar implicado en ninguna aventura.

El 18 de julio, después de estar anunciado el levantamiento contra la República, intenta disuadir en conversación telefónica a los sublevados.

En la madrugada del 19 de julio, cuando frente al edificio de la división se emplazan cañones por los ya sublevados, el general Batet decide rendirse, y es detenido por sus propios subordinados. Posteriormente, el 8 de enero de 1937, es juzgado por un consejo de guerra sumarísimo que le condena a la pena de muerte, pese a la petición de indulto de personajes como Queipo o Cabanellas.

Fusilado el 18 de febrero de 1937, se enfrentó a la muerte con gran serenidad. Al despedirse de su defensor, le entregó diez o doce pitillos que le quedaban, diciéndole: “lléveselos usted, que yo no los necesitaré”.

Ante el piquete pronunció unas cuantas frases muy correctas, reiterando su fe de cristiano y español. La descarga fue tan precipitada, que el defensor y el padre jesuita que lo asistían tuvieron que apartarse de un brinco. Fue enterrado en el cementerio de Tarragona.

La ciudad de Barcelona puso su nombre a una de las calles.

 

Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, exp. personal.

 

Emilio Montero Herrero