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Ferrer de Pallarés

Biografía

Pallarés, Ferrer de. ?, s. m. s. xii – Tarragona, 30.IV.1243. Eclesiástico, obispo.

Pocas noticias se tienen sobre su nacimiento que debió de producirse a finales del siglo xii, en lugar desconocido. Al ser dilucidado en 1239 el pleito entre Toledo y Tarragona y quedar la diócesis valentina adjudicada a la provincia tarraconense, fue nombrado Ferrer de Pallarés como primer obispo de Valencia. Anteriormente había sido paborde y arcediano de Tarragona; participó con Jaime I en la conquista de Mallorca, donde se distinguió por su valor y fue recompensado por el Rey con casas y tierras. No participó en la conquista de Valencia, pero sí recibió propiedades en la ciudad y su huerta.

La primera vez que aparece ejerciendo funciones episcopales, aunque como electo, es el 8 de mayo de 1240, en el Concilio segundo de Tarragona, celebrado en Valencia en esa fecha. Siendo aún obispo electo, donó a los mercedarios la iglesia del Puig. El 23 de junio de 1240 dio una importante constitución para la diócesis valentina, al estipular que el obispo debía tener la mitad de todos los señoríos y posesiones de la Iglesia en la diócesis, y el Cabildo la otra mitad, distribuyéndose las rentas o décimas por mitad. La elección de los canónigos sería por acuerdo mutuo entre el obispo y el Cabildo, etc. En 1241, Ferrer de Pallarés realizó una componenda con Jaime I por la cual se reducía la porción real a un tercio del diezmo, mientras reconocía el Rey que recibía dicha parte de la Iglesia, su legítima propietaria, a título de infeudación. Fue considerado como una debilidad del obispo, y sus sucesores pleitearon con el Monarca hasta 1271, en que la diócesis reconoció dicha retención por la Corona, a cambio de la donación al obispo de la señoría sobre Chulilla y Garx. La alianza entre ambos poderes puso fin a “la guerra del diezmo” y fue beneficiosa para el obispado, pues garantizaba el cobro de los diezmos, dado que los particulares trataban de no pagarlo y los señores feudales de apoderarse de su producto. Los ingresos de la diócesis dependían básicamente del diezmo, que pronto la convirtieron en una de las más ricas de la Cristiandad.

Una vez posesionado de la diócesis, Pallarés convirtió diversas mezquitas de la capital en iglesias parroquiales, a las que dotó generosamente, igual que a la catedral; defendió el patrimonio y los bienes de algunas parroquias de la diócesis frente a los derechos reclamados por ciertos señores. En 1241 y 1242 compró diversas casas en el entorno de la catedral, lo que permitió su ampliación futura y la del palacio episcopal, en la ciudad recién conquistada. Hasta su muerte mantuvo el cargo de prepósito del Cabildo de Tarragona.

Su escudo era: campo de gules con herradura de plata y báculo resaltado de oro, con el cayado a la derecha y trascolos de plata, anudados en la unión del cayado y la pértiga. En 1243, cuando se dirigía a Barcelona para participar en un concilio de carácter provincial, fue hecho prisionero y murió a manos de los musulmanes. También fue conocido como Ferrer de Sant Martí.

 

Bibl.: J. Sanchís Sivera, “El obispo Ferrer de Pallarés”, en La Diócesis Valentina. Nuevos Estudios Históricos, Valencia, Renovación Tipográfica, 1922, pág. 446; E. Olmos Canalda, Los prelados valentinos, Madrid, Imprenta de la Semana Gráfica, 1949; R. I. Burns, El reino de Valencia en el siglo xiii (Iglesia y Sociedad), Valencia, Del Cenia al Segura, 1982, 2 vols.; V. Cárcel Ortí, Historia de la Iglesia en Valencia, Valencia, Arzobispado, 1986, 2 vols.

 

José Hinojosa Montalvo