Guzmán, Pedro de. Madrid, s. m. s. XVI – 1615. Pintor.
Este artista obtuvo a principios del siglo XVII el título de pintor del Rey, cargo en el que se mantuvo alrededor de quince años. Esta circunstancia, sin embargo, no ha favorecido la divulgación ni de su vida ni de su obra, de hecho tan sólo se conoce que sufría de una minusvalía física, la cojera. El único encargo de una cierta relevancia que obtuvo durante su período como pintor de la Corte fue la decoración de la escalera principal, o del Rey, en el palacio de El Pardo.
Todo ello a pesar de que, desde el año 1601, había obtenido la plaza de pintor de la Corte, que había quedado vacante tras el fallecimiento del pintor Nicolás Granero. En este sentido, Pedro de Guzmán fue el último pintor que accedió a una de las plazas que Felipe II creó para sufragar los gastos de los pintores que llegaron de la península italiana en el último cuarto del siglo XVI. Dichas plazas tenían un salario estipulado de 20 ducados mensuales, aunque esta cantidad se rebajó desde la entrada de Pedro de Guzmán al servicio del Rey, señal inequívoca de las dificultades económicas de la Hacienda Real.
A principios del siglo XVII, y con el traslado de la Corte a Valladolid, Guzmán también estableció su residencia en la localidad castellana, en donde mantuvo abierto su taller y contrató como aprendiz a Antonio de Astorga. Con el inicio de las obras en El Pardo, en el año 1607, se trasladó nuevamente a la provincia de Madrid. Al término de este importante encargo realizó una serie de servicios para el Rey de menor entidad: restauró lienzos, doró los marcos de varias pinturas y realizó pequeñas pinturas sobre cobre.
Uno de los encargos que más prestigio le deparó en este sector fue la restauración de varios lienzos de factura italiana, pintados en la segunda mitad del siglo XVI, que fueron regalados por el Rey al convento de las Descalzas Reales de Valladolid en 1612. Obras que prácticamente en su totalidad se conservan en su ubicación original y de las que se tiene noticia a través de los pagos que se realizaron a Pedro de Guzmán al término de la restauración.
Sin embargo, el retraso en los pagos por la realización de la decoración de la escalera de El Pardo agudizaron la maltrecha situación económica de Pedro de Guzmán y su familia. De hecho, el pintor falleció en el verano de 1615 acosado por los acreedores y prestamistas e incluso tanto la residencia que tenía en la calle de Atocha como la que poseía junto a la iglesia de San Ildefonso estaban sujetas a censos e hipotecas.
Jerónimo de Mora, su compañero de profesión, fue nombrado albacea del testamento y en el ejercicio de su deber trató de acallar los rumores que circulaban por Madrid acerca de la existencia de un pleito entre el pintor difunto y la Hacienda Real. Estos malignos comentarios obstaculizaban, a juicio de Mora, la venta de los bienes del pintor fallecido e incluso el pago de su entierro, paralizado por la falta de liquidez económica.
A su muerte varios artistas solicitaron la plaza de Pedro de Guzmán como pintor del Rey, entre ellos su amigo Jerónimo de Mora, Francisco Granelo, Antonio de Monreal, Angelo Nardi o Juan de Roelas, aunque finalmente el elegido fue Pedro Antonio de Vidal, un artista recomendado por el duque de Lerma. El Rey, consciente de los elevados gastos que suponía la manutención de un pintor a su servicio, reconsideró su decisión y decidió suprimir esta plaza definitivamente.
Obras de ~: Decoración de la escalera principal, o del Rey, Palacio de El Pardo.
Bibl.: M. Agulló Cobo, Más noticias sobre pintores madrileños de los siglos xvi al xvii, Madrid, Ayuntamiento, 1981, pág. 102; L. Goldenberg Stoppato, “Pinturas florentinas para las Descalzas Reales de Valladolid y otros regalos para España”, en VV. AA., Glorias efímeras. Las exequias florentinas de Felipe II y Margarita de Austria para la exposición en el Museo de La Pasión de Valladolid, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 1999, págs. 87-100; M. Lapuerta Montoya, Los pintores de la corte de Felipe III en El Pardo, Madrid, Fundación Caja Madrid, 2002, págs. 343-357; VV. AA., El legado de la Toscana, catálogo de exposición, Madrid, Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, 2007.
Macarena Moralejo Ortega
