Ayuda

Silverio Franconetti Aguilar

Biografía

Franconetti Aguilar, Silverio. Sevilla, 6.X.1823 – 30.V.1889. Cantaor de flamenco.

Hijo de María de la Concepción Aguilar, natural de la sevillana localidad de Alcalá de Guadaira, y del italiano Nicolás Franconetti, natural de Roma, jefe de las Guardias Walonas. Existe controversia en torno a su nacimiento. Mientras Demófilo afirmaba en su biografía que nació el 10 de junio de 1831, Daniel Pineda Novo ha extraído de la partida de bautismo que nació en Sevilla el 6 de octubre de 1823. Se trasladó de niño a Morón de la Frontera (Sevilla), donde conoció a El Fillo, cantaor que sería su maestro.

Su dedicación al cante flamenco comenzó en su ciudad natal, para pasar seguidamente a Madrid, donde daría una serie de conciertos, colaborando en la configuración de una gran afición. Invitado en aquella época, mediados del siglo XIX, a viajar a América, embarcó en Cádiz hacia Montevideo (Uruguay), donde además de cantar se dedicó a otras ocupaciones, entre ellas a la de picador de toros en los tiempos de paz y a servir a los ejércitos uruguayos en tiempos de guerra.

En 1864, al cabo de ocho años después de su marcha, volvió a España en el vapor Gravina, empleando sus ahorros en acciones empresariales para dignificar su arte, que elevó a categoría de espectáculo público.

Con este objetivo ofreció recitales de cante en diversas ciudades, especialmente en las andaluzas, en algunas de las cuales, como en Cádiz, mereció el título de Rey de los Cantaores.

Existen datos de sus actuaciones en el Salón Recreo de Sevilla (1865 y 1866), en el teatro Principal de Jerez de la Frontera (Cádiz) (1865 y 1867), en el Salón Recreo de Córdoba (1871), donde actuó por espacio de doce días, y al terminar su contrato, arrendó el teatro Moratín cordobés, cantando en su escenario durante un mes. En 1880, asociado con Manuel Ojeda, alias El Burrero, inauguró el café cantante La Escalerilla, en su ciudad natal, para más tarde abrir el de su nombre, considerado uno de los espacios flamencos más significativos de su tiempo.

Fernando de Triana, que le escuchó cantar, escribió en su obra Arte y artistas flamencos: “[...] fue el artista que más me agradó; porque Silverio fue el único cantaor que todo, absolutamente todo, lo cantó extraordinariamente bien”. Y después de recoger una serie de coplas por diferentes estilos: serranas, siguiriyas, livianas, cañas, polos, soleares apolás, jaberas y rondeñas, añade: “Todos estos cantes salían de la garganta del gran Silverio impregnados en miel y dotados de una gallardía faraónica, que no había quien los escuchara sin estremecerse, y al noventa y nueve por ciento les asomaban las lágrimas a los ojos. Este era el gran Silverio, con su voz afilada, ronca pero dulce como la miel de la Alcarria”.

Su ascendencia sobre cantaores posteriores, especialmente sobre Antonio Chacón, fue notable, y sus compañeros le guardaron una veneración grande y verdadera, proclamando continuamente su maestría como todos los que le conocieron y escucharon. Al cabo del tiempo su figura permanece dentro de una aureola de prestigio y recuerdo, de ahí que sea ejemplo a imitar por cuantos maestros del flamenco han surgido después de su muerte, y que se tenga muy presente su condición de primer exaltador y dignificador del arte andaluz. La inmortalidad de Silverio ha quedado asimismo reflejada para siempre con la gloria que supone ser elegido por el poeta Federico García Lorca como el máximo artífice del cante flamenco; en su poema “Retrato de Silverio Franconetti” se lee: “Entre italiano / y flamenco, / ¿cómo cantaría / aquel Silverio? / La densa miel de Italia / con el limón nuestro, / iba en el hondo llanto / del siguiriyero. / Su grito fue terrible. / Los viejos / dicen que se erizaban / los cabellos / y que se abría el azogue / de los espejos. / Pasaba por los tonos / sin romperlos. / Y fue un creador / y un jardinero. / Un creador de glorietas / para el silencio...”.

 

Bibl.: A. Machado y Álvarez (Demófilo), Colección de cantes flamencos, Sevilla, El Porvenir, 1881 (Madrid, Cultura Hispánica, 1975); F. de Triana, Arte y artistas flamencos, Madrid, Imprenta Helénica, 1935; F. Quiñones, Silverio Franconetti.

100 años que murió y aún vive, Sevilla, Ayuntamiento, 1989; J. Blas Vega, Silverio Rey de los cantaores, Córdoba, Ayuntamiento, 1995; F. García Lorca, Poema del cante jondo (1921), Madrid, Alianza, 1998; M. Ríos Ruiz, “Silverio [Silverio Franconetti Aguilar]”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. 9, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002, pág. 1026; D. Pineda Novo, Silverio Franconett: noticias inéditas, Sevilla, Giralda, 2003; J. M. Gamboa, Una Historia del Flamenco, 2005; G. Steingress, “Silverio Franconetti en Uruguay. La Aventura Taurina del Cantaor Sevillano”, en La Caña de Flamenco, 2006, págs. 1-35; F. González-Caballos Martínez y M. Hurtado, Silverio Franconetti en Uruguay, Madrid, Fernando González-Caballos Martínez, 2010; G. Castro Buendía, Génesis Musical del Cante Flamenco. De lo remoto a lo tangible en la música flamenca hasta la muerte de Silverio Franconetti, Sevilla, Libros Con Duende, 2014, 2 vols.

 

Manuel Ríos Ruiz