Ayuda

Ventura de la Vega Cárdenas

Imagen
Biografía

Vega Cárdenas, Ventura de la. Buenos Aires (Argentina), 14.VII.1807 – Madrid, 29.XI.1865. Escritor y dramaturgo.

Hijo de un militar leonés destinado al Virreinato de la Plata como administrador de la Real Hacienda, Diego de la Vega, donde casó con María Dolores Cárdenas, miembro de una noble familia establecida en Buenos Aires desde hacía algún tiempo. El nacimiento del hijo, Ventura de nombre, se iba a producir en pleno asedio de los ingleses a la capital bonaerense, lugar donde transcurrirá la infancia del futuro escritor, que a los once años, en 1817, es enviado por su madre a la metrópoli para su mejor formación y ante el clima de independencia que se vive en el virreinato.

En Madrid vive al cuidado de Fermín del Río y Vega, e inicia su educación en los Estudios Imperiales de San Isidro, con los jesuitas, y luego en el Colegio de San Mateo, con Hermosilla y Lista como preceptores, y Espronceda, Ochoa, Roca de Togores y otros futuros escritores, como condiscípulos. Con el final del Trienio Liberal termina la escolarización del joven de la Vega que, huérfano de su protector, ha de empezar a buscar ocupación y profesión. Y son las letras la profesión elegida, y especialmente en el ámbito del teatro. Por ello consigue estrenar su primera comedia en la temprana fecha de 1824, la pieza en un acto y en prosa Virtud y reconocimiento, en el Príncipe.

Con otros discípulos de Lista, Ventura de la Vega formará parte de la Academia Poética del Mirto, y, dentro de ella, de un subgrupo de exaltados que forman una sociedad secreta, “Los Numantinos”, que apoyan, en lo que pueden, al reo Rafael del Riego, hasta que en 1824 la policía disuelve el grupo y Ventura de la Vega es recluido por un tiempo en el convento de los Trinitarios de la calle de Atocha. A la afición teatral se une la de escribir versos, sobre todo amorosos, y dedicarlos a una joven muchacha de la que Ventura se ha enamorado, y a la que llama poéticamente “Laura”. Así compone “El canto de la esposa” a imitación del Cantar de los cantares o “Imitación de los salmos”. Publica poemas ocasionales en alabanza del Rey, de duelo por la muerte de la duquesa de Frías o de alegría por el nacimiento de Isabel II. Se enamora de la cantante de ópera Adelaida Tossi. Corre el año 1831. De la Vega frecuenta la tertulia del Parnasillo y lleva intensa vida social y cultural.

Sus muchos gastos le obligan a aceptar un empleo público en el Ministerio de la Gobernación y se le encarga, además, la supervisión del Conservatorio de Música y Declamación que había creado poco antes la reina María Cristina. Allí conoce a una aventajada alumna, Manuela Oreiro de Lema, una inmediata primma donna de los teatros de ópera, con quien se casa. Es ya 1836, y De la Vega se cuenta entre los fundadores del Liceo Artístico y Literario, lo que ocurre en 1837, como su casamiento, que llega en 1838. A partir de ese momento la vida de Ventura de la Vega se sosiega bastante, lo que redunda en la intensa escritura de piezas teatrales originales y de adaptación de obras francesas, sobre todo del autor galo Scribe, a la vez que hace crítica teatral para varias cabeceras periodísticas, como El Correo Nacional, y redacta biografías para El Museo de las familias. En 1840 cesa en el cargo ministerial que le había proporcionado Martín de los Heros.

En 1843 es nombrado profesor de Literatura de la princesa Isabel y de la infanta Luisa Fernanda. A la altura del año siguiente tiene acabada su obra más famosa (El hombre de mundo) y le da los últimos retoques al drama histórico Don Fernando, el de Antequera.

Se le encarga la dirección del teatro privado que la condesa de Montijo ha edificado en la quinta de Miranda, en los Carabancheles. En la tertulia de Patricio de la Escosura lee El hombre de mundo. En 1845 ingresa en la Real Academia Española como académico numerario (silla F). Y ese mismo año, en el teatro de la Montijo, se estrena dicha obra dirigida por el mismo autor, que interpreta el papel de don Luis, el protagonista, y otros papeles corren a cargo de las hijas de la aristócrata y de otras amistades. Será Julián Romea quien la estrene en el Príncipe el 2 de octubre de 1845. El hombre de mundo es el más claro preludio de la llamada alta comedia: escenifica los problemas de su tiempo, rematados con una conclusión moral.

En 1846, como Ventura de la Vega se va convirtiendo en figura ilustre en el Madrid cortesano del momento, la reina Isabel lo nombra gentilhombre de cámara con ejercicio, y en los años siguiente asciende a intendente general de la Real Casa y su Patrimonio, aunque renuncia a este segundo cargo, aceptando en cambio el de secretario particular de la Reina, en sustitución de Donoso Cortés, con un sueldo anual de 40.000 reales. Cesa en dicho cargo en octubre de 1847 para ocupar la subsecretaría del Ministerio de Estado. Pero el teatro sigue siendo su gran pasión. Por ello en 1849 acepta el puesto de comisario regio del teatro Español (nombre que ese año recibe el antiguo teatro del Príncipe). Forma una gran compañía para el primer teatro de titularidad estatal, y Ventura se propone una serie de reformas en las producciones teatrales que modernicen ampliamente la representación en España, si bien los celos del mundillo teatral le impiden llevar a cabo su labor, y De la Vega abandona el cargo con sensación de impotencia. Se consoló de su fracaso refugiándose en la dirección del teatro particular de la condesa de Montijo, organizando sesiones privadas para la aristocracia. Y se dedica a escribir libretos de zarzuelas a las que pone música el maestro Barbieri: Jugar con fuego (1851), El marqués de Caravaca (1853). Ese último año Ventura de la Vega viaja por París y Londres para ver teatro y asistir a las recepciones y fiestas de palacio, donde brilla su amiga Eugenia de Montijo, convertida entonces en emperatriz de los franceses.

Regresa a Madrid en el revuelto ambiente del año 1854, cuando muere su esposa a los treinta y seis años. Se aleja algo de la escritura teatral, pero sigue unido a ese mundo, pues en 1857 es nombrado director del Conservatorio. Los éxitos de la escena se vuelven tibios. Todavía en 1861 pasa sin pena ni gloria su comedia Don Quijote, con ilustraciones musicales de Barbieri. Pero el éxito importante vuelve con La muerte de César, obra perfectamente enmarcada en el liberalismo del siglo XIX. La lectura de un poema de Lista, un soneto a Marco Bruto, le da la clave de la obra (un asunto ya tratado por Shakespeare, Voltaire y Alfieri). Pero la salud del autor empieza a ser precaria.

Acaba la tragedia en diciembre de 1862 y la lee a los amigos y luego en Palacio, ante la misma reina.

La muerte le alcanzó sin ver su estreno y su éxito. Su teatro, considerado de forma global, estuvo más cerca de la estética neoclásica que de la neorromántica que dominaba en la alta comedia de su tiempo. Su retrato, pintado por Madrazo, se puede contemplar en el Casón del Buen Retiro. Uno de sus hijos fue el famoso libretista de zarzuelas Ricardo de la Vega.

 

Obras de ~: El hombre de mundo, Madrid, Repullés, 1845 (ed. de J. Montero Padilla, Salamanca, Anaya, 1969); Jugar con fuego, Zarzuela en tres actos, Madrid, 1851 (ed. crítica de M.ª Encina Cortizo, Madrid, Teatro de la Zarzuela, 2000); El marqués de Caravaca, Madrid, 1853; Don Quijote de la Mancha, Madrid, Ducazcal, 1861; La muerte de César, Madrid, Rivadeneira, 1863; Obras poéticas de don Ventura de la Vega, París, J. Claye, 1866; Obras escogidas, Barcelona, Montaner y Simón, 1894; Poemas, ed. de M. Jerry Schinasi, Salamanca, Universidad, 2005.

 

Bibl.: J. Valera, Ventura de la Vega: estudio biográfico-crítico [Madrid, Antonio Pérez Dubrull, 1891]; J. J. K. Leslie, Ventura de la Vega and the Spanish Theatre (1820-1865), Princeton, University Press, 1940; J. Montero Alonso, Ventura de la Vega. Su vida y su tiempo, Madrid, Editora Nacional, 1951; J. Montaner, El estreno de “La muerte de César” de Ventura de la Vega, Madrid, Real Escuela Superior de Arte Dramático, 1954; P. Lozano Guirao, “El archivo epistolar de don Ventura de la Vega”, en Revista de Literatura (Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas), enero-junio de 1955, págs. 121-172; I. Luca de Tena, “Semblanza literaria y social de Ventura de la Vega”, en Boletín de la Real Academia Española de la Lengua, XLV (1965), págs. 385-393; J. C. Dowling, “El anti-don Juan de Ventura de la Vega”, en VV. AA., Actas del VI Congreso Internacional de Hispanistas, Canadá, University of Toronto, 1980, págs. 215-218; M. Cantos Casenave, “Personajes femeninos en la comedia de Ventura de la Vega”, en A. S. Pérez-Bustamante, A. Romero Ferrery y M. Cantos Casenave (eds.), El siglo XIX... y la burguesía también se divierte, El Puerto de Santa María, Fundación P. Muñoz Seca, 1995, págs. 55-65; M. Jerry Schinasi, The principal plays of Ventura de la Vega in their historical context, Michigan Ann Arbor, University Microfilms International, 1985; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Real Academia Española-Espasa Calpe, 1999, pág. 136.

 

Gregorio Torres Nebrera

Personajes similares