Otero Camps, Jaime. Mahón, Menorca (Islas Baleares), 27.III.1888 – Barcelona, 17.Viii.1945. Escultor.
Hijo de padre gallego y madre mahonesa, su afición al dibujo le llevó a Barcelona en edad temprana y comenzó su aprendizaje como escultor con el maestro Manuel Fuxá, mientras asistía a la Escuela de Bellas Artes. En 1906 ganó una bolsa de estudios que le permitió ampliar su formación en París y Bruselas durante dos años. De regreso a Barcelona fue pensionado por el Ayuntamiento de la ciudad para hacer un viaje de estudios que le llevó nuevamente a Francia y Bélgica y después a Holanda, Inglaterra e Italia. En París intentó trabajar con Auguste Rodin y, al no conseguirlo, colaboró con Paul Albert Bartholomé. Vuelto a Barcelona, trabajó con su maestro Fuxà hasta la muerte de aquél en 1927.
Jaime Otero fue figura habitual en los certámenes y concursos nacionales y europeos de la época. Obtuvo Medalla de la Exposición Internacional de Barcelona en 1907; el Primer Premio en la Exposición Internacional de Barcelona en 1911 y en la de 1920; y el Premio de la Mancomunidad de Cataluña en 1922. Proyectó el monumento a la reina Isabel la Católica para la ciudad de La Paz (Bolivia) y colaboró intensamente en las obras urbanísticas y de embellecimiento de la ciudad de Barcelona. Realizó la fuente monumental del paseo central de la plaza de Cataluña frente a la avenida de la Puerta del Ángel, el grupo escultórico Las Artes y La dama de la rama de olivo de la misma plaza y el grupo Tarragona frente a los jardines de Pedralbes.
Jaime Otero fue calificado por Josep Guillot como el “gran poeta de la piedra”. Su obra es correcta y concisa, sacrificando a veces la gracia en aras de la corrección, sin perder el equilibrio y la serenidad de los griegos. Otero trabajó siempre con modelos vivientes y jamás abandonó el natural. Sabía extraer de sus modelos el encanto que la realidad puede ofrecer difícilmente, idealizando y poetizando estos modelos.
Su espíritu, enamorado de la gracia, le llevó a tratar repetidamente la figura de la mujer púber, esforzándose en imprimir en sus desnudos la sensualidad lánguida, la sensación de movimiento armonioso, del gesto rítmico y de expresión sutil de pudorosa feminidad.
El gran legado dejado por el escultor, repartido por museos y colecciones en París, Madrid y en buena parte en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, significa la verdadera manifestación de un temperamento refinado y culto que sintió, más que la misma plasticidad, el idealismo de la plasticidad movida por el impulso del espíritu.
Obras de ~: Símbolo, 1910; Busto femenino, 1911; Busto de Rosa Otero, 1914; Juveniles, 1920; Muchachas con un cesto de flores y palomas, 1920; Plácida, 1922; Monumento a Isabel La Católica, La Paz (Bolivia), 1925; Alegoría de Tarragona, 1926; Putti (fuente monumental de la plaza de Cataluña de Barcelona), 1927; Las Artes, 1927; La dama de la rama de olivo, 1927; Capullo, 1941; Busto de Luisa Granero, 1941; La muchacha del lazo, 1943; El vencedor, 1945.
Bibl.: F. Elías, L’escultura catalana moderna, Barcelona, Barcino, 1926; J. Guillot, Doce escultores españoles contemporáneos, Madrid, Mayfé, 1953, págs. 55-58; D. Mercadal, “Notas biográficas relativas a dos mahoneses distinguidos y olvidados”, en Diario Menorca, 24 de enero de 1985; G. Juliá Seguí, “Jaume Otero Camps, el poeta de la pedra”, en Revista de Menorca (1991), págs. 445-467; Les arts plàstiques a Menorca, Ciutadella de Menorca, G. Julià, 1994, págs. 155-158; L. Permanyer, Biografía de la plaza de Catalunya, Barcelona, La Campana, 1995, págs. 113-117; VV. AA., Gran Enciclopèdia de la Pintura i Escultura a les Balears, Palma de Mallorca, Promomallorca Serveis Editorials, 1996, págs. 395-396.
Gabriel Julià Seguí
