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Carlos Beramendi y Freyre

Biografía

Beramendi y Freyre, Carlos. Pamplona (Navarra), 1773-1776 – Ámsterdam (Holanda), 5.X.1832. Intendente de Ejército y diplomático.

Nació en el seno de una familia que tuvo su origen paterno en el antiguo reino de Navarra, tomando el nombre del ayuntamiento de Beramendi. Los padres de Beramendi fueron Pantaleón de Beramendi y Eleta, oficial segundo de la Secretaría del Despacho Universal de la Real Hacienda y caballero de la orden de Carlos III, y Cecilia Freyre y Bruin, nacida en Alicante el 8 de marzo de 1750.

La primera noticia que se conoce de Carlos Beramendi y Freyre es la realización de un viaje por España durante los años 1791 y 1796, por orden de Carlos IV, con el objeto de analizar la situación socioeconómica del país y aportar soluciones que pudieran llevarse a cabo para su mejora. Este Viage por España, manuscrito e inédito (con excepción del relativo a su paso por Valencia entre 1793 y 1794), en diez tomos, se localiza en la biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano. También, en la sección de Raros de la Biblioteca Nacional se encuentran tres volúmenes manuscritos de este mismo viaje con algunas variantes respecto a los anteriores.

El 18 de enero de 1792 tuvo lugar su nombramiento como secretario del Despacho de Hacienda, oficial supernumerario, para desempeñar la secretaría de Decretos.

Parece bastante probable que en su periplo por España conociera en Málaga a María de la Paz Galwey y Quilty, hija de un rico comerciante de origen irlandés que fue nombrado caballero de la orden de Carlos III, con la que se casaría en 1796.

Tras un tiempo en el que bien poco se sabe de la vida de Beramendi, salvo que se encontraba destinado en el peñón de Vélez de la Gomera, ascendió a la categoría de intendente en el año 1808, se hizo cargo del ejército de Granada y tuvo lugar su bautismo de fuego en la batalla de Bailén, donde fue condecorado, como él mismo señaló en su poema “El triunfo de España”, leído en 1815 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Granada.

En 1809 aparece como intendente de Ejército en Gerona, en pleno asedio de las tropas napoleónicas. Allí no sólo se distinguió en la defensa de la ciudad, y fue citado por el propio general Álvarez de Castro, sino que tuvo tiempo para escribir un largo y patriótico poema, “La Gerundea”, que iba publicándose periódicamente en el Diario de Gerona, del que, según Gómez Imaz, Beramendi fue editor durante aquellos difíciles días. Al mismo tiempo, llevaba entre manos un Diario histórico, militar, político y económico del Sitio de Gerona, que no se ha podido hallar.

Destacado opositor a la causa del rey José, al igual que su hermano Antonio y contrariamente a su padre, Pantaleón, que sí hizo el juramento de fidelidad, Beramendi pudo salir de Gerona y continuar luchando contra los franceses, ahora como “Intendente General del Principado de Cataluña y de los siete Ejércitos que tenía España”. En 1812, tras haber participado en la batalla de Burgos, aparece en el Cádiz de las Cortes al haber realizado, junto al intendente José Mauricio Chone y Ramón Vitón, integrantes de la Junta de Medios y Arbitrios, una Memoria sobre la naturaleza e importe de las necesidades ordinarias y extraordinarias de la nación española en la época presente, elogiada por el propio José Canga Argüelles y cuyas tesis principales —la proporcionalidad tributaria y la propia noción de contribución directa como sustituta de las rentas provinciales— fueron recogidas por la Constitución de 1812.

Carlos Beramendi vuelve a surgir en Granada en 1814, donde comparte con el conde de Montijo tareas directivas en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de aquella provincia durante 1815.

Tras la publicación del edicto de prohibición y condena de la masonería, Beramendi creía que su vida corría peligro. Su hermano Antonio, cónsul general en Génova, y su hijo Carlos Beramendi Galwey, vicecónsul en la misma ciudad, le instaron para que saliera urgentemente de España y se refugiara en Italia.

Beramendi, ya definitivamente enfrentado al absolutismo, pudo participar en las fallidas conspiraciones de Renovales y Richart contra Fernando VII.

En 1817, tras el fracaso de la intentona barcelonesa del general Lacy, se dirigió secretamente a Gibraltar, desde donde embarcó hacia Marsella e Italia. En el Archivo General de Palacio se encuentra una representación de causa reservadísima, fechada en 1819, dirigida por el fiscal Luis García al inquisidor general notificándole que Carlos Beramendi, “huido en Italia con pretexto de una comisión de servicio, era uno de los máximos responsables de la masonería española [...]”.

Beramendi, en su opúsculo La inocencia triunfa al fin de la calumnia, publicado en la España del Trienio Liberal como defensa de su actitud en aquellos oscuros años, relata su regreso a la España nuevamente constitucional de 1820. En ese mismo año fue nombrado cónsul general en los Países Bajos, cargo en el que pasó un verdadero calvario debido a las enormes dificultades económicas que tuvo que soslayar. Tras la vuelta del absolutismo fernandino en 1823, fue cesado de su puesto diplomático, prohibida su vuelta a España y denegados todos los intentos para que se le siguiera pagando su pensión. Abandonado, pobre y enfermo, Carlos Beramendi falleció en Ámsterdam en 1832 mientras malvivía dedicándose a la gerencia de “un establecimiento para la cría de gusanos de seda”.

 

Obras de ~: Viage por España, 1791-1796, 10 vols. (ms.) (Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano; Biblioteca Nacional de España, Raros, 3 vols.); La Gerundea, Gerona, 1809; con J. M. Chone de Acha y R. Vitón, Memoria sobre la naturaleza e importe de las necesidades ordinarias y extraordinarias de la nación española en la época presente, Cádiz, 1812; El Triunfo de España, Granada, Manuel Moreno, 1815; La inocencia triunfa al fin de la calumnia, Madrid, 1820.

 

Bibl.: E. Soler Pascual, Viajes y acción política del Intendente Carlos Beramendi, tesis doctoral, Alicante, Universidad, 1993 (Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000, http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=3618); (ed.), El País Valenciano a fines del siglo xviii. Carlos Beramendi y Freyre, Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1994; El viaje de Beramendi por el País Valenciano (1793-94), Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994; “Carlos de Beramendi: un intendente en la crisis del Antiguo Régimen”, en E. Balaguer y E. Giménez (eds.), Ejército, ciencia y sociedad en la España del Antiguo Régimen, Alicante, Instituto Juan Gil-Albert, 1995, págs. 169-189; E. Soler Pascual, “Perfil biográfico de Miguel Xavier de Beramendi y Eleta. Deán de la Catedral de Valencia (1782-1833)”, en E. Martínez Ruiz y V. Suárez Grimón (eds.), Iglesia y Sociedad en el Antiguo Régimen. III Reunión científica. Asociación Española de Historia Moderna, vol. I, Las Palmas, Universidad, 1995, págs. 197-205; E. Soler Pascual, “Imágenes de Alcoy. Una ciudad industrial en 1794 según Carlos Beramendi”, en Canelobre. Vida cotidiana en el siglo XVIII, Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1995, págs. 217-225; “Antonio Beramendi y Freyre: un diplomático en los inicios del siglo XIX”, en Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, 13-14 (1995), págs. 355- 366; “Diplomacia y política en la España de Fernando VII: la familia Beramendi”, en Trienio. Ilustración y Liberalismo, 25 (1995), págs. 153-178 bis; “El paseo de Carlos Beramendi por Murcia a finales del siglo XVIII”, en Alquibla. Revista de investigación del Bajo Segura, 5 (1999), págs. 131- 149.

 

Emilio Soler Pascual

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