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Simona Oroz y Mina

Biografía

Oroz y Mina, Simona. Orradre (Navarra), 22.X.1826 − Viana (Navarra), 3.III.1901. Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl (HC), promotora de obras benéfico-sociales y educativas, mediadora en favor de la paz en la Segunda Guerra Carlista.

Hija de un matrimonio profundamente religioso, José María y Mariana, agricultores de oficio y con una buena situación económico-social. Su hermana Francisca fue asimismo hija de la Caridad, mientras que María Ángeles fue carmelita descalza; su hermano Romualdo fue sacerdote.

En 1839 sus padres la llevaron al Colegio-Internado La Inmaculada de las hijas de la Caridad, en Sangüesa, próximo a Orradre, para que perfeccione su formación religiosa y cultural. En 1843, ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad, en Madrid. Al año siguiente fue enviada al cuidado de los niños de la inclusa de Madrid. Y entre 1845 y 1857 continuó sus estudios en el Colegio de Sangüesa, obtuvo el título de maestra y fue nombrada directora del colegio. Preparó cursos formativos para jóvenes y para personas mayores de Sangüesa, en horas no lectivas. En 1858 reorganizó el Colegio de Sos del Rey Católico.

El 16 de noviembre de 1859 llegaron a Viana cinco hijas de la Caridad, en respuesta a la petición del Ayuntamiento de la ciudad. Una de ellas era sor Simona. Se instalaron en el Convento de San Francisco, abandonado y en su mayor parte en ruinas. Ocupado por las tropas en la Guerra de la Independencia, posteriormente sirvió de fortaleza durante la Primera Guerra Carlista (1833-1839). Las hermanas iniciaron su recuperación. El Convento comenzó a tener nueva vida. En 1862 sor Simona creó una escuela dominical para que los jóvenes, en los días festivos, pudieran tener entretenimientos alegres y formativos, como representaciones dramáticas, diálogos, juegos y cánticos, con gran éxito. También atendían las necesidades de ancianos y enfermos. En 1866, como responsable de la casa, sor Simona transformó el antiguo Convento en una inmensa casa habitable. Era una forma de dar trabajo a jornaleros en paro. Y previas las autorizaciones correspondientes, se instalaron en distintas zonas del edificio un hospital para veinticinco enfermos y una residencia para el mismo número de ancianos. Organizó la enseñanza y preparó una parte del edificio, totalmente aislado de los anteriores, para Colegio de Enseñanza. Antiguas alumnas suyas, de su época en el Colegio de Sangüesa, le pidieron que estableciera un internado en Viana para educar a niñas y jóvenes, entre ellas a sus hijas, en los valores morales, religiosos, sociales y culturales. Así, en 1878 se estableció el internado y, al mismo tiempo la enseñanza secundaria. Acudieron numerosas jóvenes de Navarra y de La Rioja.

También creó la Escuela de Educadoras. Organizó clases con horarios y enseñanzas especiales, para que en ninguna familia hubiera alguien que no supiera lo elemental de la escritura y de la lectura. En 1887 estableció la Escuela de Párvulos, lo que supuso una inmensa satisfacción para el pueblo. Pronto llegó a tener doscientos setenta alumnos.

Sor Simona observó que la iglesia de San Francisco de Viana, de gran valor artístico y muy deteriorada por los bombardeos de las guerras, estaba en peligro de desaparecer. Movilizó a autoridades municipales y provinciales y la iglesia se recuperó en todo su esplendor.

Intrépida, al estilo de santa Teresa, en una época en la que no había Seguridad Social, ni ayudas oficiales, en la que los recursos para sostener obras benéficas había que utilizarlos con exquisito cuidado, no dudó en acudir en persona a Madrid, y allí a los ministerios y al Palacio Real, después de haber leído, el día 11 de noviembre de 1877 en el Boletín Oficial, un anuncio por el que salían a subasta los bienes de la comunidad de las hijas de la Caridad de Viana, con los que a duras penas podían sustentar sus obras benéficas.

El Ayuntamiento de Viana no había podido convencer a las autoridades de Madrid de que tales bienes no eran de propiedad municipal, motivo de la subasta. La presencia de sor Simona en Madrid aclaró y solucionó el problema. Una Real Orden del 27 de septiembre de 1880 lo atestigua. Era tan alto su prestigio que en el canje de prisioneros de guerra en la Segunda Guerra Carlista, celebrado el día 16 de junio de 1875, en el que se intercambiaron, entre carlistas y liberales, mil setecientos cincuenta prisioneros, sor Simona Oroz Mina presidió el tribunal.

El 3 de marzo de 1901 murió sor Simona, hecho que causó una intensa conmoción en Viana. Los miembros de la Corporación Municipal en sesión extraordinaria, tomaron varias resoluciones, entre ellas nombrar a sor Simona Oroz Mina Hija Predilecta y Benemérita de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Viana, dedicarle una plaza, asistir en corporación a los funerales y entierro, y acompañarla desde el colegio hasta la iglesia con la banda municipal de música.

En marzo de 1927 fueron trasladados sus restos, con gran solemnidad, desde el cementerio a la capilla del Santo Cristo en la iglesia de San Francisco.

 

Bibl.: J. Mendoza, Sor Simona Oroz Mina. Centenario de su muerte, s. l., 1901-2001; E. Gancedo (CM), Anales de la Congregación de la Misión (Madrid), t. XXII (1914), págs. 411- 438; B. Pérez Galdós, Sor Simona: drama, Madrid, Librería de los Sucesores de Hernando, 1916; E. Gancedo, Recuerdos de Viana o apuntes históricos de esta muy noble y muy leal ciudad del Reino de Navarra, Madrid, Gráficas Halar, 1933.

 

María Pilar Maeztu Sanz, HC

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