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Prudencio Antonio de Palacios Santander

Biografía

Palacios Santander, Prudencio Antonio de. Logroño (La Rioja), 3.V.1682 baut. – Madrid, 12.VI.1753. Fiscal de la Audiencia de México y ministro del Consejo de Hacienda y del Consejo de Indias.

Era hijo de Manuel de Palacios y Herreros, natural de Nájera (Logroño) y de su primera esposa, María Antonia de Santander, nacida en Logroño, tenidos por descendientes de hijosdalgos notorios de sangre. Se graduó de bachiller en Cánones por la Universidad de Salamanca (1703) tras cuatro años de estudios en ella y uno en la de Huesca. Durante la Guerra de Sucesión Española pasó a Tarazona en auxilio del obispo de Calahorra sirviendo a sus expensas en una compañía. Ya en Madrid, estuvo de pasante en el despacho de Manuel de Toledo hasta que se le recibió de abogado de los Reales Consejos (junio de 1708).

El Rey le nombró teniente de gobernador y auditor de guerra interino de La Habana (febrero de 1713), concediéndole a la vez plaza de oidor supernumerario en la Audiencia de Santo Domingo para cuando terminase la suplencia. Ese mismo año se le dio comisión para el esclarecimiento de los fraudes cometidos en el manejo de la renta de almojarifazgos por los oficiales reales de La Habana. Fue tal el rigor que Palacios empleó con estos funcionarios, que el Consejo de Indias le llegaría a multar con 200 pesos. Luego se le designó comisario del derecho de la media annata de mercedes de la isla de Santo Domingo y entendió en las providencias dictadas para el buceo de los galeones del general Juan Esteban de Ubilla, que naufragaron en las costas de Florida (1715).

En premio a estos servicios, y de acuerdo con la nueva política fiscalizadora iniciada por Felipe V y sus colaboradores (Grimaldo, Alberoni) en Nueva España, a Palacios se le confió (febrero de 1716) la averiguación de los fraudes practicados por los virreyes y los oficiales reales de México, principalmente en el pago de libranzas de diez años a esa parte, confiriéndole a la par plaza de oidor del Consejo de Hacienda, para cuando regresara a España. La pesquisa de Palacios, simultánea a la visita de Garzarón a la Audiencia, contó con el apoyo de éste y tuvo como primer resultado el cese y prisión del contador Alejo López de Cotilla, el factor Ignacio José de Miranda y el tesorero Manuel Jiménez de los Cobos. Sin embargo, no se concluiría, ya que tuvo la oposición del virrey Valero que llegó a ordenar la cancelación de la pesquisa. En estas dificultades, tuvo Palacios el amparo de su hermano José, persona influyente en la Corte. A Palacios se le aprobó su trabajo y se censuró la injerencia del virrey, pero se le instó a que se marchara a Santo Domingo a ejercer su plaza de oidor, aunque para evitarle un viaje tan largo y costoso se le permutó por otra en Guadalajara (México), a la que se incorporó en enero de 1721.

Pasó a ocupar la Fiscalía de lo Civil de la Audiencia de México (1723), compaginándola por algún tiempo con la de la Sala del Crimen. Fue un firme colaborador y asesor del virrey Casafuerte en materias del Erario. Su gestión fue tan vigorosa que se dio un importante avance en beneficio de la eficaz administración hacendística de ese territorio. Formó parte de la llamada “Junta de Medios” para incrementar los ingresos del Haber; intervino en la creación de una asamblea para remediar el atraso de la contabilidad del Tribunal de Cuentas y modificó la reglamentación del galeón de Manila. Su labor en este destino coincidió con la visita que el Rey encomendó a Pedro Domingo de Contreras al morir Garzarón. Las relaciones de Palacios con el nuevo visitador no fueron armoniosas. Contreras, influido por algunos enemigos de aquel, le hizo una pesquisa al sospechar que había tenido trato y negociaciones con oficiales Reales. En el juicio de residencia que le hizo el oidor Juan Rodríguez de Albuerne (1735), se demostró que las imputaciones eran falsas y el Consejo de Indias declaró que era un ministro “bueno, recto, limpio y celoso”, digno de ser recompensado.

Su celo al servicio del Rey fue tan acusado que, a veces, hubo que frenárselo con alguna que otra reprobación. Así ocurrió cuando trató de suspender el cumplimiento de unos capítulos de las Ordenanzas de 14 de julio de 1730 para las casas de moneda y que pudo originar graves disturbios por parte de los comerciantes de plata y mineros de no ser por la intervención del virrey. En 1734, el Rey le indicó que regresara a la Península a ocupar su plaza en el Consejo de Hacienda, una vez que se le hiciera el juicio de residencia. Ese año se cubrió como caballero de la Orden de Calatrava.

Demostró su sólida formación doctrinal en sus “Notas a las Leyes de Indias” escritas hacia 1730-1735, y en una “Respuesta fiscal” sobre la aprobación del Sínodo diocesano de Yucatán celebrado en 1722 y publicada cuatro años después. En 1738 se le nombró fiscal del Consejo de Indias para los asuntos del Perú aunque, por su experiencia, también se le consultaron cuestiones relacionadas con Nueva España. En noviembre de 1741 se le concedió la primera plaza que vacase de ministro togado en el Consejo de Indias, sucediendo en marzo de 1744 a Martín de Lardizábal, destino en el que permaneció hasta su fallecimiento.

Se le enterró el día 13 de junio de 1753 en la iglesia de Santa María de la Almudena de Madrid.

Estuvo casado con la gaditana Ana Jacoba López Cangas, hija del sargento mayor Mateo López Cangas, con la que tuvo una numerosa descendencia. Vicente, el mayor, fue comisario general de Marina de Guerra en La Coruña (1737) fue distinguido como caballero de la Orden de Carlos III. Prudencio José ingresó en la Armada como guardia marina (1754).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5467, n.º 65; 5497, n.º 1, r. 6; Escribanía de Cámara, 55C; 116A, B y C; 240A y B; 1194; Guadalajara, 93; Indiferente General, 446A, l. 44; 447, l. 46; 140, n.º 86; México, 452; 499; 531; 690; 788-789; 792A y B; 793-796; 865; 1335 y 1508; Real Biblioteca del Palacio Real (Madrid), mss. 1824 y 1825.

G. Céspedes del Castillo, “La visita como institución indiana”, en Anuario de Estudios Americanos (AEA), t. III, Sevilla, Escuela Superior de Estudios Hispanoamericanos, 1946, págs. 984-1025; A. y A. García Carraffa, Diccionario heráldico y genealógico de apellidos españoles y americanos, t. LXV Madrid, Artes Gráficas Roberto López, 1950; I. Sánchez Bella, “Los comentarios a las Leyes de Indias”, en Anuario de Historia del Derecho Español, t. XXIV, Madrid, Ministerio de Justicia y Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1954, págs. 381-541; G. Bernard, Le Secrétariat d’État et le Conseil Espagnol des Indes (1700-1808), Genève (Paris), Droz, 1972; A. Pineda Aguilar, “La época de gestión delegada, 1535- 1732”, en G. Anes y Álvarez de Castrillón y G. Céspedes del Castillo (dirs.), Las Casas de Monedas en los Reinos de Indias, vol. II, Madrid, Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, 1972, págs. 45-83; L. Navarro García, “Los proyectos de la ‘Junta de Medios’ del virrey Casafuerte”, en Homenaje al profesor Carriazo, t. III, Sevilla, Universidad, 1973, págs. 243-254; A. Gómez Gómez, Las visitas de la Real Hacienda novohispana en el reinado de Felipe V (1710-1733), Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1979; P. A. de Palacios, Notas a la Recopilación de las Leyes de Indias, estud., ed. e índices por B. Bernal de Bugueda, México, 1979; M. A. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, Connecticut, Greenwood Press, 1982; A. Baeza Martín, El Marqués de Casafuerte, virrey de Nueva España (1722-1734), tesis doctoral, Sevilla, Universidad, 2001 (inéd.).

 

Ascensión Baeza Martín

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