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Alejandro Geraldini

Biografía

Geraldini, Alejandro. Amelia (Italia), c. 1455 – Santo Domingo (República Dominicana), 1524. Obispo, cronista.

Fue el primer obispo que residió en la sede de Santo Domingo, en la isla La Española, y el primero que empezó a levantar la catedral primada de América de la ciudad de Santo Domingo.

Nacido en la ciudad italiana de Amelia, en una familia diplomática ilustre con figuras tan destacadas como su tío Ángel y su hermano Antonio Geraldini (secretario y consejero del rey Juan II de Aragón y después de los Reyes Católicos), fue hijo de Pace Bussitani y Graciosa Geraldini. Adoptó el apellido de su madre, quizá por ser más ilustre.

En 1469 viaja con su hermano Antonio a España, a la Corte de los Reyes Católicos. Su primera inclinación fue dedicarse a las armas, aunque no destacó en esa actividad. Optó por la carrera eclesiástica, la diplomacia y las letras, sin abandonar la Corte. Tras la muerte de su hermano Antonio, en 1487, fue nombrado capellán de los Reyes y en 1493 aparecerá en nómina como “maestro de las Ynfantas” María y Catalina, escribiendo tres libros, que se han perdido, sobre la educación de los jóvenes nobles, de las jóvenes nobles y sobre el oficio de los príncipes.

Desempeñó embajadas representando a los Reyes Católicos ante las principales Cortes de Europa, como el Vaticano, Países Bajos, República de Venecia, duque del Milanesado, Arturo y Enrique VIII de Inglaterra, a la Germania Inferior, etc. Participó de manera especial ante la Corte inglesa acompañando a Catalina en su boda con el príncipe de Gales Arturo, primero, y con Enrique VIII después. Fue también legado pontificio. Llevó a cabo 17 legaciones por toda Europa.

Entre 1496 y 1516, fue obispo de Vulturaria, de la provincia de Salermo, en el reino de Nápoles, y de Monte Corvino.

El 23 de noviembre de 1516 Alejandro Geraldini fue nombrado obispo de Santo Domingo por bula de León X en Villa Hanliana.

Tras el Concilio Lateranense, de marzo de 1517, Alejandro Geraldini fue enviado por el papa León X como embajador ante el rey de Rusia, Basilio IV, dentro de la cruzada que vivía Europa contra los turcos en pleno avance después de la toma de Constantinopla.

Se conoce la Oratio o Discurso que Geraldini pronunció ante el rey de Rusia. Por las mismas fechas (Madrid, 13 de febrero de 1517) había dado poder a sus sobrinos Onofre y Diego para que en su nombre tomasen posesión de la sede de Santo Domingo.

El 4 de agosto de 1519 partía para las Indias, arribando a la Española dos meses después. Utrera defiende que el 6 de octubre ya estaba en Santo Domingo.

Tras el recibimiento, la descripción que nos ha dejado de la ciudad es de lo más laudatoria. Encuentra, dice, edificios altos y hermosos como los de Italia, las calles largas y rectas y su puerto capaz para albergar a todas las naves de Europa. Sin embargo, la impresión es de lo más negativa cuando nos describe la iglesia principal de la ciudad. Se conoce el primer sermón que dirige a sus feligreses.

Se encargó al justicia mayor, Rodrigo de Figueroa, que permitiese durante dos años al obispo encargarse de la educación de los hijos de los caciques de la isla La Española.

Si aceptamos el testimonio del licenciado Ayllón, no faltaron los problemas del obispo Geraldini con las autoridades civiles de La Española entre 1521 y 1525, llegando a decir de él: “Este obispo Geraldini que está acá, es de todo punto inútil, no tiene más entendimiento que un niño. Necesita de coadjutor”. En algunas de sus cartas (8 de abril de 1523), Alejandro muestra el deseo de regresar al Viejo Mundo y concretamente a Italia.

Una de las primeras preocupaciones del nuevo obispo fue erigir un templo-catedral, dedicado a Nuestra Señora de la Anunciación, digno de la capital de las Indias y que sustituyera la pobre iglesia de barro y madera que se encontró. Pensaba construir “un templo notable y muy alto con la pública indulgencia de León X, Pontífice Máximo”. Seguramente Geraldini puso la primera piedra de la que se iba a convertir en catedral primada de América, el 25 de marzo de 1521. En 1523 se estaba levantando la obra de cantería. Tras el fallecimiento del obispo Geraldini se paralizaron las obras para ser continuadas, poco después, por el deán Rodrigo de Bastidas, quien construyó hasta la puerta que mira al norte, terminándola el 21 de noviembre de 1527.

Según el epitafio de su tumba, Alejandro Geraldini falleció después de una vida consagrada al bien de ambos hemisferios casi con setenta años en su obispado de Santo Domingo el 8 de marzo de 1524. Según otros autores sucedió un año después. Fue sepultado primeramente en el presbiterio de la catedral y más tarde sus restos fueron trasladados y depositados en una urna en la capilla del Cristo de la Agonía, de la misma catedral.

Sus impresiones sobre el Nuevo Mundo quedaron recogidas en una notable obra escrita en latín y titulada Itinerarium ad Regiones sub Aequinoctiali Plaga constitutas. Fue uno de los primeros libros escritos en el Nuevo Mundo. La primera edición de esta obra se hizo en Roma el año de 1631 y hasta 1977 no se ha podido disponer de una edición en español. Por esta obra, Geraldini puede y debe ser considerado como uno de los primeros cronistas de Indias, adelantándose incluso a Fernández de Oviedo y a Bartolomé de Las Casas en sus alabanzas de la isla La Española.

 

Obras de ~: Itinerarium ad Regiones sub Aequinoctiali Plaga constitutas, Romae, Typis Gulielmi Faccioti, 1631; Itinerario por las regiones subequinociales, present. de E. Rodríguez Demorizi, trad. de los padres Balbuena y A. Seco (SJ), notas de Mons. H. E. Polanco Brito, Santo Domingo, Editora del Caribe, 1977.

 

Bibl.: M. Giménez Fernández, Bartolomé de Las Casas. Vol. I, El plan Cisneros-Las Casas para la reformación de las Indias, Sevilla, 1953; Vol. II. Política inicial de Carlos I en Indias, Sevilla, 1960; A. Ybot León, La Iglesia y los eclesiásticos españoles en la empresa de Indias, Barcelona, Salvat, 1963; L. E. Alemar, La catedral de Santo Domingo, Santo Domingo, Editora Santo Domingo, 1974; M. Castro, “Confesores de los Reyes Católicos”, en Archivo Ibero-Americano, XXXIV (1974); C. de Utrera, “Episcopologio”, en C. Nouel, Historia Eclesiástica de Santo Domingo, t. III, Santo Domingo, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1979; J. M. de la Casa Rivas, “Los diezmos como fuentes de ingresos de la Iglesia Dominicana (1492-1577)”, en Casas Reales (Santo Domingo), 12 (1980); G. Fernández de Oviedo, Batallas y Quincuagenas, Madrid, Real Academia de la Historia, 1983, 4 vols.; P. Castañeda, “Pleitos sobre diezmos del azúcar en Santo Domingo y en Canarias”, en Casas Reales (Santo Domingo), 14 (1987); R. M. Tiznes (CMF), Alejandro Geraldini. Primer obispo residente de Santo Domingo en la Española. Amigo y defensor de Colón, Santo Domingo, Amigos del Hogar, 1987; P. Borges (dir.), Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), 1992.

 

Luis Arranz Márquez