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Alonso de San Buenaventura

Biografía

Alonso de San Buenaventura. Andalucía, p. t. s. xvi – San Francisco del Monte (Chile), 8.XII.1596. Apóstol franciscano (OFM), maestro y conductor de misioneros al Paraguay.

Ingresó en la vida franciscana en Loreto en la provincia de Andalucía. Una de sus mayores atribuciones es haber traído dos expediciones de misioneros franciscanos para el Paraguay y sobre todo al apóstol fray Luis Bolaños y otros como fray Martín Ignacio de Loyola.

La primera vez salió de Sanlúcar de Barrameda en 1572 y llegó a Asunción, después de más de dos años de azaroso viaje y prolongada espera en Santa Catalina, el 8 de febrero de 1575 con su discípulo fray Luis Bolaños, diácono a la sazón.

A él se le debe la formación misionera del mayor apóstol de los guaraníes. Con Bolaños, es el evangelizador más notable de los guaraníes y pionero en evangelizar en su idioma. Recorrió a pie regiones vecinas a Asunción, las doctrinas de Río Arriba donde se hallaban unas nueve poblaciones entre los ríos Ypané y Jejuí, e incluso el distante Guairá en circunstancias en que en la región se instaló una grave peste. Todo el Paraguay conocido de aquel tiempo fue doctrinado por él. Ambos, además de ser los pioneros en evangelizar haciéndose entender en su idioma, fueron los primeros que erigieron las reducciones del Paraguay.

Después de varias experiencias itinerantes viendo su poco éxito, estrenaron la modalidad de las reducciones: la primera la fundaron en Los Altos (1580) y más tarde en Itá (1585) y en Yaguarón (1587).

Su ejemplo, sencillez y pobreza impactaron por su autenticidad a los indios y a los españoles. Su modo de vivir tan austero atrajo a la vocación franciscana, mientras evangelizaban el Guairá, a dos “hijos de la tierra”, fray Juan Bernardo y fray Gabriel Guzmán, quienes serían los primeros religiosos surgidos en el lugar. A fin de informar al Rey y traer nuevos apóstoles al Paraguay, en el año 1587 volvió a España pasando por Lima, cruzando los Andes a pie. En Lima, atraídos por su ejemplar vida y austeridad, le nombraron maestro de novicios por dos años en la Provincia de los doce Apóstoles.

Llegado a España se hizo cargo de una frondosa expedición preparada por el P. Rivadeneira de “veinte y cinco frailes de su espíritu para la dicha Custodia”, entre ellos a fray Martín Ignacio de Loyola. Al llegar a Chile cayó enfermo y falleció en San Francisco del Monte, según parece, el 8 de diciembre de 1596.

“Su mejor hazaña: la formación de fray Luis Bolaños a quien tuvo por compañero inseparable” y le consideraba su “hijo” y su “ángel”. En realidad toda su vida está colmada de hechos que hablan de virtudes, de alma de apóstol y de santidad. El martirologio franciscano Rotomagense, y el Capítulo franciscano 1632, con toda justicia, lo recuerda entre los siervos de Dios y da como fecha el 8 de diciembre junto a su “Ángel” Luis Bolaños.

 

Bibl.: B. Oro, Fray Luis Bolaños apóstol del Paraguay y Río de la Plata, Córdoba, Imprenta de la Universidad, 1934; A. S. C. de Córdoba, Los franciscanos en el Paraguay (1537- 1937), Buenos Aires, Imprenta López, 1937; M. Durán Estragó, Presencia Franciscana en el Paraguay (1538-1824), Asunción, Universidad Católica, 1987; L. Necker, Indios guaraníes y chamanes franciscanos. Las primeras reducciones del Paraguay (1580-1800), Asunción, Universidad Católica, 1990.

 

José Luis Salas

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