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Francisco Calleja Piudo

Biografía

Calleja Piudo, Francisco. Logroño (La Rioja) 4.X.1891 – Buenos Aires (Argentina) 2.XII.1950. Concertista de guitarra, compositor, profesor de guitarra.

Hijo de Felipe Calleja, músico, quien le introduce desde los tres años en el mundo de la música y de la guitarra en particular. Su padre era el director de la Rondalla Logroñesa, en la cual también participó en sus primeros años el joven Francisco. No se ha podido confirmar la actuación de la Rondalla Logroñesa en los sanfermines de Pamplona en julio de 1905, cuando se dice que actuó ante el famoso violinista Pablo Sarasate, el cual elogió las aptitudes del joven guitarrista.

En 1912 emigra a Sudamérica, en concreto a Uruguay, desde donde se traslada a Buenos Aires que se había convertido entonces en la capital de la República Argentina y en el verdadero eje de la cultura musical del país. Francisco Calleja se integra rápidamente en los grupos de cultura y empieza a ser reconocido desde sus primeros años. Ya con sólo veintiuno se muestra como una de las figuras de referencia del mundo guitarrístico, tanto por lo desarrollado técnicamente como por la musicalidad inherente, así como por las miras de ampliación de repertorio. A lo largo de la década de los años 1910 y 1920 realiza una serie de giras por toda Sudamérica, al parecer con gran éxito de crítica. En las críticas aparecidas en varios periódicos del momento se destaca su exquisita sensibilidad y su musicalidad aparte de su indiscutible técnica.

Vuelve a España, seguramente buscando el reconocimiento que ya había obtenido en Iberoamérica.

Puede que se estableciera durante una temporada, dadas las referencias de las críticas musicales del momento, aunque por ahora no se puede confirmar durante cuánto ni desde cuándo. Recibe críticas de especialistas como la realizada por el músico Eduardo López-Chavarri en Las Provincias o la de Adolfo Salazar en El Sol de Madrid.

Se localizan referencias suyas por España y Sudamérica: En 1930 y 1934 actúa en Barcelona. En 1931 en Tandil, Argentina, compartiendo cartel con el guitarrista Abel Fleury. También en ese año ofreció una serie de conciertos muy seguidos en la ciudad de Montevideo: 9, 12, y 4 y 24 de septiembre, todos prácticamente con diferente programa. En ese mismo año de 1931 se editan sus Preludios n.os 1, 2 y 3 y Canción triste por Unión Musical Española, únicas composiciones que vio publicadas en vida, y las transcripciones de por lo menos cuatro obras de J. S. Bach, algo nada usual en la época. En 1935 se le localiza en Cartagena. De 1937 a 1939 existen datos suficientes como para establecerle físicamente en Sevilla, puesto que existen autógrafos de obras compuestas en esta ciudad. Tras la Guerra Civil española se traslada definitivamente a América. En 1939 se le encuentra en Uruguay, presentando una curiosa guitarra amplificada: la “guitarra-electro-fónica paganini”, que no prosperó. De 1940 existe una copia manuscrita y dudosamente autógrafa del Preludio n.º 15 fechado en Jaguarón (Brasil), del 12 de noviembre de 1940. A partir de este momento, los datos se pierden hasta la fecha de su muerte en Buenos Aires, el 2 de diciembre de 1950.

La principal crónica de Calleja como intérprete estriba en las críticas, algunas ya enunciadas, que recibió en su época. Todas ellas hacen referencia a las aptitudes innatas para expresarse con el instrumento y se incluían en los anuncios de prensa de sus conciertos.

Además, se puede comprobar por los programas de mano que su repertorio era amplio, renovador y variaba constantemente. Igualmente se encuentran referencias de colegas guitarristas, como Agustín Barrios, Abel Fleury o Abel Carlevaro, que muestran un aprecio especial por Calleja.

Como compositor, sus obras se caracterizan por la brevedad y la claridad formal, con tendencia a la miniatura en los Preludios y con una tendencia al romanticismo derivado del siglo xix en las demás obras, pero que conoce las posibilidades y los recursos del instrumento y los aprovecha para ofrecer melodías no previsibles pero sí de fácil aceptación, sin caer en ningún momento en la copia de estilos o modas. Es música en gran parte heredera de la que aprendió en su juventud y con la que se formó musicalmente. Un punto aparte merece la Suite Ancienne, que supone una clara muestra del interés de la guitarra de los primeros decenios del siglo xx por recuperar la historia y el patrimonio musical del instrumento.

La faceta de Francisco Calleja como transcriptor está ligada a la de intérprete, dada la necesidad de ampliar y renovar el repertorio de todo concertista. Calleja acude a los clásicos como Mozart, Beethoven, Chopin o Schumann y especialmente a Bach para renovar sus programas. Las transcripciones muestran, según Blanco, “fidelidad al original en el mantenimiento de melodías principales. Uso de notas añadidas únicamente para enriquecer el discurso de una voz o reforzar un momento concreto, con preferencia por las zonas cadenciales y de mayores posibilidades armónicas.

Empleo de digitaciones al servicio de la musicalidad y del discurso melódico que la mayor parte de las veces conlleva una gran dificultad de la interpretación, condicionada a veces a la capacidad física de alcanzar determinadas posturas o de mantenerlas durante un largo tiempo sin perder la sonoridad pretendida. Asimismo podemos observar el cuidado en el timbre de la melodía, evitando cuerdas al aire en la medida de lo posible, que facilitarían la interpretación pero dañarían visiblemente el resultado sonoro final”.

Como pedagogo, Francisco Calleja ejerció la docencia durante varios años, especialmente los últimos de su vida, en Tacuarembó (Uruguay). Además, se sabe que tuvo alumnos en sus estancias en otros países, tales como Ángel Iglesias o Margarita Romeo, si bien éstos no han representado claramente una escuela propia de la técnica del maestro.

 

Obras de ~: Preludios 1, 2 y 3, Unión Musical Española (UME), 1931 [Instituto de Estudios Riojanos (IER), 2005]; Preludio 4 (inéd.); Preludio 5 (inéd.); Preludio 6, IER, 2005; Preludio 7 (inéd.); Preludio 8 (inéd.); Preludio 9 (inéd.); Preludio 10, IER, 2005; Preludio 11 (inéd.); Preludio 12 (inéd.); Preludio 13 (Editorial Música Ferrer, Buenos Aires, 1991) (IER, 2005); Preludio 14 (inéd.); Preludio 15, IER 2005; Romanza, IER, 2005; Scherzo, IER, 2005; Canción de Cuna (Editorial Música Ferrer, Buenos Aires, 1992; IER, 2005); Canción triste, UME, 1931 (IER, 2005); Mazurca (inéd.); Suite Ancienne: 1.-Allemanda, 2.-Sarabanda, 3.-Bourrée, 4.-Pavana, 5.-Courante (Editorial Julio Korn, Buenos Aires, 1965; IER, 2005); Variaciones sobre la jota (inéd.); Aires gallegos (inéd.).

 

Bibl.: “Calleja”, en D. Prat, Diccionario Biográfico-Bibliográfico- Histórico-Crítico De Guitarras, Guitarristas, Guitarreros, Buenos Aires, Casa Romero y Fernández, 1934, págs. 72-73; C. Viglietti, Origen e Historia de la Guitarra, Buenos Aires, Editorial Albatros, 1973, págs. 119-230; R. D. Stover, Six silver moon beams. The life and times of Agustín Barrios Mangoré, Clovis, EE.UU., Querico Publications, 1992, pág. 43; H. García Martínez, Abel Fleury. El poeta de la guitarra, Buenos Aires, ed. del autor, 2003; M. F. Bordolli, La guitarra popular y académica en Uruguay: una historia de encuentros, XI Jornadas de Estudio sobre Historia de la Guitarra. Córdoba, Ediciones La Posada, 2000; A. Dulín Íñiguez, “Calleja, Francisco”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. II, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002, pág. 934; C. Blanco Ruiz, Francisco Calleja (1891-1950): Música original para guitarra. Edición Crítica, Logroño, IER, Ayuntamiento, 2005.

 

Carlos Blanco Ruiz

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