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Alfonso Tenorio de Silva

Biografía

Tenorio de Silva, Alfonso. ?, s. m. s. xiv – Toledo, 1430. Adelantado de Cazorla y notario mayor del Reino.

Las pretensiones de Juan I de Castilla al Trono de Portugal fracasaron estrepitosamente en la batalla de Aljubarrota. Este célebre episodio bélico tuvo numerosas consecuencias. Por de pronto, privó al Reino y, sobre todo, a la nobleza de Castilla de algunos de sus más importantes personajes. Pero al mismo tiempo, Aljubarrota significó también el exilio de una serie de caballeros portugueses que habían seguido al Rey de Castilla en esa aventura. Uno de estos guerreros lusitanos que se estableció en Castilla tras el desastre de 1385 fue Alfonso Tenorio, hijo de Arias Gómez de Silva y de Urraca Tenorio. El progenitor de don Alfonso, a quien el canciller Ayala definía como buen caballero, pertenecía a un ilustre linaje portugués y había desempeñado cargos de relieve en la Corte de su Reino, tales como ayo del rey Fernando I, de quien había recibido la villa y la tenencia del castillo de Guimaraes; la madre de don Alfonso, Urraca Tenorio, era hermana del arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, y había sido nombrada aya de la reina Beatriz, segunda esposa de Juan I de Castilla e hija de Fernando de Portugal.

Tras la muerte del rey Fernando, Arias Gómez de Silva apoyó decididamente las pretensiones de Juan I de Castilla al Trono portugués. La suerte le fue adversa.

En 1385 se vio obligado a entregar la fortaleza de Guimaraes al bastardo Juan de Avis, proclamado Rey de Portugal. Gómez de Silva falleció poco después.

Su viuda, Urraca Tenorio, y sus hijos, Alfonso y Beatriz, tuvieron que refugiarse en Castilla. Su condición de exiliados portugueses y el hecho de haber perdido todos sus bienes por apoyar la causa de Juan I, les favorecería extraordinariamente ante el monarca castellano. Además, contaban con la protección incondicional de un personaje excepcional, el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, hermano de doña Urraca y persona de la máxima confianza de Juan I. Fue, por tanto, el gran eclesiástico toledano la persona que se ocuparía de instalar convenientemente, de acuerdo con su rango social, a su familia portuguesa, a la que favoreció con extrema generosidad. La gran influencia que ejercería el arzobispo de Toledo sobre sus parientes se dejaría sentir en dos hechos muy significativos: por una parte, madre e hijo se instalan en Toledo a la sombra protectora de Pedro Tenorio: por otra, don Alfonso adoptó el apellido materno con el único objeto de abrirse paso en la Corte de Castilla.

La carrera política y militar de Alfonso Tenorio iba a tener una larga duración; comenzó en la última década del siglo xiv y finalizó en 1430, en pleno reinado de Juan II. Se desconoce cuándo fue nombrado adelantado de Cazorla, oficio que dependía del arzobispado de Toledo; quizás lo sería ya desde los primeros años del reinado de Juan II, probablemente por las buenas relaciones que mantenían con el Cabildo catedralicio toledano desde los tiempos de su tío. Notario mayor del Reino y adelantado de Cazorla, Alfonso Tenorio desplegaría a lo largo de su vida una brillante carrera militar. La Crónica de Juan II le menciona en numerosas ocasiones: combatiendo contra el moro granadino en la frontera jiennense, acompañando al infante don Fernando en su campaña granadina, peleando frente a los muros de Antequera, etc. De estas campañas, de sus frecuentes incursiones militares en tierras de Granada defendiendo el territorio del Adelantamiento de Cazorla, obtendría cuantioso botín que le permitiría realizar numerosas compras de tierras en pueblos del reino de Toledo. Como fiel hombre de su tiempo, ambicioso y enérgico, decidido a tallarse un patrimonio personal para poder convertirse en señor de tierras y vasallos, participaría muy activamente en las intrigas políticas de los primeros años del reinado de Juan II. Vinculado a los infantes de Aragón desde fechas muy tempranas, en especial a la persona de Juan de Navarra, el golpe de Tordesillas, perpetrado por el infante Enrique en 1420, le hacía dudar. Por poco tiempo, desde luego, porque en ese mismo año, y tras la reclusión de Juan II en Talavera, se inclina pronto, junto con otros nobles toledanos, por el bando triunfador.

Poco después, cuando el Monarca huyó de Talavera y se refugió en Montalbán, Alfonso Tenorio abandonó a don Enrique y se reconcilió con Juan de Navarra.

No por mucho tiempo. El adelantado de Cazorla, hombre maduro y de gran experiencia, sabedor como nadie de los entresijos políticos del reino, conocía perfectamente la posición que había alcanzado ante Juan II la figura ascendente de Álvaro de Luna. Desde 1427, Alfonso Tenorio y su primogénito Juan de Silva se inclinaron decididamente hacia el partido monárquico que representaba don Álvaro. La recompensa no se haría esperar. A comienzos de 1428, Juan II concedía al adelantado la villa toledana de Barcience, punto de partida de la futura grandeza del linaje, los Silva, que llegaron a ser condes de Cifuentes. Sin embargo, el viejo adelantado no lograría verlo, pues falleció poco después, en 1430, en su casa toledana de la collación de San Román.

Alfonso Tenorio se había casado en 1388 con una dama de la nobleza toledana, Guiomar de Meneses, hija de García Suárez de Meneses y de María Coronel.

Dejó una biblioteca formada por veinticuatro libros, que tiene la particularidad de ser la primera de las colecciones medievales de la nobleza castellana conocida hasta el momento.

 

Bibl.: F. Pérez de Guzmán, “Crónica del serenísimo príncipe don Juan, segundo rey de este nombre”, en C. Rosell (ed.), Crónicas de los Reyes de Castilla: desde don Alfonso el Sabio hasta los Católicos don Fernando y doña Isabel, vol. II, Madrid, Atlas, 1953 (Biblioteca de Autores Españoles, t. LXVIII); I. Beceiro Pita y A. Franco Silva, “Cultura nobiliar y bibliotecas. Cinco ejemplos de las postrimerías del siglo xiv a mediados del xvi”, en Historia. Instituciones. Documentos, 12 (1985), págs. 135-167.

 

Alfonso Franco Silva