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Andrés de Bustamante García

Biografía

Bustamante García, Andrés de. Caranceja (Cantabria), 18.III.1706 – Astudillo (Palencia), 4.XI.1764. Capellán de honor, predicador real, cura de Palacio y obispo de Palencia.

Nacido en Caranceja, obispado de Burgos, fue bautizado el 25 de marzo de 1706. Sus padres fueron Juan de Bustamante y Andrea García, ambos también naturales de Caranceja. La familia era de noble linaje, pues estaban emparentados con Felipe de Bustamante, caballero de Santiago, marqués de Villatorre y poseedor de la casa principal del apellido Bustamante —el título data de 1673—, quien trataba de “sobrino” al licenciado Andrés de Bustamante García.

Por otra parte, eran descendientes originarios y legítimos de la casa de Cuijas, casa solar infanzona del valle de Reocín, mientras que los García descendían de la casa de Quijano, solariega de la Montaña.

Sus ancestros residieron en diferentes concejos, apareciendo en el padrón de moneda forera y división de estados desde 1595 a 1729, donde queda reflejada la hidalguía del linaje por ambas ramas.

Era bachiller en Teología por la Universidad de Valladolid, y consiguió licenciarse y doctorarse en esta misma disciplina por la Universidad de Ávila. En 1735 fue nombrado capellán de honor, dando así comienzo a una brillante carrera dentro de la Iglesia.

Predicador de Su Majestad en 1737, sin gajes, estaba destinado al oratorio de la Princesa y antes lo había estado en el de la infanta María Teresa. Fue elevado al cargo de cura de palacio en junio de 1742 y en 1739 se le concedieron los gajes de predicador vacantes por el fallecimiento de José Navajas. En ese mismo año, se solicitó al confesor Guillermo Clarke para que informara sobre si se debía conceder a Andrés de Bustamante y a Ambrosio de Villasana y Caro quinientos pesos en renta eclesiástica en la tesorería general, como se había hecho con otros capellanes de honor.

Se le concedió esa cantidad desde 1742 en adelante situándola sobre la real caballeriza mientras no hubiera rentas eclesiásticas vacantes. En 1747 fue nombrado abad de Santa Marta por merced real, motivo por el cual debía abandonar la Capilla Real, a cuyo efecto otorgó un poder, fechado el 8 de abril de 1747, a favor del ujier de la cámara de Su Majestad, Juan Francisco de la Sierra, para que en su nombre pudiera cobrar todo lo que se le adeudaba por los cargos que había tenido o pudiera tener y le represente en todo. En 1749 el Monarca le concedió licencia para ausentarse de la Corte —siendo en estas fechas cura de palacio— por espacio de cuatro meses a fin de que pudiera restablecer su salud, así como que continuara percibiendo el salario que cobraba en 1748, a pesar de la reforma de la planta de la real capilla.

En diciembre de 1749 fue propuesto como candidato único para la mitra de Palencia por el padre Rávago, sin terna de la Cámara de Castilla, siendo nombrado en marzo de 1750 y consagrado el 10 de mayo de ese mismo año en el colegio dominico de Santo Tomás en Madrid por Francisco Pérez Prado y Cuesta, obispo de Teruel e inquisidor general, asistido por Benito Marín, obispo de Jaén, y por Juan Francisco Manrique de Lara, obispo titular de Geras y auxiliar de Toledo. Fundó y dotó una memoria de acción de gracias en la catedral por haberse salvado del terremoto de 1755. De igual forma pagó de su peculio particular el altar de plata y el templete exterior que la catedral utilizaba para llevar la custodia el día del Corpus. Construyó el llamado noviciado antiguo de los dominicos de Palencia, así como la iglesia de San Felipe Neri.

Aprovechando los tiempos de cambio que le tocó vivir —el nuevo Concordato con Roma se firmó en 1753— fue, sin duda, uno de los promotores de la reforma beneficial que se planteó abordar en el reinado de Carlos III, ya que el 15 de abril de 1760 enviaba un anteproyecto general diocesano, que fue analizado detalladamente por Campomanes. Las relaciones entre Andrés de Bustamante y Campomanes fueron excelentes, no sólo en el plano amistoso, sino también en el clientelar. El 3 de noviembre de 1761 le escribió desde Palencia una carta agradeciéndole el envío de su libro Itinerario de las carreras de posta de dentro y fuera del reino..., publicado en Madrid en 1761 en la imprenta de Antonio Pérez de Soto, a la vez que le rogaba le envíe uno anterior suyo y que alguien se lo ha quitado —se trata del libro Disertaciones históricas del orden y caballería de los templarios, publicado en Madrid en 1747 en la misma oficina—. En la citada carta se puede leer también el agradecimiento por la intermediación de Campomanes a favor del administrador de la estafeta de Correos para cuando se presente una vacante. Falleció en el ejercicio de su obispado de Palencia, durante la visita pastoral que realizaba a la villa de Astudillo en noviembre de 1764.

Sus restos fueron trasladados a Palencia y enterrados en su catedral.

 

Obras de ~: Carta pastoral para los sacerdotes, Palencia, s. f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Palacio (Madrid), Expedientes Personales, caja 7823/3, Libros Registro, lib. 111; Archivo General de Simancas, Gracia y Justicia, lib. 316, leg. 534.

A. Álvarez Reyero, Crónicas episcopales palentinas o datos y apuntes biográficos, necrológicos, bibliográficos e históricos de los señores obispos de Palencia, Palencia, Est. tipográfico de Abundio, 1898; P. Rodríguez de Campomanes, Epistolario. Tomo I (1747-1777), ed. de M. Avilés y J. Cejudo López, Madrid, Edición Universitaria Española, 1983, págs. 85-86; C. Herman, L’Eglise d’Espagne sous le Patronage Royal (1476-1834), Madrid, Casa de Velázquez, 1988; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio español (1700-1867). Españoles obispos en España, América, Filipinas y otros países, Castellón de la Plana, Ayuntamiento, 1992.

 

Juan Carlos Saavedra Zapater