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Juan Benito Hermosilla

Biografía

Hermosilla, Juan Benito. Pareja (Guadalajara), 8.II.1759 – c. 1826. Abogado y funcionario.

Nació en Pareja, provincia de Guadalajara, el 8 de febrero de 1759. Fue sobrino de Julián de Hermosilla, teniente de corregidor y corregidor interino de Madrid; ministro del Consejo de Hacienda y de la Junta General de Comercio y Moneda. Juan Benito obtuvo el grado de bachiller en Leyes (27 de junio de 1781) y en Cánones (22 de octubre de 1781) por la Universidad de Salamanca. En 1785 fue recibido como abogado del Consejo y el año siguiente se incorporó al colegio de Madrid, ciudad donde tuvo estudio abierto. Más tarde ejerció los empleos de secretario, fiscal y censor de la Academia de Carlos III. Como censor se encargó de evaluar las disertaciones que le remitió el Consejo de la Cámara de los pretendientes a corregimientos.

Carlos IV lo nombró el 23 de septiembre de 1790 para una plaza de alcalde del Crimen de la Audiencia de grados de Sevilla. Al mismo tiempo desempeñó algunas comisiones, como la de subdelegado de bienes mostrencos, vacantes y abintestatos y la de juez subdelegado del Rey para la formación de causas, persecución y castigo de malhechores. El 2 de noviembre de 1794 fue nombrado oidor de aquella Audiencia. Además de su trabajo en el tribunal, en 1797 fue comisionado por el comandante general de la Real Armada para aplicar y conmutar las penas a los desertores; asimismo, fue nombrado juez conservador del oficio de alguacil mayor, alcaldía de la real cárcel y alguaciles del número de Sevilla. También fue alcalde y justicia mayor, con jurisdicción privativa Civil y Criminal en el territorio de la huerta llamada del Rey, extramuros de Sevilla; auditor de la Comandancia de Marina de la provincia de Sevilla; asesor de Montes y subdelegado de Penas de Cámara del Fisco de Marina, y ministro togado de la Real Junta de Comercio de Sevilla, subdelegada de la general del reino. El 26 de septiembre de 1798 el Rey le concedió cuatro meses de licencia para pasar a la Corte y después a su pueblo a ventilar algunos asuntos de interés con sus hermanos. El 5 de septiembre de 1800, Carlos IV le otorgó dos meses de licencia para ausentarse de Sevilla a causa de sus indisposiciones.

El 26 de octubre el Rey, atendiendo a un escrito de su suegra María Antonia de Montemayor y Burriel, le concedió una nueva licencia de tres meses. Mientras disfruta de esta licencia con su familia y enfermo de tercianas en la villa de Cantillana, recibió el 18 de diciembre de 1800 una orden del capitán general, en la que le encargaba que practicase ciertas diligencias encaminadas a averiguar la introducción de la peste en Sevilla. No dudó, a pesar de su delicada salud, en dirigirse el 24 a Sevilla a cumplir esa orden.

El 5 de septiembre de 1802 se despachará su título de nombramiento de regente de la Audiencia de Canarias.

Como tal desempeñó la intendencia de propios y arbitrios de las siete islas y las subdelegaciones siguientes: de Pósitos, de Penas de Cámara, de Lanzas y Medias Anatas, de la Junta del Montepío Ministerial y de Corregidores y Alcaldes Mayores. Además, fue subdelegado de la Dirección General del Real 9.º decimal extraordinario en el Obispado de Canarias y juez interventor de la Administración de la Real Gracia del excusado del mismo. Por Real Orden de 17 de marzo de 1807 fue comisionado regio para la venta de los baldíos y realengos de las siete islas. Durante su regencia promovió la construcción de escuelas de primeras letras, imponiendo arbitrios para abonar los sueldos a los maestros, fomentó la agricultura con el repartimiento de tierras a labradores pobres, finaliza el plan para el establecimiento de nuevas poblaciones en Canarias y se llevó a cabo la campaña de aplicación de la vacuna contra la viruela entre diciembre de 1803 y enero de 1804. Asimismo, dispuso el arreglo del archivo provincial, trabajó para mejorar el gobierno y administración de los hospitales de las islas y facilitó la edificación de la Casa-Audiencia y de la cárcel.

En la mañana del 19 de agosto de 1808, junto con el fiscal Juan Ramón de Osses, fue detenido por una cuadrilla de soldados y conducido a la isla de Tenerife, donde padeció cuatro meses de prisión. En 1809 se trasladó a Sevilla, donde residía la Junta Central, para informar del estado político de las islas Canarias.

El 7 de enero de 1810 juró la plaza de regente de la Audiencia de Asturias. Como regente del Principado, desempeñó las comisiones inherentes al puesto, como la subdelegación de rentas, la de penas de cámara, el gobierno político del principado, la presidencia de las Juntas generales y de la Diputación. El 29 de aquel mes, cuando los franceses llegan a Pola de Siero, el regente y su familia salieron de Oviedo con tres bes tias de bagaje, dejando empaquetada y sin tocar su librería y la mayor parte de su equipaje. El 30 llegaron a Malleza. El 14 del mes siguiente se apoderaron los enemigos del puente de Peñaflor, se establecieron en Grado y sus avanzadillas llegaron al Narcea.

Como no estaba ya seguro en Salas, el comandante general Arce trasladó su cuartel general a las inmediaciones de Luarca; y el 17, por la misma razón, el regente se dirigió al Priorato de Otur. Cuando el 29 de mayo los franceses se replegaron al centro de Oviedo y dejaron libres Luarca, Navia, Salas y otros concejos, el regente subdelegado de rentas ordenó que se trasladasen las oficinas de rentas a Figueras, en tanto que en Castropol se situaron el Consejo Supremo de Guerra y la Audiencia. El día 5 de julio los franceses se apoderaron de Castropol y Figueras, residencia de las autoridades. Hermosilla se adelantó al puerto de Vivero, donde luego llegaron los miembros de la Audiencia.

El 23, se trasladaron el regente y magistrados a Ribadeo. Los continuos viajes y persecuciones le hacieron enfermar gravemente, por lo que obtuvo del Consejo Supremo de la Regencia el 30 de noviembre una licencia de dos meses para restablecer su salud en un pueblo de Galicia. Recuperado de su dolencia regresó a Ribadeo, donde residían todos los empleados.

Finalmente, la noche del día 13 de junio de 1811 y la madrugada del 14 evacuaron los franceses la capital del Principado. El 18, en el pueblo de Figueras se cantó misa y asistieron a ella la Audiencia, Junta Superior y los mandos del Ejército y a continuación se dio orden para que todos los empleados se trasladaran a Oviedo. El regente entró en esta capital el 23 y dos días después los magistrados. La Audiencia tomó conocimiento de todas las causas de infidencia de los arrestados por el general Francisco Javier Losada y de otros muchos que lo fueron después por ella. El regente subdelegado de Rentas, conforme con el voto común de la Audiencia, comandante general, junta y pueblo, suspendió a todos los empleados de rentas que habían servido a los franceses, remitiendo sus causas al tribunal privativo de seguridad pública, para que fuesen juzgados.

El 30 de enero de 1815, Hermosilla solicitaba una plaza del Consejo Real. La Cámara de Castilla lo propuso el 10 de junio para una plaza de ese Consejo, y fue nombrado el 11 de septiembre por el Rey. El 2 de octubre abandonó Oviedo y se trasladó a la Corte.

Desempeñó la superintendencia de los baños de Arnedillo.

En marzo de 1817 un terremoto causó notable trastorno en la emanación, curso y asiento de las célebres aguas termales de Arnedillo, disminuyendo su caudal. Hermosilla encargó y recomendó al director subdelegado de los mismos baños, Romualdo Mendoza y Viguera, dignidad de chantre y canónigo de Calahorra, que se ejecutaran las obras convenientes para recobrar el caudal necesario. Sin apenas fondos, superando los grandes obstáculos que oponían la aspereza del terreno y el río inmediato a las paredes de los baños, se ejecutó la obra. La Gaceta de Madrid reflejó todo lo anterior y recomendó los expresados baños, a los que en 1818 habían asistido setecientos noventa y tres enfermos. El 29 de octubre de 1819 pedía al Rey la Subdelegación General de Penas de Cámara, vacante por fallecimiento de Gonzalo José de Vilches. El 9 de enero del año siguiente el Rey le concedió dos meses de licencia para pasar a Pareja con el objeto de arreglar unas diferencias que tenía con su hermano mayor, septuagenario y enfermo, referentes a herencias, sucesiones y derechos vinculares y de familia.

El día 9 de marzo de 1820 Fernando VII juró la Constitución de 1812 ante la denominada Junta Provisional, compuesta de personas de confianza del pueblo. Un decreto despachado tres días después suprimía los Consejos y restablecía el Supremo Tribunal de Justicia, por lo que Hermosilla pasó a tener la condición de cesante. El Consejo de Estado lo propuso el 19 de mayo en primer lugar para una plaza del Supremo Tribunal de Justicia, para la que fue designado.

Fernando VII había mandado el 29 de mayo de 1823 que el Consejo de Castilla continuara en el ejercicio de sus funciones, interrumpidas el 9 de marzo de 1820 por el Gobierno constitucional. Hermosilla fue repuesto en su plaza del Consejo de Castilla. Sin embargo, el Decreto de 20 de febrero de 1824 jubila a doce consejeros, entre ellos a Juan Hermosilla, concediéndoles medio sueldo del que disfrutaban entonces.

El 19 de julio, enviaba un memorial al ministro de Justicia en el que solicitaba licencia para pasar a la Alcarria a realizar gestiones familiares. El Rey le concedió dicha licencia el 8 de agosto.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 11.887; Estado, leg. 6.379; Ministerio de Justicia, Jueces y Magistrados, leg. 4505/3984; Gazeta de Madrid, 25 de septiembre de 1819.

R. Gómez Rivero, Los miembros del Consejo de Castilla (1814-1820) en Anuario de Historia del Derecho Español, t. LXXV (2005).

 

Ricardo Gómez Rivero