Armingot. Castilla, p. m. s. xiii – Pamplona (Navarra), 8.V.1277. Capellán pontificio, arcediano de Toledo y obispo de Pamplona.
Según la Crónica del príncipe de Viana era castellano. Fue capellán pontificio y arcediano de Toledo antes de ser nombrado obispo de Pamplona el 15 de marzo de 1268, cargo que ocuparía hasta 1277. Se hizo cargo de la mitra después de la renuncia del candidato electo, el arcediano de la Tabla Pelegrín de Eusa, que había sido rechazado por parte del cabildo alegando que era iletrado. Su primera gestión se dirigió a la recuperación de Navardún, en poder del rey de Aragón (1269), con el que también llegó a un acuerdo relativo al cobro del diezmo concedido al Monarca con ocasión de la guerra de Murcia (1270). Asimismo, estableció en 1270 una hermandad con la diócesis de Zaragoza.
Buen jurista y hombre conciliador, entre 1271 y 1275 tuvo que mediar en los pleitos que el cabildo mantenía con el arcediano de la Tabla, encargado de asignar las raciones a los canónigos, y con el arcediano de la Cámara, sobre las atribuciones de éste.
Entre 1270 y 1273 intervino frente al cabildo en la discutida elección del prior de Roncesvalles y llegó a acuerdos con el monasterio de Iranzu (1271), los Trinitarios de Puente la Reina (1273) y las Agustinas de San Pedro de Ribas de Pamplona, que colocó bajo su protección (1275). En 1273 se atrajo a los canónigos costeando un nuevo dormitorio en la catedral.
El contencioso con el Rey por el dominio temporal de Pamplona, que no se había resuelto en 1255, dio lugar a una nueva composición con Enrique I. En ella la jurisdicción de la capital del reino pasaba a la Corona, a cambio de una renta anual, devolviéndose al obispo las posesiones de Monjardín, menos el castillo, y el palacio que el Rey ocupaba en la catedral. Este acuerdo tampoco se hizo efectivo.
Al morir el Rey en 1274, la nobleza navarra se dividió entre partidarios y detractores de la vinculación política a Francia. Al mismo tiempo rebrotó el antiguo litigio entre los núcleos urbanos pamploneses, con las hostilidades entre San Cernin y San Nicolás, de un lado, y la Navarrería, el barrio episcopal, de otro, y el pronunciamiento de este último a favor del bando pro castellano y en contra del gobernador francés. Parece que el obispo tomó partido abierto por este grupo e incluso viajó a Castilla en petición de auxilio militar.
En el otoño de 1276 un ejército francés intervino en socorro del gobernador Eustaquio de Beaumarchais y, mientras los cabecillas rebeldes huían, la Navarrería fue destruida. La guerra comportó la profanación y saqueo vandálico de la catedral, el expolio de sus tesoros, cuyas pérdidas se evaluaron en veintitrés mil libras, y violencias sobre clérigos y civiles allí refugiados. La reclamación del obispo, conocida a través de una bula papal de 1279, no fue atendida y la Navarrería quedó abandonada hasta 1319.
Bibl.: J. M. Lacarra, Historia política del Reino de Navarra, desde sus orígenes hasta su incorporación a Castilla, vol. II, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1972, págs. 218-227; J. Goñi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, I. Siglos iv-xiii, Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra e Institución Príncipe de Viana, 1979, págs. 648-677; M. R. García Arancón, “Armingot”, en VV. AA., Gran Enciclopedia de Navarra, vol. II, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, pág. 29.
Raquel García Arancón
