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Froila Vela

Biografía

Vela, Froila. ?, c. 920 – ?, 981 post. Conde, partidario de Sancho I (956-966) durante el conflicto dinástico que mantuvo contra Ordoño IV el Malo en 957-962.

Ningún testimonio documental permite acreditar el pretendido origen alavés de Froila Vela, que ya es mencionado junto a Ramiro II (931-951) en una carta de Sahagún datada el 17 de junio de 950. Y luego junto a su sucesor Ordoño III (951-956) en dos escrituras del año 954, la primera leonesa, de 27 de agosto: “Froila Uelaz, comite”, y la otra compostelana, de 12 de septiembre, que es una donación real a la sede de Santiago.

Desconocemos la posición que el conde Fruela adoptó poco después, durante la rebelión que contra Ordoño III encabezó en 955 el infante Sancho Ramírez, el futuro Sancho I, hijo del segundo matrimonio de Ramiro II con la infanta pamplonesa Urraca Sánchez, que contó la ayuda del conde Fernán González de Castilla (932-970), y que tras ser rechazado tuvo que buscar refugio en la corte de su tío García Sánchez I de Pamplona (926-970) y de su abuela Toda Aznar, viuda de Sancho Garcés I. De modo que fue tras la muerte prematura de Ordoño III, en otoño de 956, cuando Sancho pudo sentarse al fin en el trono leonés, pero por poco tiempo, pues fue depuesto a finales de 957 por su primo Ordoño IV, apoyado por una parte de la nobleza gallega y por el conde Fernán González, de modo que el rey Gordo tuvo que buscar refugio una vez más al lado de su abuela Toda, tía del califa Abdarrahmán III (912-961), a quien pidió ayuda.

Pues bien. Fue en este contexto cuando Froila Vela volvió a entrar en la escena política al ponerse al frente de algunos partidarios de Sancho y de un contigente musulmán, probablemente fronterizo, a fin de impedir la entrada de Ordoño IV en León a principios del mes agosto de 958, según una carta del monasterio de Sahagún: “Fue el ingreso del rey en la urbe regia después que pusiera en fuga a los moros que vinieron con Froila Vigilaniz”. La derrota no amedrentó a doña Toda, que no dudó en viajar personalmente a Córdoba a fin de solicitar la ayuda militar necesaria para reponer a su nieto Sancho, lo que ya era una realidad a comienzos de 959, según una carta de 7 de enero que muestra a “Froila Uelaz” en compañía del obispo Gonzalo de León, esperando sin duda el ingreso en la “sede regia” del rey Sancho, junto al que “Froila Uegilazi” se muestra ya en una carta celanovense del 28 de marzo, y en otra de Sahagún fechada el 1 de diciembre: “Foila Vigilaz comes”. Y todo ello al mismo tiempo que Ordoño IV buscaba refugio en Asturias, de donde pasó Castilla en 961, y finalmente a Córdoba en 962, a fin de solicitar ahora a su favor una ayuda militar que finalmente no obtuvo.

Con el retorno definitivo de Sancho se documenta también el ámbito familiar del propio conde Froila, que desde el 5 de marzo 959 se muestra regularmente acompañado por su esposa Jimena, “Froila Uegilaz et uxori sua Scemena”, adquiriendo propiedades que a veces colindaban con las de la infanta Elvira, a la que en una carta de 25 de febrero de 962 llegan a dar el título de reina, “domna Gelbira regina”, lo que da una idea de la gran consideración que gozaba en la corte de su hermano Sancho la hija pequeña de Ramiro II, entonces residente en el monasterio de San Salvador de León, muy cerca del palacio real, en el que el Froila Vela ejercía por ese entonces el cargo de mayordomo, según un diploma de 16 de marzo de 962: “Froila Vigilaz qui et maiordomus”, sin que por ello se interrumpan las compras de propiedades junto a su esposa Jimena, constatables durante el resto del reinado de Sancho, que en diciembre de 966 murió envenenado en tierras portuguesas del Duero, sucediéndole en enero de 967 su pequeño hijo Ramiro III, de tres años de edad, que quedó bajo la tutela de su tía Elvira (967-976).

Durante la regencia, Fruela y su mujer Jimena son traídos juntos por última vez el 16 de febrero de 968, pero las apariciones del conde en la corte se suceden con regularidad durante todo este período, destacando en el plano político su asistencia a la solemne asamblea del palacio que el 29 de junio decidió la supresión del obispado de Simancas y en el plano familiar cabe destacar la donación que el 14 de marzo de 976 otorgó el propio Froila a favor del obispo Vermudo de Oviedo, pero acompañado ahora por su segunda esposa, que posiblemente era asturiana: “Froila Uelaz una cum coniuge mea comitissa Gislauara”.

La muerte poco posterior de la regente Elvira no alteró la trayectoria política de Froila Vela, que sigue mostrándose muy cercano al joven Ramiro y su madre Teresa Ansúrez en diversas cartas, entre las que cabe mencionar dos de Sahagún, la primera 16 de junio de 977: “Froila Velaz comes”, la otra, de 23 de abril de 978, en la que vuelve a lucir el título de mayordomo del palacio: “Froila Vigilani et maiordomus”. Y su última huella documental corresponde a una escritura real de 14 de enero de 981, de modo que es muy probable que ya no llegara a conocer el grave conflicto dinástico surgido poco después, en 982, entre Ramiro III y su primo Vermudo II, finalmente resuelto con la muerte del primero en 985.

Sabemos que Froila estuvo casado en fechas indeterminadas con una tercera esposa llamada Eylo, con la que tuvo una hija llamada Enderquina, casada con el conde Munio Rodríguez, y una nieta llamada Ildonza, casada con el conde Piniolo Jiménez, según constata esta última en una donación de 1047 a favor del monasterio de San Vicente de Oviedo, consistente en una villa que había sido “de abio nostro Froila Velaz et de abia nostra domna Eylo et de parentes nostros comites Monnio Roderiquiz et Inderquina”.

Y también cabe deducir que Froila tuvo otra hija llamada Elvira, esposa de Munio Fernández, según una carta leonesa de 993: “Munniu Fernandiz et uxor tue Geluira”; si es que fue esta Elvira la madre de Sancha, hija de Munio Fernández y esposa de Rodrigo Galíndez, que en otra carta leonesa de 1038 declara ser dueña de una villa que había sido de su abuelo Froila Vela: “Sancia, prolis Monioni Fredenandi… villa… qui fuit de avio meo Froila Vigilazi”.

 

Bibl.: Crónica de Sampiro, en J. Pérez de Urbel (ed.), Sampiro, su crónica y la monarquía leonesa en el siglo X, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Escuela de Estudios Medievales, 1952; S. García Larragueta, Colección de documentos de la catedral Oviedo, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1962; P. Floriano Llorente, Colección diplomática del monasterio de San Vicente de Oviedo, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1968; J. M. Mínguez Fernández, Colección diplomática del monasterio de Sahagún (siglos IX y X), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja León - Archivo Histórico Diocesano, 1976; E. Sáez y C. Sáez, Colección documental del archivo de la catedral de León (775-1230): II (953-985), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja León - Archivo Histórico Diocesano, 1987; J. M. Ruiz Asencio, Colección documental del archivo de la catedral de León (775-1230): III (986-1031), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja León - Archivo Histórico Diocesano, 1987; J. M. Ruiz Asencio, Colección documental del archivo de la catedral de León (775-1230): IV (1032-1109), León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja León - Archivo Histórico Diocesano, 1990; M. Lucas Álvarez, La documentación del Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela, León, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro” - Caja España - Archivo Histórico Diocesano, 1997; E. Sáez y C. Sáez, Colección diplomática del monasterio de Celanova (842-1230): 2 (943-988), Madrid, Universidad de Alcalá, 2000; M. Carriedo Tejedo, “Una reina sin corona en 959-976: La infanta Elvira, hija de Ramiro II”, en Tierras de León, 49, 113 (2001), págs. 118-137.

 

Manuel Carriedo Tejedo

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