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José Ramón Gurruchaga Ezama

Biografía

Gurruchaga Ezama, José Ramón. Bilbao (Vizcaya), 29.III.1931- Lima (Perú), 11.IV.2017. Salesiano (SDB), obispo de Huaraz y de Lurino (Perú), provincial de México y Perú, educador, comunicador.

Hijo de Antonio Gurruchaga y de Julia Ezama. Su padre era honrado aldeano de Idárraga, que marchó a Baracaldo en busca de trabajo y lo encontró en el campo metalúrgico, y su madre, ama de casa, nacida en Bilbao.

Fue, pues, uno más de los “niños de la guerra” de 1936, por lo que siempre tuvo un sentido muy tradicional de la economía al haber pasado hambre durante ella y después en la posguerra. Desde entonces quedó muy impactado por el sufrimiento, la muerte, los odios. Pero la fuerza de mirar un poco más lejos de las míseras circunstancias le llevó a conocer a los salesianos de Baracaldo, donde encontró un padre y maestro en Dom Bosco; solicitó ser admitido en su congregación en 1948, ofreciéndose como voluntario en 1951 para desarrollar su trabajo en Latinoamérica.

Después de sus estudios de Teología y su graduación en Turín (1961), se le encargó la formación de los jóvenes salesianos en Chosica, Magadalena, Arequipa, Puno, así como la gestión y dirección de Cusco, Huancayo o Moyopamba, donde permaneció nueve años promoviendo una red de agua o la traída de la luz eléctrica. Allí conoció el alma profunda del Altiplano, así como el primer levantamiento de la guerrilla peruana “La Cantuta”, que le hizo humilde, cercano y acogedor. La guerrilla fracasó; la presencia de la Iglesia en los Salesianos y en Gurruchaga fue doblemente eficaz con los chicos que murieron y sus familias y con los poblados que venían a Moyopamba de las minas de Casapalca, en Morocha. Aún permanece caliente el recuerdo de su integridadMás tarde fue director del Politécnico Salesiano de Lima, párroco en Magdalena del Mar y provincial de los Salesianos en México (1975-1980), asentándose durante seis años en el barrio popular de Santa Julia, donde atendió con todas sus fuerzas y sabiduría a los habitantes de Guerétaro, Morelia, Michoacán por el norte y por el sur hasta en el mismo Chiapas, donde fundó un centro de acogida con talleres y actividades laborales para los indígenas en San Cristóbal de las Casas, junto al conocido obispo Samuel Ruiz.

Volvió a Perú en 1981, también como provincial, cuando Belaunde daba inicio al período democrático, después de Velasco y Morales Bermúdez. Si en México se preocupó, sobre todo, de la formación integral de los indígenas y de las zonas campesinas como Yucatán, Veracruz o Puebla, en Perú, de nuevo, se volcó con la comunidad andina en los cauces de san Juan Bosco de “la razón, la religión y el amor”, tanto que Juan Pablo II, el 3 de enero de 1987, lo nombró obispo de Huaraz, siendo consagrado en esta localidad el 20 de febrero del mismo año.

Durante diez años (1987-1997) Gurruchaga vivió la angustia de los campesinos desde su vida, compartiéndola con ellos y denunciando sus matanzas indiscriminadas.

Fue a la misma Universidad de Huaraz, vestido de obispo expresamente, para hablar a los senderistas y prosenderistas, en nombre de la fe y del sentido común, defendiendo siempre el derecho consuetudinario de los indígenas, inculcado por unos y otros. Defendió las rondas campesinas —incluso tuvo su ronda cristiana—, opuestas a las armas, promoviendo la cultura y el desarrollo propio. A la educación de la juventud consagró siempre sus mejores esfuerzos, potenciándolos al ser nombrado presidente de la comisión de la Educación de la Conferencia Episcopal Peruana.

Las preocupaciones por los campesinos minaron tanto su salud que las resonancias magnéticas, en Lima, le detectaron multiinfartos cerebrales, teniendo que abandonar la mitra de Huaraz, en el Altiplano, y pasar a la de Lurín, en la costa, el 25 de enero de 1997, siendo así su primer obispo. Lo importante en esta trayectoria fue su talento, sus esfuerzos y su gran capacidad para resolverles la vida a los demás — quechuas y aymaras— y generar más soluciones que problemas, que al final es el único sentido cristiano entendible.

 

Bibl.: VV. AA., Misiones Don Bosco año ciento. Salesianos 1875, Hijas de María Auxiliadora, 1877, Roma, Salesianos Don Bosco, s. f.; J. L. Bastarrica Celaya, Como el fuego de sus fábricas. Presencia salesiana en Baracaldo, 1897-1985, Pamplona, Edebé, 1987, apéndice II, págs. 257-261.

 

Francisco Rodríguez de Coro, SDB

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