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Pedro González del Castillo

Biografía

González del Castillo, Pedro. Granada, 29.VII.1562 – Logroño (La Rioja), 5.VIII.1627. Canónigo, consultor del Santo Oficio, obispo.

Era hijo de Rodrigo del Castillo, natural de Aguilar de Campoo (Palencia), de la noble casa de su apellido, empleado en Granada por el arzobispo Guerrero, al que acompañó a Trento dos veces, y de Francisca de Frías, de esclarecida nobleza granadina. Ingresó en el colegio de los jesuitas de Granada (1572) y en la Universidad (1578), donde alcanzó el grado de doctor en Teología (1585). Fue canónigo magistral de Guadix (1586) y de Cuenca (1592), cargo que mantuvo veinte años, siendo provisor de su obispado en sede vacante. Por su brillante oratoria era conocido como “el Crisóstomo de Granada”.

Fue a la vez consultor y calificador del Consejo Supremo del Santo Oficio (1597) y delegado del Cabildo y obispado de Cuenca para varias comisiones importantes en la Corte. Felipe III lo eligió capellán de honor, asesor, confidente y predicador real; la reina Margarita gustaba de oír sus sermones y solía decir: “Este orador ni se cansa ni nos cansa”; también se decía de él “que ejecutaba lo que predicaba”. Murió la Reina en 1611, pronunciando su oración fúnebre el doctor Castillo.

Presentado para el obispado de Calahorra (18 de noviembre de 1613), se resistió a admitirlo, entrando personalmente en la diócesis el 8 de mayo de 1614.

Obispo dinámico y viajero incansable, realizó la visita pastoral por todas las parroquias, más de mil, en siete provincias del norte de España, entre ellas las Vascongadas, con veinte mil clérigos, labor que realizó en seis años, de 1614 a 1620. Con la experiencia de esta visita, de mayo a agosto de 1620, celebró sínodo diocesano en Logroño, con cuatro sesiones, en las que se promulgaron ciento cinco nuevas constituciones, que se editaron en un tomo de más de cuatrocientas páginas, al que precede un interesante catecismo de la doctrina cristiana.

El 25 de febrero de 1624 firmó en Logroño una importante relación que presentó en Roma en la visita ad limina que realizó de inmediato. Una cosa le preocupaba sobre todas: la debida formación de los veinte mil clérigos de su vastísimo obispado. “¡Mucho clérigo, y poco cura!”, parece ser la inquietud y el lema de este obispo reformador.

Fue un obispo de gran sensibilidad para el culto y para el arte. Hombre cultivado, amigo de artistas, coleccionista de pintura, lo retrató en 1607 Juan Pantoja de la Cruz. Se esmeró de forma especial en el ornato de su capilla-enterramiento del Santo Cristo de la iglesia colegial (hoy concatedral) de Santa María de la Redonda de Logroño, ciudad en la que tuvo su residencia habitual; destaca sobremanera el llamado Calvario, cuadro que Miguel Ángel Buonarroti pintó hacia 1540 para Vittoria Colonna, y que el obispo González del Castillo debió adquirir en alguno de sus viajes a Italia y que se trajo para su capilla de Logroño, donde se conserva.

En 1623, González del Castillo fue presentado para la sede arzobispal de Granada, pero declinó humildemente la oferta, permaneciendo en Logroño hasta su muerte, acaecida en olor de santidad. A los cinco años de su sepultura el cadáver se conservaba incorrupto.

 

Obras de ~: Constituciones Synodales del obispado de Calahorra y La Calzada, hechas y ordenadas por Don ~ (precedidas por un Catecismo de la Doctrina Cristiana), Madrid, 1621.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Logroño, fondos de la concatedral de Santa María de la Redonda, Libros sacramentales, y fondos de la Real Capilla del Santo Cristo; Archivo Histórico Provincial de Logroño, Protocolos de los escribanos Jerónimo de Lagunilla y de Rodrigo de Ylarduy, testamento e inventario de bienes del obispo González del Castillo, s. f.; Archivo de la Catedral de Calahorra, Estatutos de Pedro González del Castillo, y Actas Capitulares, 1807; Archivio Segreto Vaticano, Sacra Congregatio Concilii, Relationes 167, Calagurritana, 63-68.

J. de Salazar, Noticias de la loable y santa vida de D. Pedro González de Castillo, 1672 [Archivo Histórico Diocesano de Logroño, fondos de la Real Capilla del Santo Cristo (VIII- 5)] [ed., pról. y notas de E. Sáinz Ripa, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos (IER), 1976]; F. Bujanda, Episcopologio calagurritano, Obra de vocaciones sacerdotales, Logroño, 1944, págs. 53-54; J. M. Ramírez Martínez, El Miguel Ángel de La Redonda, El obispo Don Pedro Gonzalez de Castillo y su legado artístico, Logroño, IER, 1977; J. I. Tellechea Idígoras, “Diócesis de Calahorra y Santo Domingo: las Relationes de visitas “Ad Limina” (1598-1890)”, en Publicaciones del Instituto Español de Historia Eclesiástica. Subsidia (Roma), 38 (1991), págs. l5-23 y 75-78; E. Sáinz Ripa, Sedes Episcopales de La Rioja, t. III, Logroño, Obispado de Calahorra, 1996, págs. 369-396.

 

Felipe Abad León