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Francisco García Osorio

Biografía

García Osorio, Francisco. Ocaña (Toledo), p. t. s. xvi – España, ú. t. s. xvi. Capitán de la Marina, gobernador de la isla de Cuba entre los años 1565 a 1568.

En primer lugar hay que aclarar que casi todos los historiadores hablan de este personaje como “García Osorio”, cayendo en la idea de que su nombre era “García” y su primer y único apellido conocido “Osorio”.

Sin embargo, este personaje se llamaba Francisco García Osorio.

Era natural de Ocaña (Toledo) y era un veterano “capitán de bajeles” que había mandado una de las naves que llevaron a la expedición de Hernando de Soto a La Florida. Fue nombrado por el Rey gobernador de la isla de Cuba y tomó posesión en septiembre de 1565. Habiendo poco después el Rey hecho merced del adelantamiento y “jornada” de La Florida al célebre marino Pedro Menéndez de Avilés, por “ruines pasiones y anteriores desavenencias que con él tuvo en Sevilla” (Pezuela, 1866), García Osorio impidió que se prestara a aquel insigne capitán todas las ayudas que lo difícil de su empresa requerían. Así que, habiéndose presentado en La Habana aquel adelantado con una parte del armamento que procedía de Cádiz para la conquista de La Florida (en la que había dos propósitos: la destrucción de establecimientos de hugonotes franceses y la sujeción de tribus indias que se habían tenido por invencibles, aparte la conquista del territorio, como en todo plan de expansión en tierras del Nuevo Mundo), Osorio no sólo negó a Menéndez de Avilés toda clase de víveres y auxilios, sino que usó de “malas artes para seducir a sus soldados y protegió su deserción, causando mil escándalos” (Pezuela, ibidem).

Los triunfos de Menéndez de Avilés en La Florida dieron luego gran peso a las quejas que sobre su conducta presentó el adelantado al Rey, cuando éste le recibió en Valladolid el 20 de julio de 1567.

Nombrado precisamente Menéndez de Avilés gobernador de Cuba, nombró enseguida su lugarteniente al licenciado Francisco de Zayas, un ministro oficial de la Casa de Contratación de Sevilla. “Inició el licenciado Zayas su gobierno en la isla como lugarteniente del Adelantado residenciando a García Osorio [...] A pesar de la indulgencia que con él se usó en los autos [...] resultaron contra Osorio muchos cargos, y tuvo Zayas que enviarle preso a España con el procedimiento. Allí dieron su amparo al encausado los de aquella influyente dependencia [el Consejo de Indias] y tiempo adelante salió indemne” (Pezuela, Historia [...], pág. 251). El cese oficial de Francisco García Osorio en la gobernación de Cuba fue el 24 de julio de 1568. Una vez en España, libre de cargos, se ignora cualquier detalle sobre la vida de este personaje.

 

Bibl.: A. de Alcedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales, ó América [...], vol. I, Madrid, Benito Cano, 1786, pág. 702; J. de la Pezuela, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico, de la Isla de Cuba, vol. I, Madrid, Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863, pág. 174 [de la Introducción] (vol. IV, Madrid, Imprenta del Banco Industrial y Mercantil, 1866, pág. 166); J. de la Pezuela, Historia de la Isla de Cuba, vol. I, Madrid, C. Bailly-Bailliere, 1868, págs. 232, 234-235, 239, 243 y 250-251; F. Calcagno, Diccionario Biográfico Cubano, New York, Imprenta y Lib. de N. Ponce de León, 1878, pág. 478; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. XVI, Madrid, Espasa Calpe, 1913, pág. 829; E. S. Santovenia, Historia de Cuba, vol. II, La Habana, Editorial Trópico, 1943, págs. 25-26, 28- 29, 87 y 152; R. Guerra y Sánchez (dir.), Historia de la Nación Cubana, vol. I, La Habana, Editorial Historia de la Nación Cubana, 1952, págs. 96-97, 119, 340 y 343; F. Portuondo, Historia de Cuba: 1492-1898, La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1965, pág. 136; C. Márquez Sterling, Historia de Cuba [...], Madrid, Las Américas Publishing Company, 1969, pág. 34; R. Guerra, Manual de historia de Cuba [...],La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, págs. 81-82; N. Silverio-Sáinz, Cuba y la Casa de Austria, Miami, Editorial Universal, 1971, págs. 130, 133, 140, 171 y 184.

 

Fernando Rodríguez de la Torre