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José Hilario López Valdés

Biografía

López Valdés, José Hilario. Popayán, Cauca (Colombia), 18.II.1798 – Neiva, Huila (Colombia), 27.XI.1869. General colombiano independentista y presidente de la República.

Cuando llegó la Guerra de Independencia, López tenía doce años e ingresó como cadete en el ejército patriota del coronel José María Cabal. Recibió su bautismo de fuego en los combates de Piedras de Moler, Las Cañas y Paniquitá. En 1813, sirvió con el precursor, general Antonio Nariño y peleó en Alto Palacé, Calibío, Juanambú y Tacines, donde fue herido. Después de la derrota de Nariño en Pasto, se incorporó al escuadrón de Caballería del comandante Defour, y combatió en el Río Palo. Al año siguiente, hecho prisionero en la batalla de la Cuchilla del Tambo, fue conducido a Popayán, donde se le conmutó la pena de muerte por el servicio como soldado en el Ejército español. Afiliado en el batallón de Granaderos fue enviado a Bogotá.

El 28 de junio de 1819, recibió licencia absoluta del Ejército español. Pero en la Mesa de Juan Días, notificado de la derrota realista en el puente de Boyacá, organizó una partida de hombres con los cuales persiguió y capturó a varios españoles en huida. En Bogotá fue incorporado al Ejército libertador como teniente, con el grado de capitán y destinado al batallón Boyacá. Se distinguió en el combate de Cruces de San Antonio, donde refrendó su grado de capitán y, a las órdenes del general Carlos Soublette, combatió en varias acciones que le valieron el ascenso a sargento mayor, el 23 de septiembre de 1820. En San Carlos enfermó de una fiebre maligna y no pudo asistir a la victoria de Carabobo. Luego fue nombrado gobernador político y militar de Valencia y comandante general de los valles de Aragua, cargo con el que participó en el penúltimo sitio de Puerto Cabello, hasta su levantamiento en julio de 1822.

Cuando se presentó en Puerto Cabello el primer enviado del gobierno de los Estados Unidos, coronel Carlos S. Tood, éste pidió al mayor José Hilario López como su escolta personal hasta Bogotá. Cumplida tal misión, el vicepresidente Santander lo nombró comandante del Batallón Cauca y jefe de Estado Mayor de este departamento. El 6 de abril de 1823 ascendió a teniente coronel y a las órdenes del general José María Córdova, combatió a los tenaces guerrilleros del Patía y Pasto de Agustín Agualongo, una de sus más difíciles y brillantes operaciones. Tomado Popayán por los guerrilleros del Patía, López, recuperó la ciudad y organizó un cuerpo de ochocientos hombres para integrar la expedición libertadora a Perú.

El 22 de octubre de 1826 ascendió a coronel y en 1828 recibió la representación de la provincia del Chocó a la Convención de Ocaña, que concluyó sin resultados, como efecto de la división entre bolivarianos y santanderistas, en este último partido se matriculó el coronel López. Junto con el general José María Obando, combatió la dictadura de Bolívar, derrotando al general Tomás Cipriano de Mosquera, en la Ladera el 11 de noviembre. Durante la disolución de la Gran Colombia, López fue nombrado, en junio de 1831, representante al Congreso del Ecuador, pero el gobierno de la Nueva Granada lo designó subjefe del Estado Mayor del Ejército y luego secretario de Estado en el despacho de Guerra y Marina.

El general López casó en primeras nupcias en Popayán con su prima, Rosalía Fajardo, quien no le dio descendencia y murió poco tiempo después de su matrimonio. Al siguiente año, López casó en Neiva con Dorotea Durán Borrero, con quien tuvo tres hijos: Lucrecia, Ricaurte y Pola.

En la conspiración del general Sardá contra el gobierno de Santander persiguió a los rebeldes. Después fue nombrado gobernador de Bogotá y en 1834 de Cartagena, con el encargo de defender dicha plaza de la amenaza extranjera por la cuestión Barrot, que terminó dignamente para el país. En 1836 volvió a Cartagena para su defensa ante la amenaza inglesa por la cuestión Rusell. De regreso a Bogotá, fue nuevamente designado secretario de Guerra y Marina, pero renunció a este cargo para retirarse a la vida civil. Cuando disfrutaba de su retiro en Neiva, recibió el nombramiento de encargado de negocios ante el gobierno de la Santa Sede, y viajó a Roma, donde estuvo algo más de un año, durante el papado de Gregorio XVI.

Su regreso al país en 1840, coincidió con la guerra civil de los Supremos y desempeñó por poco tiempo la Secretaría de Guerra y Marina. Después se retiró a la ciudad de Neiva. Pero, elegido senador, ocupó su curul en el Congreso. En 1842 fue designado consejero de Estado, cargo en el cual regresó al Senado dos años más tarde.

El 7 de marzo de 1849, en una sesión tempestuosa del Congreso, López fue elegido presidente de la República. Posesionado de su cargo, emprendió la tarea de modernizar el Estado. Sus actos de gobierno más destacados fueron la abolición de la esclavitud y de la pena de muerte por delitos políticos, la libertad de imprenta, los juicios con jurado en materia criminal, el levantamiento cartográfico del territorio nacional por Ancízar y Codazzi, la contratación del ferrocarril de Panamá y una serie de medidas fiscales y económicas para acelerar el desarrollo del país. El destierro de los jesuitas, quienes monopolizaban la educación, suscitó la reacción del sector, vencidos rápida y eficazmente en 1851, López continuó hasta concluir su período.

En 1854, cuando disfrutaba su hogar y su hacienda en Neiva, en compañía de los expresidentes Herrán y Mosquera, tuvo que empuñar las armas para develar la dictadura del general José María Melo. Lo mismo ocurrió en 1860, en defensa de las ideas liberales, cuando el general Tomás Cipriano de Mosquera se alzó contra el gobierno de Mariano Ospina Rodríguez. Entró a Bogotá en la única revolución que ha triunfado en Colombia. En 1863, designado constituyente en el Congreso de Río Negro, como presidente colegiado y legislador, defendió los postulados democráticos ante el afán autoritario del general Mosquera y en 1867, cuando un golpe de Estado contra este general lo derribó del poder, el general López recibió el mando en jefe del Ejército colombiano. Reunido el Congreso para legitimar el nuevo gobierno, solicitó letras de cuartel con carácter definitivo y se retiró a su refugio familiar en Neiva, donde murió.

 

Bibl.: J. Ospina, Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia, Colombia, Editorial Águila, 1937; J. M.ª Baraya, Biografías Militares, Bogotá, Imprenta del Ejército, 1962; Academia Colombiana de Historia, Historia Extensa de Colombia, vol. III, t. 2–vol. V, Bogotá, Impreso en Gráfico Editores Lta. Copyright by Lerner Ltda., 1967; J. Durán Pombo, José Hilario López. Homenaje en el Centenario de su muerte, Bogotá, Imprenta Fuerzas Militares, 1969; L. C. Valencia Moreno, El Capitán Antonio Ricaurte, Bogotá, Imprenta de las Fuerza Militares, 1973 (Col. de Oro del militar colombiano, II); C. Gutiérrez Jaramillo, López José Hilario, Bogotá, Cargraphics, impresión digital, 1997.

 

José Roberto Ibáñez Sánchez

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