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Francisco Pallas Faro

Biografía

Pallas Faro, Francisco. Benavarre (Huesca), 3.XII.1706 – Ke-chien (China), 6.III.1778. Dominico (OP), procurador general, obispo, evangelizador de China.

Muy pronto sintió la vocación dominica, ingresando en el Convento de los dominicos de Zaragoza. Concluido el año de noviciado y terminados con aprovechamiento sus estudios de Filosofía, Teología y Sagrada Escritura, sus superiores le destinaron a la enseñanza en el mismo Convento de su afiliación.

Siendo maestro de estudiantes, renunció al cargo para alistarse como misionero de Filipinas. Nada más llegar a las islas, fue asignado a las nuevas misiones de Diffun, donde ejerció su ministerio entre 1737 y 1739. En este año fue llamado a regentar la Cátedra de Cánones en la Universidad de Santo Tomás de Manila. Entre 1739 y 1747 compaginará la tarea escolástica con los cargos de secretario de la provincia y socio del provincial. El 23 de abril de 1747 pasará a ser el nuevo provincial, cargo que ocupará durante tres años, al fin de los cuales será nombrado procurador general ante las Cortes de Madrid, Roma y México.

De inmediato se puso en camino. El 18 de enero de 1753 llegaba fatigado y hambriento al puerto de Cádiz, donde le esperaba la orden del maestro general Bremond para que se dirigiera urgentemente a Roma. Resignado, caminó hasta Barcelona para embarcar rumbo a Roma, adonde llegó el 5 de mayo. La Ciudad Eterna fue testigo de la enorme impresión que causó, por su personalidad y virtud, en el maestro de la Orden, los cardenales y hasta en el mismo pontífice Benedicto XIV, quien el 11 de julio de 1753 le nombró vicario apostólico de Kukien; el 12 de julio era nombrado obispo de Sinópolis y el 5 de agosto recibía su consagración de manos de Joaquín Portocarrero en la iglesia de Propaganda Fide.

No se detuvo mucho en Roma, pues el 20 de ese mismo mes reemprendía el viaje a España. Llegó a Barcelona el 14 de septiembre y, después de haber pasado por su tierra y su convento de origen, llegó a Madrid el 30 de octubre. Tampoco se detendrá en la capital mucho tiempo, ya que su presencia era requerida urgentemente en las misiones de China. En abril de 1754 se embarcó en Cádiz para México; en marzo de 1755 hizo lo mismo en Acapulco. Cuatro meses más tarde llegaba a Manila.

La misión de China estaba prácticamente arruinada después de la terrible persecución de 1747, que acabó con la vida del padre Sanz y sus compañeros. Para levantarla, Francisco Pallas solicitó del provincial que le concediera algunos frailes. Pero hubo de ponerse en camino en 1756 llevando un único compañero, el padre José Rodríguez, quien desgraciadamente murió durante el viaje. El prelado entraba en Foochow, después de un viaje tortuoso, el 12 de enero de 1757.

Las conversaciones con el provincial de Filipinas lograron que, posteriormente, llegaran nuevos evangelizadores, aunque siempre le parecieron insuficientes, ilusionado por restaurar y potenciar la misión de Kokien y las de Chekian, Kiang-si y Cantón. Siempre eran pocos, de modo que decidió potenciar el ingreso de vocaciones chinas y promocionar la formación de las terciarias dominicas (beatas), que tan brillante papel desempeñaron en las misiones chinas. La mayor dificultad que experimentó fue el aprendizaje de dos lenguas (mandarín y cantonés); a sus cincuenta y un años de edad se aplicó con tal ahínco que pronto pudo oír confesiones.

El estado espiritual de la misión había decaído, especialmente por la falta de cuidado pastoral después de las persecuciones. Procuró reformar la vida de las comunidades, padeciendo grandes trabajos. Puso especial cuidado en los procesos de los mártires de Foochow, procesos que causaron gran admiración en Roma. En reconocimiento a esa tarea y como prueba de admiración, el Papa le regaló el pontifical completo.

Falleció en Ke-chien el 6 de marzo de 1778.

 

Obras de ~: Relación del martirio de los VV. PP. Sanz, Serrano y Compañeros mártires, Manila, 1749; Pastoral contra la usura, s. l., s. f.; Proceso ordinario de los cinco mártires de Foochow, s. l., s. f.; Catecismo de doctrina cristiana, s. l., s. f.

 

Bibl.: D. Collantes, Cuarta parte de la Historia de la Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, Manila, 1783; H. Ocio, Compendio de la reseña biográfica de los religiosos de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores, Manila, Real Colegio de Santo Tomás, 1895; P. Fernández, Dominicos donde nace el sol, Barcelona, Talleres gráficos Yuste, 1958; J. M. González, Historia de las misiones dominicanas en China, t. II, Madrid, Imprenta Juan Bravo, 1964; E. Neira, Misioneros dominicos en el Extremo Oriente 1587-1835, Manila, Life Today Editions, 2000.

 

Miguel Ángel Medina, OP