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Juan Vernacci y Retamal

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Biografía

Vernacci y Retamal, Juan. Cádiz, ¿1772? – México, 4.IV.1810. Cartógrafo de la Expedición Malaspina (1789-1794).

Hijo primogénito de Juan Vernacci (natural de Cádiz) y de María Retamal y Villarelo (natural de Sanlúcar de Barrameda). Se formó en la Escuela de Guardias Marinas de Cádiz. Participó en la campaña de Argel, en el combate de la Escuadra del mando de Luis de Córdoba. Esta expedición, que salió de Cartagena en julio de 1783, pretendía imponer un correctivo a los argelinos, dada la malograda expedición de 1775. Finalmente negociaron la paz, de lo que se encargó el entonces comandante de las compañías de Guardias Marinas, José de Mazarredo.

Vernacci ascendió el 3 de agosto de 1783 a subteniente de la 9.ª brigada, y el 15 de noviembre de 1784 a alférez de fragata. En 1785 cursó estudios superiores y, asesorado por el brigadier y cartógrafo Vicente Tofiño, realizó observaciones astronómicas en el Observatorio de Cádiz. Posteriormente, se integró en el equipo, que bajo la dirección de Tofiño, realizó el levantamiento del Atlas Hidrográfico de España, entre los años 1786 y 1787.

En 1789 se integró en la expedición de Alejandro Malaspina, como oficial subalterno. Anteriormente se había encargado de recopilar, por encargo del capitán información relativa a la navegación de Buenos Aires a Lima y, en especial, las Relaciones de Joaquín Oliva a la bahía de San Julián, la de Ruiz Puente y Madariaga a las islas Malvinas, la de Domingo Perler a la costa Patagónica, y la de Felipe González a las costas de Chiloé, isla de Pascua y Palmerson.

Terminada la labor de recopilación, se dedicó a copiar planos del Archivo de la Dirección de Pilotos en Cádiz. Su trabajo lo dedicó a los Planos de costas que comprendían el amplio territorio de las que eran entonces posesiones españolas: Valparaíso, cabo de San Julián, Patagonia, cabo de Hornos, y toda la costa pacífica de América, hasta los lejanos confines de Oriente.

La expedición Malaspina, compuesta por las corbetas Santa Justa y Santa Rufina, aunque más conocidas como la Descubierta y la Atrevida, levó anclas del puerto de Cádiz el 30 de julio de 1789. Vernacci viajó en la Descubierta, capitaneada por el propio Malaspina.

El joven cartógrafo realizó importantes mediciones hidrográficas, astronómicas y geodésicas, junto con Galiano, Valdés y Gutiérrez de la Concha; entre otras realizaron el “diario astronómico de Montevideo” y determinaron las medidas del volcán Chimborazo (Ecuador), en compañía de los botánicos Antonio Pineda y Luis Née.

El 27 de marzo de 1790 la Descubierta fondeó en Acapulco, desde donde Malaspina comunicó al ministro Antonio Valdés, el 28 de abril, el resultado de los experimentos con el péndulo y otras mediciones astronómicas realizadas en México y Acapulco, por Galiano, Cevallos, Vernacci y Concha.

Desde Acapulco, Malaspina organizó el viaje de las goletas Sutil y Mexicana al Estrecho de Juan de Fuca, en 1792, bajo el mando de los oficiales Dionisio Alcalá Galiano y Cayetano Valdés y Flores, y como segundos los tenientes de fragata Juan Vernacci y Segundino Salamanca. Su objetivo era cerciorarse de la inexistencia del mítico paso de Anián, que supuestamente comunicaba el Atlántico con el Pacífico; además reconocerían las costas de Tehuantepec y el golfo de Nicaragua.

Alejandro Von Humboldt, en su Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, citó varias fuentes cartográficas tanto de la expedición Malaspina como de la expedición a Fuca, que en su opinión fueron las dos únicas que tuvieron “el carácter verdadero de expediciones de descubrimiento”, y los marinos que las emprendieron eran acreedores “por siempre” a un puesto honorífico en la lista de los navegantes instruidos e intrépidos, pues a ellos se deben las nociones exactas de la costa noroeste del Nuevo Continente.

Ya en España, Vernacci se encargó de ordenar los resultados de la expedición a Fuca por mandato real.

Posteriormente, y junto a Alcalá Galiano, acometió la redacción de la crónica del viaje. En 1796, y por encargo del Ministerio de Estado, se integró como geógrafo en el equipo que realizó la Carta Geométrica de España, a las órdenes de Alcalá Galiano.

El 4 de octubre de 1796, se le confirió —al joven capitán graduado— el mando de la fragata Gertrudis, que formó parte de las escuadras de la guerra con Gran Bretaña (1796-1802). Vernacci fue herido en la ciudad francesa de Brest y, por ello, fue nombrado, el 10 de enero de 1800, agente fiscal de Marina, en el Consejo Supremo de Guerra.

Tres años después, el 16 de enero de 1803, solicitó un nuevo destino como comandante de la “Nao de Acapulco”, lo que efectivamente le fue concedido, el 30 del mismo mes, en estos términos: “al capitán de fragata Don Juan Vernacci digo [...] S.M. se ha conformado con la elección [...] para que se embarque de transporte en la última de las expediciones que despacha la Compañía de Filipinas [...] allí deberá tomar el mando de la nao de Acapulco”. Pero en Filipinas se dedicó, juntamente con Isidoro Cortázar, y por encargo de la Secretaría de Marina e Indias, a perfeccionar las cartas náuticas del Estrecho de San Bernardino, punto estratégico desde donde salían las naves de Filipinas con destino a México.

Posteriormente, desde 1804 y hasta 1809, tomó el mando de la Nao que hacía el trayecto anual Manila- México-Manila. Murió en la ciudad de México el 4 de enero de 1810 y dos años después, en 1812, su hermano José Vernacci ofreció a las autoridades de la Armada española la colección de mapas asiáticos realizada por su hermano. Y efectivamente, estos mapas pasaron a la mapoteca del Depósito Hidrográfico.

La memoria de este explorador, que murió joven, permanece hasta hoy en determinados puntos del planeta. En Argentina se encuentra una pequeña isla que lleva su nombre, Isla de Vernacci, a la que probablemente bautizó cuando participaba en la expedición Malaspina. Canal de Vernacci, es el nombre de un estrecho en las heladas regiones de Canadá, y que en las cartas náuticas españolas aparece como “brazo de Vernacci”, nombre que se debe a la misión de 1792 de explorar un brazo de mar entre las latitudes de los 50.º 53’ de latitud N y los 125.º 26’ de longitud O, que penetra ciento veinte kilómetros desde el Océano Pacífico hasta el centro de las montañas costeras canadienses, y que constituía la última posibilidad de localizar el supuesto paso del noroeste, y que el pintor José Cardero inmortalizó con su pincel. Por último, en Filipinas, en la provincia de Camarines Sur, se encuentra el llamado Bernacci Mount con una altitud de 704 metros, de latitud 13.º 37’ ON y longitud 122.º 58’ OE, cercano al famoso Estrecho de San Bernardino, que inmortalizó en sus cartas náuticas.

 

Obras de ~: Carta esférica del Estrecho de San Bernardino e islas adyacentes que comprende, desde la entrada del Puerto de Palapa, en la isla de Samar, hasta la bahía de Manila, y desde la lat. 11.º 18’ hasta 14.º 26’ Norte, construida en la Dirección de Hidrografía por las operaciones practicadas en 1792 y 1793 por los oficiales y pilotos de las corbetas del Rey Descubierta y Atrevida y por la que ejecutó en 1804 el capitán de fragata de la Real Armada D. Juan Vernacci.(Depósito Hidrográfico).

 

Bibl.: M.ª D. Higueras Rodríguez, Catálogo crítico de los documentos de la Expedición Malaspina (1789-1794), t. II, Madrid, Museo Naval, 1987; V. González Claverán, La expedición Malaspina en Nueva España (1789-1794), México, El Colegio de México, 1988, págs. 470-471; M. B. Bañas Llanos, “Juan Vernacci y Retamal”, en Exploradores españoles olvidados del siglo XIX, Prosegur y Sociedad Geográfica Española, Madrid, 2001, págs. 15-48.

 

María Belén Bañas Llanos

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