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Filiberto Villalobos González

Biografía

Villalobos González, Filiberto. Salvatierra de Tormes (Salamanca), 7.X.1879 – Salamanca, 13.II.1955. Ministro de Instrucción Pública.

Fabriciano Filiberto Villalobos González nació en una familia de campesinos muy humildes. Fueron sus padres Gabriel Villalobos López, capataz de cultivos, y Eustaquia González, naturales ambos de Rueda (Valladolid). El 22 de febrero de 1906 contrajo matrimonio en Salamanca con Elvira Mier Durán, nacida en Salamanca en 1884 y fallecida el 23 de septiembre de 1961. Tuvieron cuatro hijos.

Huérfano de padre y habiendo destacado en la escuela por su inteligencia, se trasladó a Salamanca para estudiar el bachillerato. De su época de niñez en Salvatierra de Tormes recordó toda su vida dos cosas que le impresionaron: la sordidez de la escuela y la servidumbre de los que viven en pueblos de señorío. Aquí ya están, por tanto, los dos problemas que llenaron toda su actividad política: el campo y la enseñanza.

En 1894 comenzó la carrera de Medicina en la Universidad de Salamanca. En 1904, recién terminada la carrera, Villalobos recorrió la provincia de Salamanca acompañando al doctor Pedro Golavachev, profesor de la Universidad de Moscú. En este viaje se dio cuenta de la situación material deprimente en que se encontraba la escuela y que reflejó en su tesis doctoral. El 4 de diciembre de 1906 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Madrid con el título Profilaxis de las enfermedades fomentadas y adquiridas en la escuela. En 1906 instaló su primera clínica radiológica en Salamanca, y fue nombrado profesor auxiliar de la Facultad de Medicina. Por Real Orden de 13 de enero de 1915 fue nombrado radiólogo interino de dicha Facultad.

Desde que inició su actividad política, estudiante aún, su postura ante el sistema político de la Restauración fue de oposición. Republicano desde un principio, aunque no perteneciera a ningún partido determinado durante estos primeros años de vida política, tendrá palabras duras contra el Gobierno en muchas ocasiones. Sin embargo, también declaró que pese a sus ataques a la Monarquía no era la forma política su preocupación dominante, sino el problema económico, muy especialmente el problema de la tierra. Como Melquíades Álvarez no se oponía a la Monarquía si ésta traía el progreso de la patria, al afianzamiento de la libertad, y el imperio de la democracia.

La actividad política y la preocupación social se iniciaron en Villalobos cuando, estudiante de Medicina, fundó y presidió la Unión Escolar. En 1902 Villalobos organizó unos cursos de difusión cultural para los obreros, siendo partidario de que el cuerpo escolar influyera en la popularización de la enseñanza para que se llegara a una sociedad culta (ilustrada), sin las diferencias tan marcadas en el disfrute del patrimonio común de la cultura. Villalobos era, pues, consciente desde joven de que España tenía en la incultura un gravísimo problema; fallaba, la cultura, en lo más básico de la estructura: la enseñanza primaria.

Villalobos absorbió el ambiente de la Institución Libre de Enseñanza a través de un grupo salmantino formado por catedráticos (como Unamuno), periodistas y el propio Villalobos, que además de profesor en la facultad de Medicina fue el político que le dio forma práctica a las aspiraciones del grupo. Pasaron a la historia de la Plaza Mayor de Salamanca los paseos bajo los soportales de Unamuno con Villalobos, con el matemático Guillermo Sáez y otros buenos amigos; siempre de madrugada, una vuelta y otra.

El 1 de julio de 1909 fue nombrado primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Salamanca hasta 1913. Pocos días después presentó el problema de la mendicidad y forma de remediarlo mediante la creación de una Junta de Beneficencia y Comisiones de cada distrito con el fin de socorrer a los viejos y enfermos pobres, obreros sin trabajo y familias necesitadas. También estableció como fin primordial de la Junta el buscar trabajo a los necesitados. En dos ocasiones ocupó interinamente la alcaldía; una desde el 26 de octubre hasta el 13 de noviembre de 1909 y otra en diciembre del mismo año.

En 1910 en Salamanca un grupo de intelectuales, que no convivía bien con la Juventud Escolar Republicana de Salamanca, fundó la Agrupación Republicana Gubernamental, precedente del Partido Reformista. Villalobos, ya profesor auxiliar de la facultad de Medicina, figuró en la misma como secretario. La presidencia honoraria de esta agrupación se concedió a Melquíades Álvarez y a Gumersindo de Azcárate.

Poco después, el 17 de abril de 1912, Melquíades fundó el Partido Reformista. Automáticamente se asimiló a éste la Agrupación Republicana Gubernamental salmantina, pionera del reformismo, y los reformistas salmantinos decidieron que el directorio del partido en la provincia fuera el mismo que encabezaba la agrupación. En 1912 Villalobos se mostró partidario, al igual que Melquíades, de un socialismo reformador, fundado en la clase media y sin reconocer; por eso, la lucha de clases como premisa. En 1913 Villalobos fue elegido presidente del comité del Partido Reformista en Salamanca.

En enero de 1913 celebraron una reunión de partidos republicanos para prepararse con vistas a la lucha electoral para diputados provinciales. Se acordó por unanimidad presentar como candidato por el distrito de Salamanca al reformista Villalobos. El 9 de marzo de 1913 fue elegido diputado provincial de Salamanca y dejó el Ayuntamiento.

Villalobos fue diputado a Cortes por el distrito de Béjar en 1916 y 1918. Por su espíritu liberal Villalobos estuvo bien considerado entre el clero y los católicos practicantes. Es más, cuando presentó su candidatura para diputado a Cortes durante la Monarquía la definió un amigo como republicano-clerical.

Ya en este año de 1918 se habló del villalobismo con doble intención. Nació para definir este movimiento encabezado por Villalobos que buscaba la purificación de los mecanismos electorales, la lucha directa contra el caciquismo; pero a la vez cayó en las redes de la crítica de la oposición apareciendo el villalobismo como término que definía otra forma de caciquismo: el que convertía el distrito de Béjar en feudo de Villalobos. Sin embargo, Villalobos mostró desinterés en muchas ocasiones ante los beneficios que la política podía proporcionarle, no perteneció a los partidos turnantes de la Restauración, sino, todo lo contrario, estaba enrolado en las filas del frente anticaciquil en busca de la purificación del sufragio. Por ello, se ha hablado de que en realidad Villalobos no ejerció una política caciquil sino una política personal, un patriarcado natural orientado hacia la colectividad local, y no hacia sí mismo como el cacique.

Nuevas elecciones en diciembre de 1920: Villalobos fue elegido. En junio de 1922, por invitación del ministro de Gobernación Bugallal, estuvo Villalobos esperando en Béjar a Alfonso XIII a su vuelta de las Hurdes. El rey charló con Villalobos sobre Béjar y su industria y sobre las impresiones que traía de las Hurdes. En abril de 1923 nuevas elecciones en las que Villalobos ganó con contundencia a su oponente Jiménez del Rey.

Durante la dictadura de Primo de Rivera fue consejero- delegado de la Caja de Previsión Social, fundada el 7 de febrero de 1923 para las provincias de Salamanca y Zamora, hasta 1936. Trabajó a través de este organismo sobre las dos preocupaciones más grandes que tenía desde los años de la Unión Escolar: la escuela y el campo; el niño y el trabajador.

En 1931 recibió alborozado a la República española poniéndola como ejemplo y admiración de la humanidad, una nueva era empezaba en la vida de España. Según Villalobos, la Monarquía, después de cumplir su misión histórica, desaparecía para siempre. El 24 de mayo de 1931 el Partido Reformista, por decisión de Melquíades Álvarez, cambió su nombre por el de demócrata porque el de reformista ya no tenía sentido. El Gobierno provisional de la República lo llamó, en mayo de 1931, para que formara parte de la Comisión de treinta y cuatro españoles que preparó el proyecto de reforma agraria. Villalobos participó en las ponencias dedicadas al estudio de los arrendamientos y aparcerías, y describió su trabajo en la Comisión como una lucha contra la reacción con el fin de no perder un palmo de terreno. Pero sólo llegaron a término —es decir, a la elaboración de un proyecto que se presentó a finales de julio de 1931— los estudios sobre bienes comunales y el dedicado a la repartición de la tierra latifundista.

Respecto a la enseñanza, Villalobos pensaba que estaba antes la construcción de nuevas escuelas, la salud de los niños, la lucha contra el analfabetismo... que la discusión de si se debían regir o no algunas escuelas por los religiosos. La censura de Villalobos fue la misma contra la obcecación en 1932 de los católicos que preferían boicotear el plan de construcciones escolares antes de que las nuevas aulas estuvieran sin crucifijo en la pared, que contra el anticlericalismo, no ya sólo durante la República, sino también en la Monarquía.

En abril de 1933 Villalobos expresó su desilusión reconociendo que la República había fracasado en la forma de enfocar y llevar a la práctica la solución del problema agrario. Las causas eran las siguientes: la inexistencia de una Ley General de Arrendamientos y de una reestructuración de la propiedad, y el enfrentamiento entre patronos y obreros convirtiéndose la tierra en un bien inseguro. Por eso, vaticinó que al fracasar el Gobierno en el campo, o sea la revolución desde arriba, el otro arranque, la revolución desde abajo, tomaría la iniciativa para que no se frustrara el sentido de la existencia de la República.

En las elecciones de noviembre de 1933 el Bloque Agrario de Salamanca desató una campaña específica, tensa y dura, contra el liberal demócrata Villalobos con el objeto de desacreditar la orientación tan avanzada del que era entonces el hombre más prestigioso de la provincia de Salamanca. El 19 de noviembre de 1933 resultó elegido Villalobos.

Villalobos fue ministro de Instrucción Pública en el Gobierno de Ricardo Samper Ibáñez (del 28 de abril de 1934 al 4 de octubre de 1934). El Ministerio de Instrucción Pública supuso para Villalobos una profunda experiencia. Llevaba muchos años en contacto con estos problemas y buscando soluciones en el área de Salamanca, Zamora y Ávila, pero le proporcionó el Ministerio otra perspectiva y un conocimiento de la situación más concreto.

A la vez que el partido de Melquíades Álvarez iba quedándose a la derecha, Villalobos, en movimiento relativo, se mostró progresivamente más y más a la izquierda de su partido. Ello se puede ver en los discursos pronunciados en la clausura de la Asamblea del partido Republicano Liberal Demócrata, el 28 de mayo de 1934, donde Villalobos se mostró “como un revolucionario”, tratando de “problemas de la tierra” acusando el “criminal egoísmo de los patronos” que mantenían a los obreros del campo “en la miseria”. El mismo Villalobos reconoció y manifestó su posición a la izquierda del partido.

El 4 de octubre de 1934 se presentó el problema de la provisión de la cartera de Instrucción Pública, que Gil Robles quería que pasara a desempeñar un correligionario suyo, a lo que se opuso Melquíades Álvarez, quien pidió tenazmente que continuara en ella Villalobos (liberal demócrata independiente). Esta pretensión de Melquíades fue apoyada por el presidente de la República y por el nuevo jefe de Gobierno, Lerroux. Villalobos fue por ello nombrado ministro de Instrucción Pública del 4 de octubre 1934 al 23 de diciembre de 1934.

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) manifestó que veía con gran disgusto la política de Villalobos. Entendía que su actuación rebasaba cuanto podía suponerse. Había incumplido todas las promesas de llevar a las Cortes la reforma de la segunda enseñanza, aprobando el plan de bachillerato por decreto sin contar con las Cortes. En el debate parlamentario del 21 de diciembre de 1934 el diputado de la CEDA Jesús Pabón interpeló a Villalobos, aflorando con toda claridad el problema religioso de la República. Melquíades, jefe de la minoría liberal demócrata, permaneció en el más absoluto silencio ante la impugnación y retirada de la confianza a la obra de su ministro de Instrucción. En las Navidades de 1934 se precipitaron los periódicos a adelantar la separación de Villalobos del partido, tras su salida del Ministerio de Instrucción. En 1935, después de más de veinte años de fidelidad, dejó el partido de Melquíades Álvarez.

Villalobos también fue ministro de Instrucción Pública (del 30 de diciembre de 1935 al 19 de febrero de 1936) en el Gobierno de Portela Valladares (el Gobierno de las elecciones de 1936). No fue, por tanto, una postura política su centrismo, sino que se comprometió en el esfuerzo de un equipo de Gobierno en el encauzamiento, para unas elecciones, de una República desbordada. Villalobos fue, por ello, un ejemplo del “centrismo” de la última hora republicana desbordado por ambos lados. En esos cincuenta días restablecería y continuaría su labor de 1934, preocupándose de que lo iniciado en 1934 continuara en 1936.

El 7 de enero de 1936 se convocaron las tan esperadas elecciones a diputados en Cortes para el 16 de febrero. Villalobos se presentó por el centro en solitario frente a los bloques de derecha e izquierda, bien aglutinados. En cambio, los republicanos que acompañaban en un principio la candidatura centro de Villalobos se desperdigaron. La derecha, que quería que estas elecciones fueran un combate a muerte, decisivo, entre dos grandes bloques, vio irritada la aparición de la candidatura centro, pues la consideró como una táctica de división que obligaría a abrir otro frente y dividir las fuerzas. Villalobos fue derrotado y se quedó a las puertas del Congreso, en el octavo lugar. En Salamanca se concedieron actas a los siete primeros puestos y se impuso contundentemente la derecha; el primer lugar fue para José María Gil Robles.

En 1936 se alejó de la política desilusionado por completo. El 10 de agosto de 1936 Villalobos fue detenido y recluido en la cárcel de Salamanca; se le impuso una cuantiosa multa e incautación de bienes. Se le abrió un expediente por responsabilidades políticas el 2 de abril de 1938, a lo cual contestó Villalobos con un escrito de descargos que elevó desde la Prisión Provincial de Salamanca. Se le acusó en este expediente de cacique, de sectario y antirreligioso, y de ser protector de los maestros marxistas por haber colocado en sus puestos a los cursillistas de 1933. El 20 de julio de 1938 fue puesto en libertad. A partir de entonces Villalobos sólo podría dedicarse a sus enfermos y familia.

 

Obras de ~: Plumazos (narraciones, ensayos y cuadros de pueblo), [Salamanca], Ramón Esteban, 1902; Profilaxis de las enfermedades fomentadas y adquiridas en la escuela, tesis doctoral, Salamanca, Francisco Núñez Izquierdo, 1906.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de Costes de Personal y Pensiones Públicas, 1-14-14351-07-00; Archivo General de la Administración, caja 16.935; Archivo Villalobos, Madrid y Salamanca; Casa-Museo de Unamuno, Salamanca.

J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; http://centros3.pntic.mec.es/cp.filiberto.villalobos2/donfili/donfili.htm.

 

Juan Ramón de Andrés Martín

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