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Jimena Muñiz (o Muñoz)

Biografía

Muñiz (o Muñoz), Jimena. ?, s. m. s. XI – Monasterio de San Andrés de Espinareda (León), 1128. Concubina del monarca castellanoleonés Alfonso VI, tenente de la fortaleza berciana de Ulver (Cornatel-León).

Según el padre H. Flórez, era hija del conde Nuño Rodríguez y de su mujer Jimena Ordóñez, hija, esta última, del infante Ordoño (hijo de Vermudo II), perteneciente a la casa de los Guzmanes. Esta tesis ha sido rebatida por A. Quintana Prieto, que, tras un bien documentado trabajo, colige que era hija del conde berciano Monio Muñiz y su mujer Velasquita; el citado conde aparece ampliamente citado en la Corte de Fernando I y, después, en la del propio Alfonso VI. La hipótesis de Quintana, a este respecto, se ha mantenido, si bien sus deducciones no siempre son válidas. En función de dicha filiación, el citado autor le asigna una procedencia berciana, comentando, también, las relaciones con el Monasterio de San Pedro de Montes (benedictino), al que hizo diversas donaciones.

Su noble condición es puesta de relieve por todas las crónicas, dándole el calificativo de “nobilissimae”, que comparte con la otra concubina, más famosa, de Alfonso VI, la célebre mora Zaida. No es discutida su condición de concubina pero sí la cronología en que debe situarse. Para la mayor parte de los autores, la relación entre Alfonso VI y Jimena Muñiz ocurriría durante la primera viudedad del Monarca, entre su primera esposa, Inés, y la segunda, Constanza, que cronológicamente se sitúa entre los años 1078 y 1080, aproximadamente. Dicha fijación se explica por una doble vía: en primer lugar, por el contenido del documento epigráfico que conmemora la muerte de Jimena, situado en la iglesia del benedictino monasterio de San Andrés de Espinareda. En dicho epitafio se dice expresamente que Jimena “Alfonsi viudi regis amica fui”, incontestable para Quintana y carente de valor para A. Gambra, que recientemente ha publicado y analizado la Cancillería de Alfonso VI; la segunda vía se refiere al análisis de tres epístolas de la Cancillería de Gregorio VII, datadas en 1080, dirigidas al legado pontificio Ricardo de San Víctor, al abad de Cluny, Hugo, y al monarca Alfonso VI, donde se referencia la anómala situación del monasterio de San Benito de Sahagún bajo el abad Roberto, abad que había contado con la ayuda de una “perditam feminam”, identificada por algunos autores (A. Brandão, A. Quintana) con la propia Jimena Muñiz y por otros (Herculano, P. David) con la propia reina Constanza. Esta última identificación parece la más plausible (A. Gambra) y, desde luego, aleja a Jimena Muñiz del escenario pontificio y francés. La identificación de Quintana le ha llevado a hacer partícipe a Jimena Muñiz de la crisis de 1080; a hacer a la concubina pariente del obispo de Astorga Pedro Núñez, depuesto por Alfonso VI en dicho año, y a que ambos sean alineados con la defensa del rito visigótico-mozárabe; y también a hacer a Jimena Muñiz pariente de la reina Inés, primera esposa de Alfonso VI, y ambas de origen berciano. Pero no es, en ningún caso, la única argumentación “fantástica”, sobre todo si se tiene en cuenta, por ejemplo, las “imaginativas” interpretaciones escritas, acerca de la identificación de la “perditam feminam”, por Menéndez Pidal en La España del Cid. Ambas vías de análisis, el epitafio y los diplomas pontificios de 1080, no han dado la respuesta definitiva a la cronología de las relaciones del Monarca y Jimena Muñiz, relaciones de las que nacieron dos infantas, Elvira y Teresa. La primera de ellas fue esposa de Raimundo de Tolosa; y una y otro, padres de Alfonso Jordán. En cuanto a Teresa, aparece muy frecuentemente en los diplomas de la Cancillería de Alfonso VI y fue esposa de Enrique de Borgoña. A ambos dio el Monarca las tierras portucalenses, segregadas de los territorios entregados a Raimundo de Borgoña y su mujer Urraca, futura reina castellanoleonesa.

Teresa y Enrique parecen haberse casado alrededor de 1095 (A. Gambra), y a la infanta se le adjudica, en ese momento, una edad en torno a los once años. Ello entraría en contradicción con la época de relaciones de Alfonso VI y Jimena, que se ha señalado entre 1078 y 1080. Teresa, que, al igual que la reina Urraca, utilizó siempre el título de “imperatoris Adefonsi filia”, disfrutó, junto con Enrique de Borgoña, la tenencia de Astorga. Ambos fueron padres de Alfonso Henriques, primer monarca de Portugal.

Elvira y Teresa, como infantas, se educaron en la Corte. Por su parte, su madre, Jimena Muñiz se mantuvo en tierras bercianas, donde puede seguírsela a través de la documentación monástica de la zona. Al menos entre 1093 y 1107 disfrutó la tenencia de Ulver, identificado con Cornatel, donde se encuentra el más señero de los castillos roqueros bercianos. Más discutible parece que fuese tenente del Bierzo y de Astorga, según afirma A. Quintana, aunque debemos recordar que la tenencia de Astorga pasó a la infanta Teresa y Enrique de Portugal, como ya se ha señalado; y, como el mismo Quintana recuerda, Monio Muñiz, posible padre de Jimena, era conde de Astorga en 1079. El que recibiera el condado de Astorga como compensación de la separación del Monarca y Jimena es ya una hipótesis difícil de verificar. Jimena Muñiz no aparece, sin embargo, ejerciendo como tenente, ni de Cornatel ni del Bierzo ni de Astorga después de la muerte de Alfonso VI, al que sobrevivió cerca de veinte años.

Murió en 1128 y fue, posiblemente, enterrada en el monasterio de San Andrés de Espinareda, donde se hallaba una lápida coetánea, actualmente en el Museo Provincial de León, escrita en letra carolina, que recuerda su vida: “Quam Deus a pena defendat, dicta Semena, / Alfonsi vidui regis amica fui. / Copia, forma, genus, dos, morum cultus amenus / me regnatoris prostituere thoris. / Me simul et regem mortis persolvere legem / fata coegerunt, que fera queque terunt. / Terdenis demptis, super hec de mille ducentis / quatuor eripies, que fuit era scies”.

La última vez que se halla a Jimena Muñiz en la documentación es el 25 de mayo de 1128, en que realiza una donación a la catedral asturicense, representada por su obispo Alón juntamente con los canónigos, a quienes entrega propiedades en la localidad berciana de Los Barrios de Salas. Era el mismo año de su fallecimiento, como registra el epígrafe espinarense.

 

Bibl.: R. Menéndez Pidal, La España del Cid, Madrid, Espasa Calpe, 1969, 2 vols.; A. Quintana Prieto, “Jimena Muñiz, madre de Doña Teresa de Portugal”, en Revista Portuguesa de História, Homenagem ao Doutor Paulo Meréa (Coimbra), t. XII (1969), págs. 223-280; A. Gambra, Alfonso VI: cancillería, curia e imperio, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1997-1998 (col. Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, vols. 62-63); E. Flórez, Memorias de las reinas católicas de España, ed. de F. J. Campos, Valladolid, Consejería de Cultura, 2002.

 

Gregoria Cavero Domínguez

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