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María Luisa Fernanda de Borbón y Vallabriga

Biografía

Borbón y Vallabriga, María Luisa Fernanda de. Velada (Toledo), 6.VI.1783 – Madrid, 1.XII.1846. Grande de España.

Fue la hija menor del matrimonio morganático entre el infante Luis Antonio de Borbón —hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio, y hermano de Carlos III— y María Teresa de Vallabriga y Rozas, dama de una familia aragonesa de estirpe hidalga. La niña nació en el pueblo toledano de Velada porque sus padres vivían allí un forzado retiro de la Corte, en aplicación de la Real Pragmática de 1776 sobre matrimonios desiguales, que igualmente impedía que la recién nacida pudiera utilizar el apellido Borbón de su padre. Los primeros meses de su vida la niña vivió en el palacio familiar de Arenas de San Pedro (Ávila), donde fue retratada por Goya.

Tras morir el infante en 1785, la niña, por deseo de su tío Carlos III, pasó junto con su hermana a residir en el convento de San Clemente de Toledo, lejos de su madre y bajo la tutela del cardenal Lorenzana.

Allí vivió María Luisa hasta 1799, dedicada al estudio de la gramática, del francés y de la piedad cristiana.

La boda de su hermana María Teresa con Manuel Godoy, en 1797, cambió del todo su vida, y su posición social, a mejor. En agosto de 1799, María Luisa, como sus dos hermanos, recuperó el apellido Borbón y recibió la Grandeza de España de primer grado. Gracias además a una gestión personal de su cuñado, obtuvo en 1802 una pensión anual vitalicia de diez mil pesos fuertes. María Luisa se instaló entonces en Zaragoza, donde residía su madre. En la capital aragonesa, la vida de la joven discurrió sin particulares sobresaltos, aunque parece ser que Godoy negoció su posible matrimonio con el príncipe de Asturias, Fernando, que acababa de enviudar en 1806.

El príncipe declinó, sin embargo, la propuesta, temeroso de que la boda en cuestión fuera una estratagema de Godoy contra su persona.

Tras el estallido de la Guerra de la Independencia, María Luisa se instaló con su madre en Palma de Mallorca, pero la joven, incapaz de adaptarse a la humedad de la isla, prefirió más tarde ir a Cádiz a vivir con su poderoso hermano Luis María, cardenal arzobispo de Toledo, que se refugiaba entonces en esa ciudad.

María Luisa no se implicó en la vida política gaditana, pero no pudo sustraerse a la relevancia pública de su hermano, presidente de la Regencia entre 1813 y 1814, y muy considerado en el bando liberal. Algunos rumores llegaron incluso a dar por cierto el matrimonio entre María Luisa y el conde de Toreno, destacado cabecilla del liberalismo. María Luisa pasó los siguientes años de su vida acompañando a su hermano, en Cádiz primero, en Madrid después, y por fin en Toledo tras la vuelta de Fernando VII, puesto que el cardenal se vio forzado al retiro en su diócesis como castigo a sus veleidades constitucionales.

Con treinta y tres años ya cumplidos, se casó en 1817 con Joaquín José de Melgarejo y Saurín, duque de San Fernando de Quiroga, marqués de Melgarejo y Grande de España de primera clase.

Este duque era una persona de la confianza del Rey, y de hecho le nominó ministro de Estado en 1819.

Este matrimonio permitió a María Luisa ser una de las damas más distinguidas de la corte. Sin embargo, el duque no era por su talante partidario del absolutismo extremo, y coqueteó con los liberales en el Trienio. El matrimonio compró durante ese período varias fincas desamortizadas, y María Luisa fue comúnmente tenida por persona liberal, como su marido y sus hermanos.

Caído el régimen constitucional, el matrimonio huyó de posibles represalias y se instaló en una cómoda residencia del centro de París, aunque tras la confiscación de todas sus propiedades españolas comenzó a escasearles el dinero. Los duques sólo pudieron volver a España en 1834, a la muerte de Fernando VII, aunque María Luisa enviudó un año después. Como no tenía hijos, testó a favor de su sobrina Carlota, hija única del desastroso matrimonio entre su hermana María Teresa y Godoy. Tras su muerte en 1846 fue enterrada en la capilla del palacio de Boadilla del Monte, que había pertenecido a su padre el infante don Luis.

 

Bibl.: J. M. Queipo de Llano, Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Madrid, Rivadeneyra, 1872; D. Angulo Íñiguez, “La familia del Infante don Luis pintada por Goya”, en Archivo Español de Arte, 61 (1940), págs. 49-59; M. Godoy, Memorias del Príncipe de la Paz, Madrid, Atlas, 1965 (col. Biblioteca de Autores Españoles, 88- 89); M. Gutiérrez García-Brazales, “El cardenal Lorenzana, preceptor de los hijos del Infante don Luis”, en Anales Toledanos, 18 (1985), págs. 181-230; A. Matilla Tascón, El Infante don Luis de Borbón y su herencia, Madrid, Ayuntamiento- Instituto de Estudios Madrileños, 1989; R. Peña Lázaro, “María Teresa de Vallabriga. Su vida y su pinacoteca”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 35 (1989), págs. 103-121; A. Montero, “La condesa de Chinchón y su hermana María Luisa”, en Antiquaria, 59 (1989), págs. 38-43; F. Vázquez García, El Infante don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, Ávila, Diputación Provincial, 1990; E. Tejero Robledo, Arenas de San Pedro y el valle del Tiétar. Historia, literatura, folklore, Ávila, Fundación Marcelo Gómez Marías, 1990; C. Rodríguez López-Brea, Don Luis de Borbón, el cardenal de los liberales (1777-1823), Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2002.

 

Carlos Rodríguez López-Brea

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