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Antonio Van Halen y Sarti

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Biografía

Van Halen y Sarti, Antonio, Conde de Peracamps (I), vizconde de Huesca (I). San Fernando (Cádiz), 20.I.1792 – Madrid, 27.X.1858. Marino y militar.

Hijo de Antonio Van Halen y Murphy, teniente de navío de la Real Armada, y de Francisca Sarti Castañeda; hermano menor, por tanto, del general y aventurero Juan Van Halen. Casó en Cádiz el 3 de julio de 1821 con la gaditana María Candelaria Lasquetty y Salaverría, hija del teniente de navío don Francisco Lasquetty y Lasquetty; tuvieron seis hijas.

Sentó plaza de guardia marina de la Real Armada el 3 de noviembre de 1804, navegó en los navíos Reina Luisa en 1806 y 1807, en la fragata Proserpina en 1808, y fue promovido a alférez de fragata en febrero de 1809. Entonces embarcó en la fragata Soledad e hizo un viaje a Constantinopla, para desembarcar en febrero de 1810 y hacer servicio de batallones (en tierra).

Aquel mismo año embarcó en el navío San Carlos, y luego tuvo el mando del cañonero n.º 34, que formaba parte de las fuerzas sutiles del Apostadero de Cádiz, plaza que contribuyó a defender del cerco francés, atacando sus baterías en el Trocadero. Durante 1811 hizo varios servicios de mar en Huelva, Cádiz, Tarifa y otros puertos, convoyando mercantes y enfrentándose a los buques franceses: en aguas de Conil trabó combate contra dos faluchos franceses, batiéndolos a metralla; y en Sanlúcar dio caza a un corsario. Servicios que continuó en las mismas aguas al mando del falucho Hurón —con el cual hizo una presa francesa en la salida de Rota— y de la goleta Patriota, ya en 1812. Embarcado en octubre de 1812 en el navío San Pablo, cruzó las costas de Cataluña, restituyéndose a Cádiz y siendo destinado al 51 Regimiento de Marina. En septiembre de 1814 fue destinado a la expedición de Montevideo, y desembarcó en Costa Firme al tiempo que ascendía a alférez de navío: un enfrentamiento personal con un capitán de navío, que acabó en un reto y en un consejo de guerra —del que resultó absuelto, pero postergado para el ascenso—, le llevó a abandonar la Real Armada en mayo de 1815 y pasó al Ejército como ayudante del Regimiento de Infantería del Rey.

Sirvió entonces como ayudante de campo del general Enrile, jefe del estado mayor, y en 1815 participó en la toma de la isla Margarita y en el sitio de Cartagena de Indias —cuya rendición decidió al introducir en el río de Magdalena cinco pequeños cañoneros cargados de soldados—.

Pasó luego a la reconquista de Santa Fe, donde ganó el ascenso a capitán, y en diciembre de 1816 regresó a la Península, trayendo consigo los dibujos y textos originales de la Flora de Celestino Mutis y otras preciosidades que estaban en Bogotá. Con el grado de teniente coronel desde octubre de 1817, se le dio destino en el Regimiento de Numancia, permaneciendo en la corte. En enero de 1820 ascendió a comandante y pasó al Regimiento de Navarra, que formaba parte del Ejército expedicionario de Costa Firme, al que se incorporó tras cruzar de nuevo el Atlántico. Fue comisionado allí para tratar con Bolívar, y tras entrevistarse con él acompañó hasta la Corte a los comisionados que el caudillo designó para ello: ascendido a teniente coronel en marzo de 1820, quedó a las órdenes del general Morillo, capitán general de Castilla la Nueva, desde donde pasó al Ministerio de la Guerra, hasta que entre enero y marzo de 1823 participó en las operaciones contra los absolutistas a las órdenes del Empecinado. Tras la entrada en España de los Cien Mil Hijos de San Luis, desde abril del mismo año operó contra ellos en Asturias y La Coruña, fue jefe del estado mayor del Ejército de Galicia, y quedó prisionero al capitular esa plaza el 11 de agosto, siendo llevado a Francia. Pronto fue liberado, pero quedó con licencia “ilimitada e indefinida”, aunque en junio de 1830 quiso auxiliar los trabajos cartográficos que dirigía el brigadier Montenegro, y que concluyeron a finales de 1832.

En enero de 1833 reingresó en el servicio activo como teniente coronel mayor del Regimiento de Zamora; en junio tuvo el grado de coronel, y en octubre comenzó a operar contra las bisoñas tropas carlistas en Cataluña. En diciembre de 1833 fue nombrado comandante general de Gerona y de Figueras, y luego de la alta y baja Montaña, cargos que sirvió brillantemente; en enero de 1835 ascendió a coronel y continuó en campaña siendo comandante general de la Montaña de Cataluña, y luego de la provincia de Huesca; en 1836 mandó el Regimiento de Aragón en Cataluña, pero en mayo pasó al Ejército del Norte.

En Guipúzcoa participó en numerosas acciones, fue herido en la de Goicoa y allí mereció el ascenso a brigadier por mérito de guerra, y a poco se le dio el mando del 21 Regimiento de la Guardia Real, el de la brigada de vanguardia, y la comandancia general de la 40 división. Un año más tarde ascendió a mariscal de campo y fue jefe de estado mayor del Ejército del Norte, al que dirigió en muchas acciones de guerra, como la toma del puerto de Pasajes, la defensa de las líneas de San Sebastián, las de Zubiri, las de Mediana (30 de enero de 1838, donde mereció la gran cruz laureada de San Fernando), y las acciones del valle de Ulzama y de Peñacerrada. En abril de 1838 fue nombrado segundo cabo de la Capitanía General de Castilla la Vieja, y en septiembre capitán general de Aragón, Valencia y Murcia, y general en jefe del Ejército del Centro, al frente del cual operó de nuevo contra los carlistas que mandaba el general Cabrera; no obstante, su campaña se vio oscurecida por haber ordenado el fusilamiento en Murviedro de varias decenas de prisioneros, con las que Van Halen quiso corresponder a similares represalias ejecutadas por Cabrera —pocos meses más tarde, ambos jefes pactaron el respeto a la vida de los respectivos prisioneros, y su cange—.

En marzo de 1839 atacó Van Halen el castillo de Segura, sin éxito, y por este fracaso fue relevado del mando, pasando a Madrid; de cuartel quedó hasta que fue declarado libre de culpa. Ya teniente general, en febrero de 1840 se le nombró capitán general de Cataluña y general en jefe de su Ejército, venciendo a los carlistas en las memorables batallas de Segura, Solsona y sobre todo la de Peracamps (24 de abril), hecho que le valió el título condal (22 de febrero de 1841). En resumen, en tan sólo cinco años pasó por los empleos de teniente coronel, coronel, brigadier, mariscal de campo y teniente general, y además ganó un título de Castilla, la Gran Cruz de la Orden Militar de San Fernando, otra Cruz Laureada de 4.ª Clase y otras dos Cruces de 3.ª Clase por su valor en las acciones de Huesca, líneas de Mediana, de San Sebastián, y valle de Ulzama.

Sublevada Barcelona en octubre de 1841, logró su pacificación un mes más tarde, sin que necesitase bombardearla; pero un año más tarde, en noviembre de 1842, se produjo una nueva sublevación y Van Halen dio la orden de bombardear la Ciudad Condal, bombardeo que se mantuvo constante durante veintiún días, con el resultado de obtener su rendición, pero a costa de muchas muertes y grandes estragos.

Relevado del mando, pasó a Madrid de cuartel.

Durante su mando en Cataluña escribió y publicó su estudio Maniobras útiles para la Infantería (Barcelona, Ramón Martín Indart, 1841); ya en Madrid defendió su actuación en Barcelona publicando su Diario razonado de los acontecimientos que tuvieron lugar en Barcelona desde el 13 de noviembre al 22 de diciembre del año 1842 (Madrid, I. Sancha, 1843), que fue muy contestado, por lo que a poco imprimió una Refutación que hace el Conde de Peracamps del folleto publicado en Barcelona por los generales y jefes... (Madrid, Sanchiz, 1843).

Ocurrido a los pocos meses el alzamiento de los moderados, desde junio de 1843 fue capitán general de Andalucía: atacó a Sevilla sin lograr su rendición, a pesar de la llegada de Espartero con refuerzos, y tras los sucesos de Torrejón de Ardoz ambos se retiraron hacia Jerez, quedando solos enseguida por la defección de la mayor parte de sus fuerzas. Ambos generales embarcaron en El Puerto de Santa María, y tomaron el camino del exilio, residiendo Van Halen en Londres, París y Bruselas —la tierra de sus antepasados, donde su hermano Juan había puesto tan alto el apellido Van Halen entre 1830 y 1832—.

Vuelto a España en mayo de 1847, quedó de cuartel hasta que en marzo de 1851 fue nombrado ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, organismo del que fue designado presidente en 1854. En 1856 volvió a quedar de cuartel en Madrid, hasta que en 1857 obtuvo plaza de vocal de la Junta Consultiva de Guerra, falleciendo meses después. Fue Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III (1838), de San Fernando (1838) y de San Hermenegildo (1835), y ganó además otra Cruz Laureada de 4.ª Clase y dos Cruces de 3.ª Clase de San Fernando, y la Cruz de la Diadema Real de Marina.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Cuerpo General, leg. 620/1245; Archivo General Militar (Segovia), Personal, leg. B-551; Archivo Histórico Nacional, Estado, Carlos III, exp. 2368.

P. Chamorro Baquerizo, Estado Mayor General del Ejército Español. Descripción histórica y biográfica, acompañada de los retratos de los oficiales generales que constituyen el cuadro de ordenanza. Obra militar, t. II, Madrid, Imprenta de Tomás Fortanet y Ruano, 1850, págs. 177-194 (con retrato litográfico de B. Blanco); F. de P. Pavía, Galería biográfica de los Generales de Marina, Madrid, Imprenta de F. García y D. Caravera, 1874, Apéndice, págs. 393-394; A. Carrasco Sáyz, Icono-biografía del Generalato Español, Madrid, Imprenta del Cuerpo de Artillería, 1901, pág. 425; S. Otero Enríquez, “Familias españolas de origen flamenco: los Van Halen”, en Revista de Historia y Genealogía Española, 1 (1912), págs. 216-225; F. Toscano de Puelles, “La Familia Van-Halen”, en Hidalguía, 113 (julioagosto de 1972), págs. 535-554; J. Van Halen y Acedo, Los Van-Halen, una familia flamenca en España, Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 1991, págs. 27- 29; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), t. I, vol. 2, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001, págs. 648-650 (con retrato); A. de Ceballos- Escalera Gila, L. de Ceballos-Escalera Gila y J. L. Isabel Sánchez, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox y Pezuela, 2003, págs. 183-184 y 307 (reproduce retrato en el Museo Naval, inventario 4173).

 

Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, vizconde de Ayala

Relación con otros personajes del DBE

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