Ayuda

Gonzalo García de Villadiego

Biografía

García de Villadiego, Gonzalo. Villadiego (Burgos), c. 1438 – Roma (Italia), 1487. Catedrático de Cánones, auditor del Tribunal de la Rota romana y obispo electo de Oviedo.

Prácticamente nada es lo que se sabe de los primeros años de la vida de Gonzalo García de Villadiego, conocido de ordinario como Gonzalo de Villadiego, así denominado por el lugar donde habría nacido, de la diócesis de Burgos, al parecer en el seno de una familia de condición humilde, que le orientó hacia la carrera eclesiástica y los correspondientes estudios en Salamanca.

Su pobreza, pero también su valía como estudiante, le permitieron en 1465, siendo ya bachiller en Cánones, obtener una beca de colegial en el célebre colegio mayor de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca —fundado años atrás por Diego de Anaya y Maldonado—, y que fue para él una puerta abierta para las cátedras y los obispados, que no desaprovechó.

Por cuanto hace a su curso docente, se puede decir que comenzó desde su mismo grado de bachiller, pues desde julio de 1468 leyó unos meses como sustituto ad vota audientium en la cátedra que regentaba el doctor Antón Rodríguez Cornejo. En octubre de ese mismo año ganó por oposición, gracias al voto de los estudiantes, la sustitución en la cátedra de Prima de Cánones del doctor Diego Gómez de Zamora, que duró hasta noviembre de 1471, cuando en propiedad y por nuevo concurso —en litigio con Juan de Medina— logró la cátedra de Vísperas de Cánones, que había estado desempeñada por Gonzalo Rodríguez Melgar. Es digno de resaltar que sacó su cátedra en propiedad poco tiempo después de adquirir el grado de licenciado en Derecho Canónico, en el mismo 1471, y un año antes de alcanzar el grado de doctor en Cánones, en 1472, a cuya obtención se le condicionó el mantenimiento de su puesto docente.

A partir de sus años como catedrático, por señalar puntos de interés, fue alternando sus solemnes reelecciones o repeticiones académicas, breves por lo común, e inéditas hasta no hace demasiado, con otras responsabilidades de que le hiciera encargo la Universidad de Salamanca, ya que la publicación de sus libros fue posterior a su etapa salmantina. De estas lecciones públicas se han conservado cuatro de 1471: Repetitio in c, finali de praescript; Tractatus monete in c. Quanto de iuierur.; Summula de irregularitatibus; Tratatus de irregularitate, mientras otra corresponde a 1473, la Repetitio in c. Constitutus de in integr.restit., y otra más a 1474, la Repetitio in c, Pervenit de emption, et vendit. A su vez, por los Libros de Claustros del estudio salmantino, constan diversos cometidos llevados a cabo por él, bien como diputado o como contador, e incluso las autoridades y catedráticos se valieron en diversas ocasiones de sus buenos oficios ante los Reyes Católicos y la curia romana.

Con todo, pese a la estima de los estudiantes y de buena parte de la Universidad de Salamanca, sus ambiciones no se limitaban a la vida académica, porque en una fecha tan próxima a su doctorado como fue la de 14 de mayo de 1472 recibió la designación del papa Sixto IV para ocupar un cargo de auditor del Tribunal de la Rota en Roma. Cuatro años después, el 15 de noviembre de 1476, tomó posesión por procurador de la canonjía doctoral primera de la iglesia catedral de Toledo, en la oposición de Decretos, también conforme a una bula de nombramiento del mismo Papa, que no le impidió controversias ni disgustos, en Toledo y en Salamanca.

Era muy difícil compaginar menesteres tan diversos, lo que le llevó a solicitar sucesivas licencias a la Universidad para que se le dispensase temporalmente de su docencia, por medio de sustitutos, durante sus estancias en Toledo y Roma, hasta que la institución salmantina decidió declarar vacante su cátedra y sacarla a oposición, lo que ocurrió el día 10 de febrero de 1479, no sin encendidos debates universitarios y resistencias del interesado. Desde primeros de febrero de 1477 dejó de estar presente en Salamanca y a mediados de marzo en Toledo, desde donde marchó con carácter definitivo a Roma, ciudad en la que permaneció hasta su muerte.

Ya en Roma, Gonzalo de Villadiego gozó de los favores de los Papas, según pone de manifiesto que se mantuviese en su oficio de auditor de la Rota a pesar de la reducción de miembros que en este Tribunal llevó a cabo Sixto IV en 1484, o el número de canonjías, prebendas y prestimonios que recibió de los Pontífices durante el tiempo de su estancia romana, así en Burgos, Calahorra, Salamanca o Ventosilla, entonces en la diócesis de Osma, sin dejar la canonjía de Toledo. Aunque la dignidad eclesiástica más relevante la obtendría del papa Inocencio VIII —en este caso a suplicación de los Reyes Católicos—, tal fue la designación para el Obispado de Oviedo en 1486, sede que no pudo desempeñar por sí mismo a causa de su fallecimiento en Roma, probablemente a comienzos de 1487. La intervención de los Reyes Católicos estaba más que justificada de atender a los servicios que les prestó Gonzalo de Villadiego en Roma en negocios de la Inquisición y en otros asuntos eclesiásticos.

Su estancia en Roma fue muy fecunda para su producción científica, dado que en este tiempo dio a la imprenta una serie de libros de Derecho Canónico, algunos de ellos muy difíciles de datar y ubicar en su primera edición incunable. Así, es posible que el inicio de sus publicaciones deba atribuirse, hacia 1480, a su tratado contra la herética parvidad, que en posteriores ediciones estuvo unido al tratado sobre irregularidades eclesiásticas y llegó a ser adicionado por Diego Pérez de Salamanca en la versión salmantina de 1589. En este libro sobre herejías y herejes, dedicado a la reina Isabel la Católica, jugó como motivación importante para su composición el establecimiento del Tribunal de la Inquisición en España en 1478. Si éste fue el primero, que es dudoso en su fecha y lugar de prensa, entre 1477 y 1482 publicó en Roma un tratado, luego reeditado, sobre el origen, dignidad y potestad de los cardenales y del oficio del vicecanciller, dedicado al cardenal Rodrigo de Borja, vicecanciller de la Iglesia, que en todo caso ha de distinguirse de un breve resumen u opúsculo suyo acerca de la dignidad y potestad de los cardenales y del vicecanciller, que cabe señalar como fecha aproximada de su aparición en Roma la de 1485. Precisamente, ya con menores dudas, fue también publicado en Roma en 1485 un nuevo tratado del autor: el tratado de legado, un oficio que el Papa solía encomendar a los cardenales para diversas comisiones y por ello es coherente que apareciera doctrinalmente como continuación del precedente tratado sobre la excelencia de los cardenales.

En fin, su último libro, un opúsculo sobre la materia de irregularidades, suspensiones e interdictos eclesiásticos, trasunto de sus explicaciones en las cátedras salmantinas, apareció con carácter póstumo en 1495 y, como no podía ser de otro modo, en Salamanca, ciudad que lo reeditaría varias veces más en este siglo y en el siguiente, señal del prestigio que llegó a alcanzar la obra de Gonzalo de Villadiego, alabada por cierto por dos importantes canonistas castellanos posteriores como fueron Juan López de Palacios Rubios y Diego Pérez de Salamanca, de aquí que haya que considerar al de Villadiego como un hito en la historia de la jurisprudencia de la Corona de Castilla, particularmente en su rama canónica, que preparó en la época de los Reyes Católicos etapas de mayor madurez y altura científica.

 

Obras de ~: Tractatus de cardenallium excellentia et dignitate, s. l. [c. 1477-1482]; Tractatus contra haereticam pravitatem, s. l. [c. 1480]; Opusculum de origine ac dignitate, et potestate S. R. E. Cardinalium, eiusque Vicecancellarii in Ephitome nuper redactum , s. l. [c. 1485]; Tractatus de legato, Roma, 1485; Repetitio sive tractatus de irregularitate, Salamanca, 1495; “Repetitio in cap. finali de preascriptionibus (X 2.26.20)”, “Tractatus monete in cap, quanto de iureiurando (X 2.24.18)”, “Summula de irregularitatibus”, “Repetitio in cap. constitutus de in integrum restitutione (X I.41.8)” y “Repetitio in cap. pervenit de emptione et venditione (X 3.17.4)”, en S. García Cruzado, Gonzalo García de Villadiego. Canonista salmantino del siglo xv, Roma-Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Delegación de Roma, 1968, págs. 159- 206, 207-215, [217]-219, 221-250 y 251-282, respect.

 

Bibl.: G. González Dávila, Theatro Eclesiastico de la Sta. Iglesia de Oviedo, vida de sus obispos y cosas memorables de su obispado, Madrid, Francisco Martínez, 1635; M. Lipen, Bibliotheca Realis Iuridica, Frankofurti ad Moenum, Johannes Friderici, 1679; A. Fontana, Amphitheatrum legale, seu Bibliotheca legalis amplissima, Parmae, Typis Josephi ab Oleo et Hipolliyti Rossati, 1688; J. de Roxas y Contreras, Historia del colegio viejo de S. Bartolomé Mayor de la celebre Universidad de Salamanca, Madrid, Andrés Ortega, 1768; N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, Matriti, Apud Joachinum Ibarra, 1783-1788; M. Risco, España Sagrada, vol. XXVIII, Madrid, 1795; J. de Rezábal y Ugarte, Biblioteca de los escritores que han sido individuos de los seis colegios mayores de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá, de Santa Cruz de Valladolid, de San Bartolomé, de Cuenca, San Salvador de Oviedo y del Arzobispo de la de Salamanca, Madrid, Sancha, 1805; B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, vol. II, Madrid, Ribadeneyra, 1866; M. Martínez Añibarro y Rives, Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, Madrid, Imprenta y Fundición de Manuel Tello, 1889; E. Esperabé de Arteaga, Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca, t. II, Salamanca, Imprenta y Librería de Francisco Núñez Izquierdo, 1917; E. Todá y Güell, Bibliografía espanyola d’Italia: dels origins de la imprenta fins a l’any 1900, Castell Sant Miquel d’Escornalbou (Barcelona), Vidal Güell, 1927-1930; A. García y García, “Los canonistas de la Universidad de Salamanca en los siglos xiv-xv”, en Revista Española de Derecho Canónico, 17 (1962), págs. 176-190; F. Marcos Rodríguez, Extractos de los Libros de Claustros de la Universidad de Salamanca. Siglo xv (1464-1481), Salamanca, Universidad, 1964; B. Alonso Rodríguez, Juan Alfonso de Benavente. Canonista salmantino del siglo xv, Roma-Madrid, CSIC, Delegación de Roma, 1964; S. García Cruzado, Gonzalo García de Villadiego. Canonista salmantino del siglo xv, Roma-Madrid, CSIC, Delegación de Roma, 1968; V. Beltrán de Heredia, Cartulario de la Universidad de Salamanca. La Universidad en el siglo de Oro, vol. II, Salamanca, Universidad, 1970; Catálogo Colectivo de obras impresas en los siglos xvi a xviii existentes en las bibliotecas españolas. Edición provisional. Letra G, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, Biblioteca Nacional, 1974; A. Palau y Dulcet, Manual del librero hispanoamericano, t. XXVII, Barcelona-Oxford, Librería Palau, 1976; B. Delgado, Colegio de San Bartolomé de Salamanca. Privilegios, bienes, pleitos, deudas y catálogo biográfico de colegiales según un manuscrito del xvii, Salamanca, Universidad- Diputación Provincial, 1986; F. García Craviotto (dir. y coord.), Catálogo general de incunables en bibliotecas españolas, t. I, Madrid, Biblioteca Nacional, Dirección General del Libro y Bibliotecas, 1988; L. Ruiz Fidalgo, La imprenta en Salamanca (1501-1600), Madrid, Arco/Libros, 1994; S. de Dios, “La tarea de los juristas en la época de los Reyes Católicos”, en L. E. Rodríguez-San Pedro Bezares (coord.), Saberes y disciplinas en las universidades hispánicas. Miscelánea Alfonso IX, 2004, Salamanca, Universidad, 2005, págs. 13-49.

 

Salustiano de Dios de Dios